Tras 22 años, el Instituto Nacional de la Yerba Mate dejará de fijar precios y perderá toda potestad para regular el mercado
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POSADAS, Misiones.- Una de las leyes de Newton dice que a toda acción corresponde una reacción de igual intensidad, pero en sentido opuesto. Esto es lo que sucedió ayer con el capítulo yerbatero del DNU impulsado del presidente Javier Milei que comprende una amplia desregulación de la economía.
Tras 22 años de regulación de precios oficiales en la materia prima, el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) pierde esa potestad, que es considerada por el gobierno de Misiones y los referentes de miles de productores chicos una de las mayores banderas de defensa y sustentabilidad de los eslabones más chicos de la cadena.
Misiones es la provincia “campeona en la distribución de la tierra”, con miles de chacras de no más de 50 hectáreas. Se calcula que unos 12.000 productores chicos tienen por principal sustento la yerba mate. Del otro lado, la provincia de Corrientes representada por el gobernador, Gustavo Valdés, levantó la bandera de la desregulación de precios en nombre de las industrias yerbateras más grandes, pero también buena parte de las industrias de Misiones y el sector de los secaderos.
“Está claro que el capítulo yerbatero del DNU contó con un asesoramiento de gente de la zona que entiende mucho de yerba mate, no fue una norma escrita por alguien que no sabe de este sector, al contrario”, dijo a LA NACION, Raúl Karabén, presidente de la Cooperativa de Productores de Santo Pipó, que elabora la marca Piporé, una de las 10 más vendidas. Karabén afirmó, incluso, que quienes estaban en contra del INYM se cuidaron de no derogarlo y dejarlo vivo. “Si lo eliminaban de un plumazo, se garantizaban así que iba a volver a renacer”, reflexionó.
La motosierra de Javier Milei le quitó al INYM la potestad de fijar los precios de la hoja verde y la canchada cada seis meses, de regular las plantaciones de yerba mate (quedó sin efecto una resolución que desde 2021 limitaba nuevos yerbales). También le sacó el poder de policía para perseguir y fiscalizar a las empresas. Adicionalmente, podrían dejarlo sin el autofinanciamiento del que gozaba y que le daba gran autonomía, y bajo el cual la burocracia del INYM fue creciendo a lo largo de los años.
El artículo 23 de la Ley 25.564 del INYM ya no existe. Es el que le garantiza los recursos que se recaudan por la estampilla que va con cada paquete de yerba que se vende (500 millones al año) y le da una recaudación que, anualizada, ronda hoy los 3000 millones de pesos. “Así, con estas nuevas funciones, sobran dos tercios del personal del INYM”, agregó Karabén, quien también es contador público y fue decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Misiones.
Los gastos del INYM
El diputado nacional por la UCR, Martin Arjol, presentó un proyecto de ley para que se revisen las funciones, el presupuesto y los gastos del INYM con una auditoría de la AGN, sugiriendo que hay un descontrol en el manejo de los recursos. El misionero Arjol, cuyos padres son productores yerbateros, estuvo ayer en Buenos Aires, en la sede de la Secretaría de Agricultura entrevistándose con autoridades.
“Ahora el dinero de la estampilla podría ir a otro lado, el que determine la Secretaría de Agricultura”, dijo Ricardo Maciel, el director del INYM por el Gobierno de Misiones.
LA NACION consultó a dos de los cinco industriales más grandes del sector, que manejan las marcas más populares del mercado. Uno dijo que no se había enterado de nada porque estaba en el campo y el otro se excusó diciendo que no estaba al tanto de la letra chica de la norma (que tiene apenas una carilla).
Los industriales celebran la terminación del INYM, pero se cuidan de no hacerlo en público. En la zona productora es una práctica muy corriente que los políticos ataquen a los empresarios yerbateros para achacarle los males de cuanto sucede en la chacra, casi de la misma forma en que el kirchnerismo hizo con las empresas de consumo masivo y la inflación.
Con un tono de resignación, Maciel dejó en claro -en nombre del Gobierno de Misiones- hoy en declaraciones radiales, que ya no hay mucho por hacer para tratar de revertir el cambio en el INYM. Y descartó la presentación de una medida cautelar buscando frenar el DNU.
“Es complejo poder frenar la medida desde el INYM. Acá hay sectores que están a favor y otros que están en contra. El sector industrial y Corrientes están a favor y buscaron esta situación”, señaló Maciel, quien es, por lejos, el director más antiguo del INYM. Está casi desde su creación, mientras que la gran mayoría de los otros 11 directores fueron rotando y renovándose.
“El libre mercado para un sector como el yerbatero, donde hay un poder importante del capital concentrado que es el comprador y muchos atomizados que es el vendedor, es la libertad de mercado que no es justa, ya nos pasó en los 90 que generó la necesidad de fijación de precios”, recordó Maciel.
En línea con los dichos de Maciel, los referentes de la producción que en otras épocas marcharon airadamente al INYM para reclamar por el bajo precio de la materia prima, por ahora parecen resignados y no buscarán revertir la decisión. “Todavía es temprano para analizar la medida”, dijo a LA NACION, Ángel “Cacho” Ozeñuk, reconocido productor. Jonás Petterson y Julio Petterson, y Hugo Sand (considerado referente de la protesta que originó la creación del INYM) tampoco hicieron comentarios ante la consulta de este diario.
Acción y reacción
Durante años se atribuyó a los industriales la mayor influencia sobre el INYM hasta que en 2020 llegó al organismo Juan José Szychowski, reconocido productor yerbatero, contador y experto en números, y también un hombre con una motivación profunda para animarse a tomar acciones a favor de los productores y en desmedro de la industria.
Pero Szychowski, para muchos industriales, fue más allá con sus controles en las plantas industriales, su incautación de yerba mate, el freno a las importaciones, y sus permanentes ataques públicos a la industria yerbatera. Además, para acometer todo esto se alió con la Renovación, el oficialismo misionero que gobierna hace 20 años la provincia de forma hegemónica, politizando excesivamente el organismo.
Szychowski asumió el 10 de diciembre pasado como diputado provincial por la Renovación y se alejó del INYM. .
En sus días más activos, tal fue su ataque a los industriales yerbateros, a los que acusó de promover la desaparición de los productores chicos y adjudicarle todo tipo de males, que llegó a susurrarle al oído en una conferencia de prensa el nombre de Las Marías (marca Taragüí), al exSecretario de Comercio Roberto Feletti. Todo para que el cuestionado Feletti acusara a la empresa líder del mercado por promover, supuestamente, la disparada de precios.
“Los industriales sienten que con esta medida les sacaron la bota del INYM de encima”, admitió Karabén, que dirige una cooperativa formada por 120 productores chicos y medianos. “Nosotros estamos integrados, lo que perdemos por un lado, lo ganaremos por el otro. Pero en líneas generales, no auguro la desaparición del productor chico”, explicó.
“Creo que es lo mejor que siga existiendo el INYM, hay que defender al instituto pero no como ha funcionado en estos cuatro años”, dijo Arjol, de gran cercanía política con el correntino y también radical, Gustavo Valdés.
El gobierno de Misiones, conducido por Hugo Passalacqua, se despegó rápidamente del kirchnerismo y avisó que apoyará las reformas de Javier Milei con una frase marca registrada: “Gobernabilidad, con gobernabilidad se paga”.
Todo parece indicar que, en la yerba mate, se cumplió la ley de Newton. Tras años de acción a favor de un sector y en contra del otro, ahora vino la reacción en igual proporción. Por un lado los industriales y el Gobierno de Corrientes lo celebran, mientras que los otros (Misiones y pequeños productores) lo lamentan.
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