El presidente de la Cámara de Diputados se pronunció de esa manera en una reunión con el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) por la ley de fomento a las inversiones en el sector que se tratará en las sesiones extraordinarias
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El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, señaló hoy que “el gobierno y el campo no son enemigos sino que se pueden poner de acuerdo”. Se pronunció de esa manera tras recibir al ministro de Agricultura, Julián Domínguez, y a los representantes del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) en la Cámara baja.
Según se informó desde el área de prensa de Massa, el encuentro sirvió “como puntapié inicial para el tratamiento del proyecto de Ley de Régimen de Fomento al Desarrollo Agroindustrial Federal, Inclusivo, Sustentable y Exportador”.
Es una iniciativa que el presidente Alberto Fernández incluyó para el tratamiento en las sesiones extraordinarias. Fuentes privadas señalaron que la próxima semana se conformaría la Comisión de Agricultura y se iniciaría el debate. La ley contempla estímulos para las inversiones, deducciones para la compra de insumos y beneficios para la ganadería, entre otros rubros.
El CAA mantuvo diversas reuniones con funcionarios e incluso actores de la oposición para que se impulse una iniciativa que permita saltar de exportaciones totales por US$65.000 a 100.000 millones de dólares.
“No tengo duda de que un campo industrializado es el mejor aliado que la Argentina puede tener para los próximos años porque, en la era del crecimiento poblacional y la revolución de la tecnología, la proteína y el capital humano son los dos valores más importantes de la sociedad moderna”, señaló Massa.
“Esta ley tiene la enorme virtud de construcción de consenso entre el sector público y privado. El gobierno y el campo no son enemigos sino que se pueden poner de acuerdo y dar una política de estado a 10 años o más que permita promover la generación de valor agregado, empleo y aumento de exportaciones”, agregó.
Por su parte, Domínguez calificó al proyecto como “un salto cualitativo y una apuesta a la industrialización”. Señaló, según difundió el área de prensa de Massa: “Esto es un cambio de paradigma, una decisión de todo el sector de desprimarizar el sistema de producción argentino y marcar un sendero industrial, que es el salto que el país tiene que dar”.
Según se informó, en representación del CAA estuvieron Alfredo Paseyro (ASA), Agustín Tejeda (Bolsa de Cereales), David Miazzo (FADA), Martín Rosenkjaer (Clera), Adolfo Franke (Cámara de Productores Porcinos), Roberto Domenech (Centro de Empresas Procesadoras Avícolas), Dardo Chiesa (Mesa de las Carnes), Silvina Campos Carlés (Coninagro).
Entre otros puntos previstos para la ley de fomento, los beneficiarios “podrán optar por practicar las respectivas amortizaciones a partir de la incorporación del bien de que se trate al patrimonio”, así como también “aquellas inversiones que integren el activo de cooperativas alcanzadas por la contribución especial sobre el capital de estas últimas”.
Puntos relevantes
“Para inversiones realizadas en bienes muebles nuevos amortizables (excluidos automóviles) adquiridos, elaborados o fabricados que impacten positivamente sobre el conjunto del entramado productivo local serán en tres cuotas anuales, iguales y consecutivas”, se informó en su momento.
Entre otras cosas, se crea el “Sistema de Promoción Agroindustrial para la Producción Sostenible” para “incrementar la producción agropecuaria, las exportaciones y conservar el capital natural del suelo en el marco de las buenas prácticas y las medidas de adaptación al cambio climático”.
Precisa que se apunta a incrementar el uso de semilla fiscalizada de especies autógamas de producción nacional, estimular la producción sustentable con fertilizantes e insumos, incluso los biológicos, e incrementar la productividad de la ganadería vacuna.
Según se detalla, los inscriptos en un registro de la ley “podrán convertir en un certificado de crédito fiscal intransferible hasta un importe equivalente al que resulte de aplicar la alícuota a la que se refiere el inciso a) del artículo 73 de la Ley de Impuesto a las Ganancias, texto ordenado en 2019 y sus modificaciones, vigente en el periodo fiscal de que se trate, sobre el cincuenta por ciento (50%) de los gastos y erogaciones deducibles del impuesto a las ganancias, correspondientes a adquisiciones de fertilizantes orgánicos e inorgánicos, insumos -incluso los biológicos-, semillas autógamas, forrajeras y hortícolas, debidamente identificadas y fiscalizadas, relacionadas con los Programas a) y b) detallados en el artículo anterior (son de semillas fiscalizadas y uso de fertilizantes respectivamente), y de gastos en genética y sanidad ganadera vinculados con el Programa c) -sobre ganadería-, y hasta el límite del cincuenta por ciento (50%) del impuesto a las ganancias a pagar”.
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