La atención de los operadores va a ir concentrándose cada día más en lo que ocurra con la producción sudamericana
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Si bien había mucha expectativa por parte del mercado respecto de las estimaciones de oferta y demanda mundial y estadounidense por parte del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés), la realidad es que dicho informe no aportó demasiados cambios.
El USDA, en esta oportunidad, si bien bajó los rendimientos tanto de la soja como del maíz en Estados Unidos, logró compensar una mayor caída de los stocks con diferentes “retoques” en ambos casos. Particularmente en la oleaginosa, pese a la retracción de la molienda y de las exportaciones estadounidenses, ajustó la relación stock/consumo de 5,8% a 5,2%, pero para el mercado no es suficiente. En el caso del forrajero, la compensación vino por el lado del área. Con un incremento de 400.000 ha. en la superficie implantada, la producción termina subiendo (más allá del menor rinde) quedando la relación stock/consumo prácticamente en los mismos niveles del mes de agosto.
“Parece inverosímil que con las condiciones climáticas reinantes en prácticamente todo el ciclo de cultivo (léase buena parte del Medio Oeste con sequía y altas temperaturas), los rendimientos se ubiquen en niveles tan altos”, nos comentaba un importante operador desde Chicago. A lo que agregaba: “Veremos que nos depara el USDA en los próximos informes”. Mientras todo esto ocurre, el clima en Estados Unidos se va a ir apagando como factor de mercado, al tiempo que comenzará a encenderse la perspectiva productiva en esta región del planeta.
En este sentido, no son muy halagüeñas las proyecciones climáticas para los próximos meses en la región central de Brasil, particularmente, para el estado de Mato Grosso. Recordemos, en tal sentido, que ese estado representa cerca del 30% de la producción brasileña de soja y aproximadamente el 40% de la producción maicera de dicho país.
Así las cosas, la atención de los operadores va a ir concentrándose cada día más en lo que ocurra con la producción sudamericana, que encuentra, actualmente, a nuestro vecino próximo a cumplimentar las primeras tareas de siembra. Esta se esgrime como una de las variables más importantes a monitorear a partir de ahora, pero claramente no es la única. La cercanía de las elecciones generales en nuestro país y el resultado de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) de agosto pasado, generan un sinnúmero de interrogantes a la hora de tomar decisiones por parte de los productores agropecuarios. Algunas de ellas refieren, claramente, a la eventualidad de una reducción o quita de los derechos de exportación, como así también a lo que pueda llegar a ocurrir con los diferentes tipos de cambio que actualmente rigen.
En este último caso, la expectativa está centrada en la posibilidad de la eliminación o reducción de la brecha cambiaria. Y si bien no hay certezas, en ninguno de los dos casos, claramente la posibilidad de que ocurra se transforma en un factor de mercado.
Como puede observarse, muchas son las variables que deberemos analizar hasta la asunción de un nuevo gobierno en diciembre próximo y con posterioridad a él. Solo se requiere prestar mucha atención….
El autor es socio de Nóvitas SA