Hasta el momento se pensaba que estábamos asistiendo a un mercado de demanda y ahora podemos recalcular a partir de los ajustes efectuados por el USDA y afirmar que el problema pasa también por el lado de la oferta. Se está dando el combo perfecto, firme demanda de todas las commodities, aumento del comercio global, caída en la oferta y baja en las existencias finales. La baja en las cosechas estimadas se está dando en los principales países productores y exportadores.
Tal el caso de los Estados Unidos. En su informe mensual publicado el martes, el USDA redujo sus estimaciones de producción de maíz y soja. En el caso de la oleaginosa, ahora se estima una producción de 113,5 millones de toneladas, contra los 116,15 millones del mes anterior. Pero el dato no es solo la menor cosecha ya que al mantener las exportaciones estadounidenses sin cambios, se produce una caída de las existencias finales, que llegan al nivel más bajo de los últimos siete años. El stock final queda ahora en 5,17 millones de toneladas, un volumen apenas suficiente para cubrir un mes del consumo interno.
El otro ajuste efectuado por el USDA fue sobre el volumen de producción de soja en la Argentina. Su estimación es ahora de 51 millones de toneladas, versus los 53,5 millones del mes anterior. El saldo exportable argentino fue sostenido en siete millones de toneladas. Sin embargo, en el caso específico la exportación de poroto de soja, nuestro país no tendrá la influencia que tuvo en los últimos años. Por varios motivos, pero en particular, quizás, por el regreso del diferencial de aranceles a la exportación entre el poroto de soja y los subproductos.
De esta forma, mejoró la capacidad de pago de la industria aceitera y se logró también una sustancial mejora en la competitividad de nuestras exportaciones agroindustriales. Además, hay que destacar que cuando existía el diferencial de retenciones, hace solamente un año, la Argentina no incrementó sus exportaciones de poroto de soja pues seguía siendo menos competitivo que el producto de Brasil y de Estados Unidos. En cambio, por la baja en la producción de soja de nuestro país, sí se vio afectado el volumen de procesamiento, la producción de harina de soja y, en consecuencia, sus exportaciones.
En este sentido, el USDA redujo las ventas externas de harina de soja argentina en 1,5 millones de toneladas, de 29 a 27,5 millones. También ajustó su estimación sobre la producción de aceite de soja, de 8,16 a 7,92 millones, y sobre las exportaciones, de 5,80 a 5,60 millones que, sin embargo, resulta el mayor volumen de los últimos tres años.
Un párrafo aparte merece el maíz, con dos cambios muy fuertes en el balance de oferta y demanda global planteado por el USDA. El primero, la reducción de la cosecha de EE.UU. en 5,46 millones de toneladas, de 373,95 a 369,49 millones, y el segundo, y más relevante, el incremento de las exportaciones estadounidenses de 59,06 a 67,31 millones de toneladas por la mayor demanda mundial. Ambos datos impactaron sobre las existencias finales, que cayeron de 55,04 a 43,23 millones.
Y finalmente, el USDA sinceró en su informe el volumen de las importación de maíz por parte de China, al elevar su estimación de siete a 13 millones de toneladas.
El autor es fundador de GuruMarket
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