En el Congreso de Aapresid, el exBoca Roberto “Pato” Abbondanzieri habló de su actual rol como contratista rural y por qué se dedicó a esta actividad
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Roberto “Pato” Abbondanzieri trazó un paralelismo entre salir a una cancha de fútbol y apostar por una campaña agrícola con los desafíos que implican los fenómenos climáticos como La Niña. El exBoca dijo que producir en la Argentina requiere de un gran esfuerzo y contó su experiencia como contratista rural y su decisión de invertir en el agro. En una charla distendida en el Congreso de Aapresid, destacó el esfuerzo y la satisfacción personal que le ha traído esta nueva etapa en su vida.
Oriundo de Bouquet, Santa Fe, narró que su padre fue peón rural, por lo que desde pequeño le inculcaron los valores del campo. “Hay una sola palabra que es esfuerzo y tener lo necesario para cumplir tu deseo: quise tener el campo, lo tengo. Para mí fue un costo, pero haber invertido en la Argentina fue lo mejor”, resumió. Desde hace tres años, el exarquero es contratista rural, en este tiempo dijo que trató de comprar maquinaria agrícola. “En este lindo país que tenemos, me involucré. Te ponés a pensar: ¿Qué hace un jugador que se fue al campo? Si el jugador no es técnico, es representante, panelista de televisión o vende departamentos. A lo mejor no saben lo que es estar al frente de un campo en la Argentina. Está lindo el país, a mí me gusta”, agregó.
Aclaró que el hecho de subirse a una maquinaria agrícola va más allá de un mero hecho publicitario. “Me subo a la cosechadora, soy el que maneja la cosechadora, lo hago todos los días. Me pareció novedoso cuando lo hice y era una situación difícil del país en ese momento, cuando compré toda la maquinaria. Me la jugué y me encanta habérmela jugado”, contó. En esa línea, aclaró que siempre se la ha jugado por su familia. A los 9 años se fue a Las Parejas para comenzar su carrera deportiva, porque en su pueblo no había fútbol.
Contó que la ventaja después de ser un jugador profesional fue que sabía internamente lo que era estar dentro este tipo de trabajos. “Siempre que volvía al pueblo Bouquet, mi cuñado y la familia tenían que hacer algo en la tierra y lo hacía. Mi libertad era ir dos días a mi pueblo, con eso volvía a la semana a ser el arquero de Boca. El campo era mi fusible, de salir de la ciudad, de Boca, que es un mundo entero y mi cabeza tenía que desaparecer un rato de eso. Conocía todo ese mundo y ya sabía lo que iba a hacer después del fútbol: volver al campo”, expresó.
Después de su carrera deportiva, Abbondanzieri se permitió un break, cuando Martín Palermo intentó convertirlo en ayudante técnico de fútbol. “Nunca quise, es complicado ser técnico, por ser amigo lo acompañé a él, pero nunca me cerró ser un entrenador”, advirtió.
Consultado sobre si entender el fenómeno de La Niña y tomar una decisión para enfrentar una campaña agrícola es similar a preparar un partido, comparó: “No, eso es mucho peor, la paso mal. Ser técnico de fútbol era otra cosa. Cuando yo era jugador dependía siempre de mí, como entrenador no dependo de mí mismo, sino de los que actúan. En el campo también dependo de otras personas, pero puedo conducir mi propia empresa y puedo ir por el camino que digo y el que conduzco. Hay una diferencia de ser técnico, jugador que nunca me cerró. No me cerraba pensar en que yo le decía a un jugador hacer tal cosa y no lo hacía, mal o bien, pero eso nunca lo pude aprender y lógicamente no lo estaba haciendo bien. Ahí me retiré”.
En su caso, dice que el fútbol le dio educación. En ese tiempo hizo tres años de secundaria. “Me costaba mucho, cuando arranqué en Rosario Central, que tenía 14 años. Un técnico de las inferiores me quería hacer ir a la escuela y yo solo quería entrenar, jugar al fútbol, me decía que tenía que entrenar a la mañana e ir a la escuela a la tarde. Pero la escuela no era lo mío en ese momento, después cuando comencé a recorrer el mundo con el fútbol se me vino a la cabeza por qué no seguí estudiando un poco más. Quizás por eso es que casi no me salen las palabras y las frases”, se sinceró y agregó que le hubiese gustado terminar el secundario.
El fútbol dijo que le dio clase, todo lo que no le dio la escuela. “Después entendí lo que significa ser un profesional y cosas que te llevan a aprender de la vida. La facultad para mí fue estar en un equipo de fútbol y jugar al fútbol. Tengo una empresa chica, con maquinaria nueva, pero alrededor tenés monstruos, es muy difícil. Tenía un rival en el fútbol, pero en el campo, como soy contratista, tengo rivales importantes… Yo no sé si hay una similitud, pero casi”, precisó.
En medio del salón hizo un chiste para tener nuevos clientes de no menos de 500 hectáreas porque si no no llega con los costos: “Después les dejo un número para que me llamen”, contó. Por último, agregó que es importante tener un país en el que se empiece a ascender. “Por eso invertí en este país. Me quiero quedar invirtiendo acá y voy a seguir haciendo cosas para estar cómodo. Yo invierto en mi país y quiero que le vaya bien, si no rápidamente me hubiese ido. Como en su momento quise jugar al fútbol, decidí meterme en este emprendimiento; sé que no es fácil, que es caro, pero lo voy a hacer con mi cabeza y de todo lo que aprendí de grandes técnicos. Lo bueno es que hoy me acepta mucha gente, creo que lo hice y bien. Seguramente con muchos errores, los más deportivos en la vida que me han enseñado a encarrilar”, aseguró.
Por último, agregó: “Estamos en un momento difícil en este país tan hermoso que tenemos, las dos cosas que me dieron tanto fue el fútbol y el campo, pero me lo gané con esfuerzo. Todo depende de uno y la cabeza que puede llegar a tener y si te dejás ayudar”, cerró.
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