Los productores de pymes agropecuarias consumen la mayor parte de su tiempo en resolver temas burocráticos; crece la exigencia de información de los organismos públicos
Como si no bastara el hecho de producir a cielo abierto y enfrentar un clima cada vez menos estable, el productor agropecuario debe hacer frente a una carga administrativa abrumadora, y encarar exigencias de información al fisco que son inéditas en el mundo, que en la mayoría de los casos no tienen en cuenta la realidad productiva del campo y, lo que es peor, son eventuales instrumentos de diferentes tipos de abusos por parte de organismos públicos que pueden dar de baja, o suspender a los productores sin juicio previo.
Recientemente un novel productor se vio envuelto en un enredo verdaderamente kafkiano cuando quiso ni mas ni menos que dar de alta a su primer empleado rural, lo que le llevó un mínimo de seis trámites distintos ante diferentes organismos que le exigían diversos comprobantes, y ninguno de los cuales comparten su base de datos. Luego de completar y firmar el legajo con los datos del empleado, dio el alta on line en Osprera, la obra social de los empleados rurales, operación que, sin embargo, tuvo que repetir personalmente en la delegación del domicilio del campo; tuvo que darse de alta como empleador en AFIP, contratar una ART y un seguro de vida obligatorio con un productor de seguros; ir personalmente a la dependencia de Anses para informar el alta del empleado y lograr que los familiares del empleado puedan cobrar las asignaciones familiares; realizar un alta provisional online en Renatre y luego llevar este formulario y otros tantos papeles a la delegación mas cercana de ese organismo, en este caso a cientos de kilómetros del campo.
Según Roberto Campi, referente en temas impositivos de Carbap, un productor mediano debe dedicar más de la mitad de su tiempo a realizar trámites burocráticos para poder cumplir con las exigencias, en especial, de la AFIP, muchas de las cuales recrudecieron luego del conflicto entre el campo y los Kirchner.
Campi señala en especial la resolución 2750, que obliga a informar la superficie sembrada de los cultivos de cosecha fina y gruesa; la capacidad productiva (cantidad de granos cosechados destinados a venta con sus referencias geográficas en el caso de los silos o bolsones, y las toneladas entregadas a los acopios) para generar una cuenta corriente granaria que se descuenta con cada venta. "Pero el grano no es un número, como el de una cuenta corriente bancaria. La existencia física es estimada; y aunque se haya pesado, siempre hay diferencias por la pérdida que puede generar su traslado; que hay que salvar con multinotas y trámites pesados, a veces por unos pocos kilos".
Entre otras de las exigencias que tiene exclusivamente el campo, también hay que informar la compra de silo bolsas a la AFIP y su destino.
Además, el Registro Fiscal de Operadores de Granos obliga a cumplimentar una cantidad de datos sobre el campo propio o arrendado, para el que la AFIP exige marcar con 4 únicos puntos georeferenciados la superficie que se va a sembrar en la partida inmobiliaria correspondiente, lo que hace imposible de referenciar una laguna, por ejemplo, en el medio del lote. Y todo esto a riesgo de incumplir con alguno de los infinitos requisitos, lo que puede transformarse en la peor de las pesadillas: no hay más devolución del IVA, y se sufre una retención del impuesto a las ganancias del 15% sobre las ventas.
Con penalidades extremas
Las cartas de porte, indispensables para vender granos, se niegan ante el mas mínimo incumplimiento fiscal, como por ejemplo no haber presentado una posición de IVA. "Si hubo algún incumplimiento mínimo, no tienen porque negarte tu derecho a comercializar", dice Campi. A la carta de porte se le sumó el Código de Trazabilidad de Granos (CTG), que se genera en la página de la Afip; y el Código de Operación de Traslado (COT), trámite que se realiza en la página de ARBA en el caso de la provincia de Buenos Aires. Todo esto obliga a tener conectividad en el momento de cargar los granos, algo poco frecuente en el campo.
Otra de las exigencias relativamente nuevas es el Renspa verde, que se necesita para la producción agrícola en campo propio o alquilado y que se tramita en el Senasa local. Los datos solicitados son los mismos que pide la resolucion 2750.
Si no se tiene activo el Renspa, no está activo el Registro Único de Semillas (RUS), que debe realizarse dos veces al año para soja y trigo. Estos sistemas tienen ciertas dificultades para su aplicación: un productor pudo haber declarado su intención de sembrar 100 hectáreas de soja, pero luego sembró menos porque llovió, lo que exige notas a la AFIP para salvar las llamadas "incongruencias".
"Los contadores muchas veces trabajamos a pérdida para los clientes más chicos, por la cantidad de trámites que se exigen por explotación", dice Santiago Sáenz Valiente.
Muchas provincias exigen guías para el traslado de hacienda que se pueden sacar sólo de manera presencial en cada municipalidad con pagos exclusivamente en efectivo. Y hay municipalidades que también exigen el pago de un permiso de marcación por cada ternero nacido. Ambas, según opinión de los productores, meras fuentes de caja fácil para los municipios. En cambio, el documento de tránsito que exige Senasa ya es electrónico y puede tramitarse por internet, eso sí, si se cuenta con señal.
"El engorro de trámites burocráticos refleja cómo el Estado se ha transformado en un conjunto amorfo de corporaciones grupales que solo atienden a sus propios intereses, en perjuicio de los ciudadanos y abandonando su finalidad de preservar el interés general", resume el ex presidente de Carbap Juan Pedro Merbilhaa.
Ley Pyme
Con los mismos trámites
Desde la Secretaría Pyme, impulsaron la ley pyme, que contempla beneficios impositivos y crediticios. El registro se gestiona online. Con ese registro, las pymes no tienen que volver a repetir los trámites para acreditarse como tales ante otros organismos. Sin embargo, esto no las exime de seguir cumpliendo con la abrumadora carga de trámites.
La orden de Macri: luchar contra el papelerío
Muchas de las quejas relevadas entre productores se centran por un lado en las interminables exigencias de papeles y comprobantes por parte de los organismos de recaudación nacionales y provinciales, así como de la banca oficial a la hora de armar una carpeta crediticia. Y por el otro en los diferentes requisitos que distintas oficinas del Senasa exigen para un mismo trámite, es decir, a la falta de un criterio unificado. Desde el organismo, su presidente Jorge Dillon asegura que "durante 2016 trabajamos mucho para mejorar la gestión en las distintas actividades y agilizar el servicio. Para cumplir cada vez mejor e rol, realizamos el desarrollo de sistemas de información integrados".
Recientemente, se implementaron nuevos procedimientos para los establecimientos que integran el circuito comercial que provee ganado para faena de exportación a la Unión Europea (UE), con el acceso de animales a la Unión Europea en forma más dinámica.
A su vez, la Subsecretaría de Control Comercial Agropecuario implementará una simplificación y desburocratización de trámites.De esta forma, algunas actividades inscribirán automáticamente por el solo hecho de cumplir los datos de registración en otros organismos. En el caso específico de la ganadería, los feedlots obtendrán su matrícula tras cumplir con los requisitos del Senasa.
Y del mismo modo importadores y exportadores de ganados y carnes no deberán presentar habilitación sanitaria si cumplimentan los requisitos requeridos por el Senasa para obtenerla. El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, resume la intensión del gobierno en esta cuestión: "La desburocratización del Estado es una iniciativa que viene desde Presidencia, y a la que nos sumamos con gusto debido a los beneficios que conlleva para las diversas cadenas. Es mucha la agilización que logra el productor al no tener que hacer trámites repetitivos o tediosos. De esta manera logramos optimizar tanto la operatoria productiva como la comercial".
Requisitos y obstáculos que complican la tarea diaria
Las obligaciones administrativas y el nivel de penalidades, en su punto más alto
Roberto Campi - Dirigente de Carbap
- "Las cartas de porte, indispensables para vender granos, se niegan ante el menor atraso fiscal"
- Hay productores que se enteran en la cosecha. Sin embargo, ante un incuplimiento fiscal mínimo no se puede negar el derecho a comercializar
Santiago Saenz Valiente - Contador, asesor impositivo
- "Las obligaciones formales a cumplir son excesivas y las sanciones son extremas"
- Las obligaciones formales para los productores chicos y medianos son similares a la de los grandes teniendo costos administrativos muy altos
Juan Pedro Merbilhaa - Abogado, consejero Carbap
- "Los engorrosos trámites reflejan las luchas internas de la buro-tecnocracia por espacios de poder"
- Mucha de la burocracia se explica por intereses, especialmente en la provincia de Buenos Aires que también da piedra libre a las municipalidades.
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