El nuevo presidente de Coninagro dijo que eso es necesario para “empezar a crecer”; apuntó sobre la presión impositiva en todas las esferas, además del Estado nacional, en provincias y municipios
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El flamante presidente de Coninagro, Lucas Magnano, consideró hoy, en su primera presentación ante la prensa al hacerse cargo de la entidad, que las retenciones, “más tarde o más temprano, van a tener que empezar a bajar”.
El directivo, oriundo de Villa Trinidad, provincia de Santa Fe, señaló que la Argentina necesita crecer, ya que “viene en un franco retroceso”. En esa línea, dijo que para crecer hay que dar señales a los mercados y, “en este caso al agropecuario, eso sería una buena señal para empezar”.
“Creo que las retenciones es un tema que, más tarde o más temprano, van a tener que empezar a bajar porque, si nosotros necesitamos, como la Argentina, crecer, hace muchos años que el PBI viene en retroceso, es necesario empezar a crecer. Y para que se de ese crecimiento, si algo tenemos que hablar es de dar señales a algún mercado, y en este caso al mercado agropecuario. Así que, si de eso se trata, esa sería una muy buena señal para empezar a crecer en el tiempo; sería fundamental”, señaló.
Para Magnano, lo que influye “no es solo la carga tributaria del Estado nacional, sino que la consolidada es demasiado alta en todas las esferas”.
“Tenemos una carga fiscal consolidada muy grande. Acá no es solo que el gobierno nacional, sino los gobiernos provinciales y los municipios tendrán que poner en algún momento las barbas en remojo y, de la misma manera que los productores tendremos que hacer un esfuerzo seguramente, todos deberíamos hacer un esfuerzo para tratar de acomodar un poco nuestros números y lograr la subsistencia y que no se torne una mala palabra ganar plata”, apuntó.
En otro tramo de su presentación señaló: “Creo que es un trabajo que se tiene que hacer entre todos porque aquí nadie es responsable al 100% del deterioro que tuvo el productor y de la nula ecuación que prácticamente tiene. Las políticas económicas actuales han realizado un incremento de costos relativos grandísimo con el cual se ha achicado muchísimo la ecuación del productor. Nosotros nos acoplamos a costos regionales, pero tenemos precios interiores; entonces, nuestra suerte está cantada si eso no se modifica en un corto plazo”.
Magnano proviene de la poderosa Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA). Con esa entidad llegó al cargo. En los últimos días hubo pedidos de la Federación de Acopiadores de Granos para que el Gobierno termine con una exención que tienen las cooperativas agrícolas en el Impuesto a las Ganancias. Hoy, incluso, los centros de corredores de cereales de Bahía Blanca, Buenos Aires, Rosario y Santa Fe reclamaron el fin de esa eximición para las cooperativas y remarcaron: “Las ventajas fiscales no deben utilizarse para crear desequilibrios en la competencia”.
Al respecto, el presidente de Coninagro indicó: “Nosotros no lo vemos así. Sabemos que eso no nos genera ninguna ventaja. Es más, hay muchas cosas que no son ciertas en la nota [de los Acopiadores], pero no opinamos porque creo que debemos estar focalizados en lo nuestro”, expresó el flamante máximo directivo.
En cuanto a la relación entre el agro y el Gobierno, Magnano hizo hincapié en la importancia de mantener un canal de diálogo constante. “Que el campo se reúna, sea recibido y ponderado por un presidente de la Nación es fundamental. Tener un espacio de diálogo y un canal de conexión con el presidente es básico. Todos los presidentes deberían reunirse periódicamente con el campo para planificar y generar agendas, y de alguna manera construir una visión de país”, destacó.
Además, el presidente de Coninagro subrayó el papel fundamental del sector agropecuario en la economía. “La Argentina es un país muy agropecuario y agrodependiente. Por supuesto, somos una economía más dentro del país, pero tenemos nuestra importancia. Estamos siempre y nunca le sacamos el hombro al país”, afirmó.
Magnano anticipó que su gestión buscará “trabajar mucho más para mañana” y enfocarse en el mediano y largo plazo, sin descuidar la coyuntura actual. “No significa que todo lo que se ha hecho anteriormente esté mal, pero trataremos de mejorar lo que no está tan bien y profundizar lo que sí funciona”, manifestó.
En relación con la situación actual del productor agropecuario, el flamante presidente reconoció las dificultades económicas y la caída en la ecuación de rentabilidad debido al aumento de costos relativos y la baja de los precios internacionales. “La macroeconomía argentina está cambiando, y eso tendrá un fuerte impacto en la producción. Es fundamental brindar apoyo técnico y garantizar el acceso a insumos para minimizar las pérdidas y buscar eficiencia”, sostuvo.
Magnano enfatizó la importancia de adaptarse a las fluctuaciones del mercado internacional y buscar alternativas para mitigar su impacto. “Es necesario ampliar el marco de negocios del productor primario. El negocio no termina en la tranquera; debemos innovar con estrategias como el mercado a futuro, toma de coberturas y otras herramientas financieras”, explicó.
A pesar de las dificultades, mostró optimismo respecto a una leve mejora en el consumo interno, lo que podría beneficiar a las economías regionales. “Los indicadores de alta frecuencia vienen mejorando, lo que podría significar un repunte en el consumo. Esto es un espaldarazo importante para las economías regionales”, señaló. Aunque advirtió que los excedentes exportables aún enfrentan complicaciones por los aranceles y la baja de precios internacionales.
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