Tras la publicación del reporte mensual del USDA, el maíz reaccionó con recortes instantáneos en las cotizaciones en Chicago. Pero, al analizar de forma detallada los números aportados por el organismo, todo parece consolidar perspectivas relativamente favorables hacia adelante. Esto obliga a repasar las principales estimaciones publicadas, para evaluar escenarios de cara a la toma de decisiones, destacando las fortalezas y ponderando los posibles riesgos que aun continúan gravitando.
¿Por qué el maíz acusó pérdidas? Porque el USDA no logró convalidar las expectativas privadas. Dado el vigoroso dinamismo exhibido por el sector exportador de EE.UU. en las últimas semanas, analistas preveían que el organismo realizaría un ajuste mayor al efectivizado en las estimaciones de stocks finales para el 2020/21. Además, en sintonía similar, ante condiciones climáticas no del todo favorables en Sudamérica, se preveían leves recortes en proyecciones de producción, los cuales tampoco fueron convalidados por el organismo.
Más allá de los ajustes de precios, vale la pena evaluar el escenario general que dejó planteado el USDA para el maíz, así como los riesgos que aun permanecen latentes en el mercado:
Estados Unidos
El organismo volvió a incrementar la estimación de demanda externa. De esta forma, se ubicaría en torno a 66 millones de toneladas, un volumen histórico que da cuenta de que se transita una campaña con gran dinamismo. Consecuentemente, y tal como comentamos, la estimación del remanente fue ajustada a la baja, a 38,2 millones de toneladas. Con esto, la relación stock/consumo se ubicaría sobre 10%, dando cuenta del panorama más ajustado desde la campaña 2013/14. Considerando el adelantado ritmo registrado en el ritmo de exportaciones, no hay que descartar nuevos recortes a futuro.
Sudamérica
Por otra parte, el organismo no tocó estimaciones de producción para la Argentina y Brasil. En este sentido las mantuvo en 47,5 millones de toneladas y 109 millones, respectivamente. Se trata de un panorama holgado al contrastarlo con estimaciones locales, lo que lleva a pensar que podrían tener lugar nuevos ajustes en el futuro. Recordamos que la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) propone 46 millones de toneladas y la Conab 102 millones de toneladas, respectivamente para cada uno de los países.
China
Como otra gran fortaleza se destaca China, que gana protagonismo en el mercado mundial. En este sentido, el USDA llevó la estimación de importaciones totales para la campaña 2020/21 a un volumen histórico de 24 millones de toneladas. Claramente, el apetito del gigante asiático está en ascenso, y esto constituye una buena noticia para los países productores. Este fenómeno responde a una creciente brecha entre la producción y el consumo interno.
Si bien el contexto luce favorable, pueden identificarse algunos factores que obligan a ser cuidadosos y determinados en la toma de decisiones, paro no enfrentar sorpresas en el momento en que aparecen las necesidades de cerrar negocios.
Por una parte, se destaca la importante presencia de fondos especulativos, que mantienen gran volumen de contratos comprados netos. Recientemente, hemos sido testigos de la fuerza de su accionar y cómo pueden debilitar al mercado si gatillan ventas. Si bien en las últimas semanas habrían recortado posiciones, continúan muy comprados constituyendo un elemento de alerta.
Otro tema que resultará clave es la siembra 2021/22 en EE.UU. Se trata de un elemento que comenzará a filtrarse con fuerza en el mercado a partir de fines de febrero. Si bien se espera que el agricultor norteamericano realice una importante apuesta a la soja, el clima jugará un rol central y se trata de una película que aun no ha comenzado.
Por último, no hay que dejar de ponderar cuestiones autóctonas. Estamos transitando momentos de mucho ruido político en los mercados de granos. Si bien, aun no enfrentamos escenario de escasez interna de maíz, gravita la posibilidad de que se tomen medidas que, en alguna magnitud, podrían tener consecuencias negativas en materia de precios locales.
El USDA sacudió al mercado al no plantear un escenario tan ajustado como el previsto, pero se mantienen perspectivas favorables. En este contexto, hay que tener en cuenta que continúan latentes un conjunto de factores que podrían opacar la firmeza de los precios y generar un dolor de cabeza en el momento en que aparezcan necesidades financieras. Por esto, no hay que dejar pasar oportunidades para cerrar márgenes y, en la medida de lo posible, optar por estrategias que otorguen flexibilidad para no quedar totalmente fuera del mercado, dado el escenario descripto.
El autor es responsable del Departamento de Análisis de Mercados de Grassi SA
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