Mario Llambías: “Ganaron aquellos que defienden la pobreza, los que quieren un pueblo sometido”
Para el expresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), el Gobierno de la entonces presidenta Cristina Kirchner desconocía el campo al impulsar la resolución 125 de retenciones móviles
“En la primera reunión, Cristina Fernández estaba muy nerviosa”, recuerda Mario Llambías, quien fue presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), una de las cuatro entidades que creó la hoy llamada Mesa de Enlace durante el conflicto de la resolución 125 de retenciones móviles que implicaba un fuerte aumento para la soja y otros productos. En la oleaginosa se aumentaba la alícuota del 35% a casi un 44,1% y alcanzaba luego un tope de 48,7%.
La madrugada del 17 de julio de 2008 el Senado rechazó, con el “no positivo” del entonces vicepresidente Julio Cobos, un proyecto para que las retenciones móviles fueran una ley y le provocó al gobierno de la expresidenta una severa derrota política.
“Había desconocimiento de muchos temas”, añade Llambías 15 años después de aquel conflicto. El día anterior a que el exministro de Economía, Martín Lousteau, anunciara la medida, se reunieron Luciano Miguens, expresidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Fernando Gioino, expresidente de Coninagro, y él con senadores del radicalismo. Eduardo Buzzi, expresidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), estaba en Rosario. En ese marco, a los posteriores discursos que vinieron después sobre la medida los siguieron desde el Congreso. “Nos dimos cuenta de que esto era una cosa mucho más grave que un aumento de un impuesto de un día para el otro, era un límite a la producción”, señala.
“Ganamos esa votación de la 125, pero perdimos un proyecto de país que lo que quería era más producción, más riqueza, trabajo y bienestar para todos los argentinos. Ganaron aquellos que defienden la pobreza, los que quieren un pueblo sometido a los designios de los gobernantes de turno y lamentablemente nos va a costar mucho salir”, explica.
En ese momento trascendió que Guillermo Moreno, quien era por entonces el secretario de Comercio, le presentó a Cristina Kirchner un plan económico de casi un 64% de retenciones a la oleaginosa. Pero Lousteau le armó a la expresidenta la otra alternativa, “más viable”, mediante la resolución 125.
“Cuando él armó esta resolución no dijo que había sido para frenar una retención de más del 60%, que pretendía poner el secretario de Comercio, y que lo había hecho en pocos días, así que no tuvo tiempo de hacer este mamarracho y consultarlo con las entidades. Con mi entidad no lo consultó y con las otras tampoco”, aclara.
Durante los cuatro meses que duró el conflicto, la Mesa de Enlace mantuvo dos reuniones con Cristina Kirchner, pero Llambías cuenta que en la primera, la exprimera mandataria “estaba muy nerviosa” y que había “desconocimiento de muchos temas” relacionados con el sector y lo que pasaba en el país. “Se equivocó en muchas cosas, tuvo muchas promesas incumplidas. Escuchaba lo que le decíamos y le pedía al ministro del Interior que estaba allí presente que anotara los temas que le decíamos. En ese tiempo habían salido con el tren bala, y yo le dije: ‘por qué no tratan de arreglar el Belgrano Cargas que es una columna vertebral del país’. Inmediatamente, le dijo al ministro que anotara que era un tema interesante, pero nunca se hizo nada”, afirma.
El entonces vicepresidente de la Nación y presidente de la Cámara de Senadores, Julio Cobos, obligado por el empate entre el oficialismo y la oposición, rechazó el proyecto con su histórico “no positivo”.
Llambías recuerda que Cobos estaba tratando de encontrar soluciones. “Lo que quiso hacer Cobos fue pacificar al país. Siempre pienso que un triunfo a favor del gobierno en la 125 hubiese seguido un enfrentamiento permanente, por mucho más tiempo. Algunos teníamos la convicción de que iba a salir de esta forma, pero siempre te quedaban las dudas”, precisa hoy.
El exdirigente recuerda los dos actos: el de Rosario, por el 25 de mayo para buscar la unión nacional, y el del Monumento de los Españoles, donde pronunció una recordada frase antes de las horas decisivas. “Hay que rescatar el voto de los 36 senadores que se la jugaron por el país, muchos del mismo Frente para la Victoria, que entendieron los problemas. En aquel momento no estábamos tanto con la igualdad de género, había menos senadoras mujeres y una de mis frases fue: ‘pongan hue... senadores’, para que tuvieran la valentía de votar. Otra frase que me la comentaron mucho en Rosario fue: ‘No se confundan, este matrimonio no fue Perón y Evita. Ni nosotros somos la Unión Democrática, ni Cristina y Néstor son Perón y Evita’. Sé que les dolió y a muchos peronistas les hacía recordar otras épocas”, indica.
La Mesa de Enlace intentó llegar a un consenso con el Gobierno. Los equipos técnicos de las entidades y el Gobierno trabajaron para hallar una salida, pero el matrimonio presidencial se había negado a cualquier tipo de acuerdo. “Allí fue clara la diferencia y se marcó en el apoyo de la gente de que quienes queríamos arreglar las cosas éramos los productores y quienes querían imponer su voluntad era el Gobierno. Ese fue un error muy grande que tuvieron. Néstor Kirchner pensó que se buscaba una lucha política y se equivocó, era una lucha por la producción. Después es que pensó que con esta medida nos iba a frenar, pero cuando un dirigente que conoce los temas y está en contacto con los productores, sabe que está en lo cierto y convencido; es muy difícil frenar a los dirigentes”, remarca.
En el Senado habían comprendido la situación, tras una tarea de los productores y las entidades que concurrían al recinto para explicar los temas. El exdirigente asegura que esa gestión fue fundamental para que vieran cuáles eran los problemas que planteaban los ruralistas. “Hay que recordar que en Diputados se perdió por poquitos votos y gracias a las valijas que hubo presente esa noche, y a algunos que les prometieron cosas para sus provincias. Hablé personalmente con diputados de Río Negro, junto a Buzzi, les habían prometido soluciones que nunca llegaron”, recuerda.
La disputa por la 125 marcó a quienes la vivieron en las rutas, las plazas y en todos los rincones del país. A los exdirigentes, como Llambías, pocas cosas los tocaron tanto o más que ese acontecimiento. “A mí me tocó vivir un período donde era presidente de Carbap y 11 millones de hectáreas de la Argentina estaban hipotecadas. La lucha para salvar esas hectáreas para que los productores pudieran volver a salir a producir fue muy grande. En la mayoría de los casos logramos resultados positivos. Había casos donde bancos privados iban a rematar un campo porque había una pelea con el gerente y el productor. Ahí lográbamos un acercamiento. Me ha pasado más de una vez que hay gente que me ha dicho: ‘vos me salvaste la casa, me salvaste el campo’. Eso te llega aún más que la 125. Porque tocas algo muy íntimo, muy social. A nadie le gusta que te rematen el campo y menos que te rematen la casa”, concluye.