Luego de que autoridades chinas notificaran a la Argentina de una aparente detección de ARN viral de Sars-Cov-2 en la superficie externa de cajas de cartón que contenían carne bovina congelada proveniente del país, el riesgo final de que una persona adquiera Sars-Cov-2 por manipular un alimento importado podría considerarse insignificante.
Esa fue una de las conclusiones a las que llegó un grupo de científicos locales, entre ellos integrantes del Conicet. Los autores del documento, el médico Eduardo López, los médicos veterinarios Carlos van Gelderen y Marcelo Signorini, el biólogo Juan Martín Oteiza, y el doctor en Ciencias Veterinarias Gerardo Leotta, explicaron que la pandemia por Covid-19 no es una crisis de inocuidad alimentaria y cuya principal vía de transmisión del virus es entre las personas, a través de partículas expulsadas por una persona infectada desde la boca o la nariz, al toser, estornudar y la posibilidad de aerosolización.
En este sentido, informaron que no existe evidencia científica que demuestre que los virus que causan enfermedades respiratorias en humanos (como el Sars-Cov-2) se transmitan a través de los alimentos, que los animales de consumo (bovinos, porcinos, aves, peces) transmitan el virus, ni que puedan enfermarse y que el virus Sars-CoV-2 se transmita a través de la carne de peces, cerdos, bovinos, aves u otros animales de consumo.
Según el reporte, diferentes agencias internacionales reconocen que hasta el momento no está demostrado que los alimentos sean una fuente probable o vía de transmisión de Sars-Cov-2, entre las que figuran la FAO (2020), la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, 2020), la OMS (2020a), el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, 2020), la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, 2020a y 2020b), el Centro para Control y Prevención de las Enfermedades (CDC, 2020a), y la Red de Seguridad Alimentaria del Conicet en la Argentina (RSA-Conicet, 2020), entre otras.
En este sentido, dijeron que en los últimos meses se publicó información periodística que "instaló confusión en la opinión pública respecto de la detección de material genético de Sars-Cov-2 en superficies de cajas y contenedores de alimentos congelados (camarones, salmón, pollo, porcinos y bovinos) de Noruega, Brasil, Alemania, Nueva Zelanda, Ecuador y Argentina, entre otros".
"El estado argentino lleva a cabo el control de la producción de alimentos y estableció protocolos para los diferentes sectores productivos en relación al Covid-19. Las plantas exportadoras de carne cumplen rigurosamente con los protocolos de trabajo, siendo los mismos adecuados para prevenir el contagio y eventual contaminación del producto", explicaron.
Asimismo, "la mayoría de los microorganismos patógenos, incluyendo los coronavirus(CoV), pueden inactivarse mediante los Procedimientos Operativos Estandarizados de Saneamiento (POES) que se utilizan en la industria alimentaria. Sars-Cov-2 es sensible a los principales desinfectantes comúnmente utilizados a nivel industrial. En este sentido, no es necesario utilizar agentes de desinfección especiales para la eliminación del virus".
Otro dato que destacan los expertos es que la supervivencia de Sars-Cov-2 en superficies se basa en datos experimentales (temperatura y humedad controlada, entre otras condiciones), que estima un máximo de sobrevida de siete días en plásticos y en acero inoxidable. "Sin embargo, no existe evidencia científica hasta el momento que demuestre que el virus pueda transmitirse por esta vía", señalan.
Por otra parte, la información es que el material genético (ARN) de Sars-Cov-2 se habría encontrado en cajas externas de cartón y no en el producto elaborado en la Argentina. "Debido a su estructura, se considera que el cartón es una superficie porosa y que el material genético fue encontrado luego de un viaje marítimo de 55 días y luego de ocho días de movilización y manipuleo terrestre dentro de China. Cabe mencionar que no existe bibliografía científica que demuestre que el virus sea viable luego de 60 días en condiciones similares a las de un viaje de estas características", describen.
Otra cuestión a tener en cuenta para los expertos es que la sola detección de ARN viral en una muestra no implica que la misma contenga partículas virales infectivas: "Un resultado positivo de un análisis de amplificación de ARN (por PCR o LAMP) implica solo eso. Resulta en un error conceptual inferir con esto la presencia de virus infectivo. Inclusive, en humanos recuperados de COVID-19 se ha encontrado hisopado positivos con PCR, pero cultivos virales negativos".
"Inclusive se hipotetizó que Sars-Cov-2 podría sobrevivir durante 20 años a -20ºC o 3 meses a -4ºC (Times Now News, 2020). En condiciones experimentales se ha demostrado que el virus es termolábil, aunque en medios de conservación especiales puede sobrevivir a bajas temperaturas (4ºC, -20ºC y -80ºC) (Chin et al., 2020; OMS, 2020b). Entre estos medios de conservación especiales no se encuentra la superficie de cartón", informaron.
Con un ejercicio teórico y con información periodística publicada por medios chinos sobre más de 227.934 de alimentos (sus envases y muestras ambientales) realizadas en los puertos de China (Xinhuanet, 2020), los expertos dijeron: "En julio de 2020, se estimaba que se podría encontrar material genético de Sars-Cov-2 en una la superficie de un contenedor de alimentos sobre un total de 250.000 analizados (IC95% 1,06 x 10-6 – 2,44 x 10-5). Esta estimación es reafirmada con información generada en los puertos de China, ya que en setiembre pasado se habían analizado 3 millones de muestras de superficies, de las cuales 22 fueron positivas para la detección del material genético del virus, o sea 1.8 cada 250.000 contenedores".
Según los científicos, para que se dieran casos humanos de Covid-19 por consumo de alimentos importados, deberían ocurrir, al menos, los siguientes eventos: "El virus debería proceder del país de exportación, debería haber permanecido viable durante el transporte desde el país de origen al de importación bajo las condiciones de temperatura y humedad. Los productos argentinos desde su acondicionamiento en planta hasta su distribución en China demoran más de 60 días".
También "debería pasar de la superficie externa de los contenedores al alimento contenido (pasando por el envase primario y secundario que contienen a los alimentos), el virus debería sobrevivir desde su arribo al país de destino hasta la manipulación final en los hogares o puestos de consumo, el alimento debería ser manipulado y el manipulador tocar con sus manos (sin lavarse o desinfectarse) las mucosas efectivas en la transmisión (ojos, nariz y boca), la dosis del virus expuesta debería generar una infección".
Para los autores del documento, si bien no se cuenta con información sólida que permita modelar la probabilidad de ocurrencia de cada uno de esos eventos, "se podría asumir que las mismas son bajas. Para que la infección ocurra por esta vía, deberían combinarse todos los eventos anteriormente detallados lo que resultaría en que el riesgo final de que una persona adquiera Sars-Cov-2 por manipular un alimento importado podría considerarse insignificante".
"En un escenario desfavorable sería inferior a un caso en un billón (1.000.000.000.000) de personas potencialmente expuestas. Cabe comparar este riesgo con las 7.800.000.000 personas que conforman la población mundial, para demostrar que el riesgo estimado de transmisión de Sars-Cov-2 a través de superficies es insignificante", concluyeron.
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