Militar puntano, nacido en el último año del virreinato (1809) y muerto en 1875. Ése fue Manuel Baigorria. Unitario por convicción, peleó en "Oncativo" a las órdenes del "manco" Paz venciendo a Quiroga. Un año más tarde, en 1831; cayó prisionero de Facundo vencedor de la batalla de "Rodeo de Chacón" y escapó para exiliarse entre los Ranqueles, con quienes convivió por más de 20 años.
En territorio indio se rodeó de otros gauchos aindiados, los que, como Martín Fierro, por diversos motivos elegían aquerenciarse en las tolderías. Baigorria, bautizado por los indios "Lautraman" (Cóndor petiso), llegó a liderar una fuerza de unos 300 gauchos con toldería propia en la actual provincia de La Pampa. En 1833 combatió en la batalla de "Las Acollaradas", (actual San Luis) contra las tropas oficiales de Ruiz Huidobro y junto al mítico cacique ranquel Yanquetruz.
Estanislao Zeballos, que lo conoció, efectuó una semblanza magnífica del viejo coronel en sus últimos años: "Petiso, flaco de hocico, las piernas un paréntesis, receloso y de pocas palabras, tenía los ojos como dos bolitas negras medio apagadas que sólo relampagueaban cuando veía pasar un buen caballo. Vestía uniforme negro galoneado de oro y el famoso gorro de manga de nuestras antiguas caballerías, que fue también adoptado y está en uso hasta hoy mismo entre los araucanos. Su cara estaba cruzada de frente a barba, al sesgo, por la ancha cicatriz de un sablazo".
Luego de la caída de Rosas en 1852, retornó al lado "huinca" de la frontera. Al mando de su caballería fue un factor fundamental a la hora de asegurar el triunfo de Justo José de Urquiza en "Cepeda", en 1859. Dos años después en "Pavón", malquistado con Urquiza porque éste le había confiado el mando de su regimiento (el 7º) a su enemigo Juan Saá, combate del lado de los porteños, obteniendo éstos la victoria.
Con posterioridad a su retiro de la vida militar, ocurrido a principios de 1864, encontrándose viejo, abandonado y aburrido empuñó la pluma y escribió con lenguaje acriollado y rústico sus "Memorias" que comienzan así: "El Coronel Baigorria en la Villa del Río 4º, a seis días del mes de Mayo de mil ochocientos sesenta y ocho años, no teniendo en que distraerse se ocupa en recordar ligeramente de su pasada y agitada vida". Félix Luna, al prologar una edición de éstas correspondiente al año 1975, afirma refiriéndose al autor: "Militar por destino insoslayable, supo hacerse indio años atrás y también pegó alaridos, bebió sangre de yegua, hizo entradas contra los cristianos y fue todo un ranquel entre los ranqueles".
Si el coronel hubiera nacido en los Estados Unidos y actuado en la conquista del Oeste, hoy tendríamos al menos un par de largometrajes que describieran sus experiencias entre los indios, al estilo de aquel personaje interpretado por Kevin Costner en Danza con lobos. Tal como se ha consignado en este artículo, la vida de Baigorria entre los Ranqueles fue mucho más rica, y pletórica en acontecimientos y vivencias que la de aquel personaje de ficción elaborado por Costner. Pero bueno, "Lautraman" (Cóndor petiso) vivió en la Argentina, y nuestra memoria histórica y social, ya se sabe, adolece de una enfermedad que la corroe por dentro: la del puro y simple olvido, asociada a una salvaje y devastadora ignorancia. En fin, así estamos.
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