El ministro de Economía, que participó de una jornada de precandidatos presidenciales, defendió sus últimas medidas y buscó congraciarse con el campo
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La gente se apilaba de pie hasta el fondo de la sala de la Exposición Rural de Palermo, en el auditorio principal, donde se realizaba una jornada de precandidatos presidenciales organizada por la Sociedad Rural Argentina (SRA). Las expectativas por el ingreso y la llegada del ministro de Economía, Sergio Massa, comenzaron a notarse cerca de las 11.30, la hora en que estaba programado su discurso. Al igual que todos los precandidatos, Massa ingresó por un sitio seguro contiguo al lugar. En el ingreso, en un gran despliegue de seguridad se revisaban las mochilas y hasta las materas. La sensación de posibles muestras de malestar era latente. Una camioneta acercaba a los precandidatos hasta el fondo del edificio, de donde bajaban y pasaban directamente a un pasillo cubierto por cortinas negras que los conducía hasta subir al escenario.
Durante su presentación, el precandidato a presidente respondió las críticas del sector agropecuario luego de las medidas de ayer por el dólar agro, que sumó al maíz, y el impuesto PAIS a la importación. Prometió una baja de retenciones para las economías regionales a partir del 1° de septiembre próximo. El ministro y candidato dividió la charla en dos partes: una vincula con la coyuntura y otra sobre el futuro. Buscó caer agradable al sector e incluso un grupo que lo acompañó se encargó de disparar aplausos.
“Me parece central entender que cuando se habla o se analiza el contexto no tenemos que dejar fuera de la mesa que estamos frente a la peor sequía de los últimos 100 años. En términos del impacto no solo se ve reflejado en la caída del producto [PBI], sino en el volumen de exportaciones del sector, en el impacto macroeconómico de nuestras reservas, en nuestra posibilidad de acumulación de reservas y de mejora de la situación externa de la Argentina”, señaló.
Massa dijo que “hay medidas transitorias que pueden ser más o menos agradables o más o menos cuestionables, pero que tienen que ver con la realidad del momento y no se las puede analizar sin tener en cuenta la coyuntura”. Luego defendió las medidas anunciadas: “Ninguno de ustedes puede desconocer que el programa con el Fondo y la sequía le imponen a la economía Argentina, que de alguna manera exige que el trabajo que venimos haciendo de medidas de contexto tengan que ver con cuidar la estabilidad macroeconómica argentina y cuidar al sector productivo”.
Más adelante amplió diciendo que “es importante entender que a lo largo de los meses que nos tocó trabajar juntos, muchas de las dificultades que nos ha tocado enfrentar lo hemos podido hacer sin necesidad de discusión, debate o pelea”.
En otro tramo del discurso hizo énfasis en que la macroeconomía ha tenido en los últimos 40 años una enorme dependencia del sector agropecuario en términos externos. Se refería, dijo, a cada momento que viven las commodities de buenos precios internacionales o los buenos niveles de producción que repercuten en la fortaleza fiscal para el Estado. No obstante, mencionó que esto le trajo restricciones a la economía argentina. “Es como si los últimos 40 años un solo motor hubiese impulsado este barco que todos llamamos la Argentina”, agregó.
Massa insistió con la figura del “barco” y remarcó que es importante que haya otros motores que lo acompañen, como la minería y el sector del conocimiento. “Cuando vemos otros motores generadores de divisas, claramente vienen a acompañar; de alguna manera a medida que tenga la posibilidad de ir creciendo, va a tener la posibilidad de crecer. Es la mejor forma que el sector no sienta la carga fiscal”, agregó.
El reloj marcaba 10 minutos de discurso y comenzaba la cuenta regresiva cuando un grupo de asistentes lanzó un tímido aplauso. Massa había sostenido: “El desafío es ver de qué forma y cómo a este motor principal se acompaña con otros motores que alivianen la carga de la economía y que permitan el desarrollo equilibrado, que la carga sea equilibrada, sin prejuicios y dogmas del sector agroindustrial, que depende de que se generen cambios”.
El ministro buscó congraciarse con el sector y hasta rescató un episodio con algunos protagonistas del conflicto por la resolucion 125 [de retenciones móviles que en 2008 impulsó la expresidenta Cristina Kirchner] con quienes compartió tiempo después la tapa de una revista: “No se puede vivir abrazado eternamente a peleas de pasado, porque eso frena a la Argentina”.
“La argentina es campo e industria; necesita un Estado eficiente”, indicó en su exposición y resumió que cree “en la propiedad privada y en el campo como motor de economía”. También habló muy breve sobre la industria del juicio laboral, donde acotó que “hay muchos jueces que se hacen los distraídos”.
Entre otras cosas, también repartió críticas. Lo hizo con las cerealeras que la semana pasada cuestionaron el nuevo tipo de cambio para las economías regionales y el maíz. También con un mensaje que pareció destinado a la oposición que aquí hizo promesas en torno de una baja de las retenciones. “No vale todo en campaña. Creo que es muy importante para cambiar la credibilidad del sistema político argentino decir lo que uno puede hacer y lo que no”, dijo el ministro durante el discurso.
En otra parte, pidió que el Congreso sancione el proyecto de ley agroindustrial que busca fomentar las inversiones en la actividad.
Massa tuvo aplausos de cierre en su discurso más extensivos no solo del grupo que lo acompañó y que se ubicó estratégicamente, sino de aquellos que esperaban definiciones.
Antes de irse de la Rural, el ministro de Economía almorzó en el Restaurante Central. Se sentó en la mesa N° 2 con su equipo integrado por el secretario de Industria y Desarrollo Productivo, José Ignacio de Mendiguren; el secretario de Agricultura Juan José Bahillo; el exministro de Agricultura Julián Domínguez y algunos intendentes que lo acompañaron. De las autoridades de la Rural, en tanto, entre ellos el presidente, Nicolás Pino, los vicepresidentes, Marcos Pereda y Raúl Etchebehere; la secretaria Eloísa Frederking, y el coordinador de la Comisión de Carnes y secretario de la SRA, Carlos Odriozola.
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