Aparecieron en la costa del río Salado, a la altura de la ruta nacional 5, en la provincia de Buenos Aires, y en Santa Fe; lo atribuyen a la falta de oxígeno y a las elevadas temperaturas
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Durante el fin de semana, en la ruta nacional 5, sobre el puente que cruza el río Salado en la provincia de Buenos Aires, los autos se agolparon a la vera del camino para observar y tomar imágenes de una terrible escena: miles de peces que flotaban muertos en el río.
Una situación similar se vivió en la provincia de Santa Fe, en la Laguna del Plata, a unos 20 kilómetros de la localidad de Vera y Pintado, departamento San Justo, 180 kilómetros al norte de la capital santafesina Según compartió un usuario de Twitter en una grabación con su celular, se pueden apreciar los restos de los cardúmenes amontonados sobre la tierra, a un costado del agua, pero también flotando ya sin vida sobre la laguna.
En rigor, pese a las lluvias del pasado fin de semana, la sequía sigue dando muestra de su fortaleza, y así como antes se reflejó en la seca de arroyos y algunas lagunas, la mortandad de peces parece convalidar el desastre ambiental que originó el evento la Niña en los últimos tres años.
En dialogo con LA NACION, el productor agropecuario Juan Manuel Zunino que es oriundo de Alberti, la localidad aledaña al puente de la ruta nacional 5 sobre el río Salado, comentó: “El río está en una de sus bajantes históricas. Tengo 53 años y nunca había visto el río así como está ahora con un nivel tan bajo de agua. En muchos lugares está prácticamente cortado y sin nada de corriente”, comenta.
El productor explicó que en la zona los especialistas aseguran que atraviesan la peor sequía de los últimos 60 años. En este contexto de falta de agua, sumado a las altas temperaturas, hacen que el oxígeno disuelto en el agua disminuya y se produzca una masiva mortandad de peces en el río. Este fin de semana los termómetros locales marcaron más 40 grados. de temperatura. “Hay lugares en donde directamente las carpas quedaron apoyadas en el barro, no las alcanza a tapar el agua”, comentó.
Además, a ello se agrega que se realizaron obras de dragado, pero no se incluyeron los 200 metros previos y posteriores a los puentes. En consecuencia, como la altura es menor, ante las altas temperaturas y la sequía el cauce disminuye significativamente.
Con este panorama, cada vez encuentran más peces muertos flotando a la orilla del río. Zunino asegura que nunca vio algo similar.
El río Salado es uno de los cursos de agua que atraviesa parte de la región agrícola núcleo. Tiene sus fuentes iniciales en las lagunas La Salamanca, Del Indio y Pantanosa, todas vinculadas a la laguna del Chañar, ubicada en las cercanías de Teodelina, al sur de la provincia de Santa Fe. Luego corre unos 650 km hasta desembocar en el Río de La Plata. Pasa por Bragado, Alberti, Chivilcoy, 25 de Mayo, entre otros.
“En los últimos tiempos el río venía manteniéndose con agua, pero con la sequía de los últimos tres años bajó mucho. El año pasado llovieron 622 mm en todo el año, de los cuales aproximadamente 400 fueron desde fines de enero hasta marzo, cuando la media oscila entre los 1000 y 1200 mm”, indicó Aldo Rubén Bergamini, de la Asociación de Productores Rurales de Alberti.
Además, en este contexto, indicó que las napas bajaron de dos a tres metros. “La producción esta muy afectada, ya hubo problemas para implantar cultivos, se hizo muy poco maíz de primera, y para lo que se hizo de segunda los estados son de regular a malo. Lo mismo ocurre con la soja de primera”, dijo.
Según detalló, Alberti tiene aproximadamente 600 productores que trabajan 120.000 hectáreas. Predomina la agricultura por sobre la ganadería.
En la misma línea, Zunino, que tiene una empresa que presta servicio de pulverización, sufrió una disminución de un 15% de actividad y un fuerte retraso. “La siembra de soja y maíz, que normalmente se inicia a fin de septiembre, octubre o noviembre, se retrasó y se focalizó en diciembre y enero. Por esa razón hay trabajos que tendríamos que haber realizado en octubre y noviembre y los estamos haciendo ahora, como por ejemplo la fertilización de maíz las tendrían que haber realizado los primeros de diciembre, peor los estamos haciendo ahora”, comentó.
En Santa Fe
En tanto, en Santa Fe en la Laguna del Plata, según estiman autoridades de la zona, más de 15.000 ejemplares de distintas especies de río, no lograron sobrevivir a la constante disminución del área cubierta con agua en esa laguna, a unos 20 kilómetros del pueblo.
La única hipótesis que manejan los especialistas es que estos peces habrían muerto como consecuencia del descenso del nivel de oxígeno en su hábitat natural, debido a las condiciones climáticas imperantes en la zona.
Habitantes de la región expresaron su preocupación por la mortandad de peces de distintas especies, como moncholos, rayas, dorados, sábalos y palometas. En la mayoría de los casos la opinión es coincidente: se trata de un hecho muy grave para la región, teniendo en cuenta el costo que demandará el retiro de los peces muertos, el daño ambiental que ello provoca y sumado a ello el cierre de las actividades habituales de verano en la laguna, a la que, en épocas normales, los fines de semana era visitada por 2500 a 3000 habitantes de la zona.
Para graficar lo que sucede, en épocas normales, la laguna tiene una playa de unos 15 metros. Hoy el agua está a unos 150 metros de la costa.
“El único problema es la inclemencia del tiempo, el agua se evapora y se calienta por las altas temperaturas. En los últimos días tenemos temperaturas superiores a los 40 grados y el agua, prácticamente, hierve. No quedan peces vivos en la laguna y va a llevar mucho tiempo recuperar el recurso”, comentó Daniel Giménez, encargado del camping de la Laguna Del Plata.
Ante una consulta sobre la situación del camping, el encargado explicó que “va a estar cerrado hasta nuevo aviso, sobre todo porque ya me explicaron que con los peces no se puede hacer nada, porque por el barro no puede entrar ningún tipo de maquinaria y retirarlo”.
Finalmente, el encargado del camping expresó que “es la primera vez que veo algo así a causa de la sequía. Esto va a provocar un gran retroceso. Es una pérdida muy grande; los peces no van a crecer de un día para el otro, y menos si no tienen agua”, añadió.
También se registraron similares problemas en el sur santafecino. En la zona de Villa Cañás, en el departamento General López, 270 kilómetros al sur de la capital provincial, la evaporación por altas temperaturas y falta de lluvia provocaron también una elevada mortandad de peces en la laguna La Soraida, que también baña los pueblos de Elortondo y Hughes.
La situación se considera sin precedentes en las últimas tres décadas, donde la variedad del pejerrey -la más apreciada en la región- parece haber desaparecido.
La Soraida es un lago endorreico, pero según los especialistas, “hoy no hay más de 30 centímetros de agua por lo que se consume todo el oxígeno que hay y los peces mueren”.
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