¿Cuál es la incidencia real del maíz en el precio de los alimentos? El intento de suspender las exportaciones de ese cereal, que el Gobierno finalmente revirtió, puso el interrogante sobre la mesa. Es que en la Casa Rosada insisten con que, para cuidar el consumo interno, es prioritario desacoplar los precios locales de la dinámica de los precios internacionales. Sin embargo, poco se habla de otros problemas, como son las distorsiones al interior de cada cadena productiva o la pérdida del ingreso.
"En realidad, los precios de la Argentina ya están desacoplados", dijo a LA NACION el economista David Miazzo, jefe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (Fada). "Al tener un derecho de exportación del 12%, en el caso del maíz y del trigo, de entrada te marca que sus precios internos son un 12% más bajos que en el resto del mundo. En la Argentina, sin hacer nada extra, el trigo es hoy más barato que en Uruguay, y esto sin considerar el desacople que significa, a su vez, la brecha cambiaria".
Por otra parte, según un estudio de Fada difundido en diciembre, los impuestos representan el 49,7% de la renta de una hectárea de maíz. Mientras que en la soja asciende al 64,6%; en el trigo al 55,2% y en el girasol, al 49%. El informe, que se realiza cada tres meses, mide la participación del Estado en la renta agrícola. En esta ocasión, el índice general dio un promedio del 59,2%, casi tres puntos por debajo del registrado en el informe anterior (62%).
Consultado por el impacto que este nivel de carga tributaria generaría en el precio final de los alimentos, Miazzo aseguró que, al menos en el caso del maíz, su incidencia no es relevante. "En el último informe sobre precios, que realizamos con Fada en agosto, nos dio que el maíz explicaba solamente el 4,5% del valor del kilo de carne al mostrador. En el caso de la leche, fue un valor muy similar: el 4,6%. En tanto, en el pollo fue más sustancial, con un porcentaje que asciende a un 30%", señaló el economista.
Salarios a la baja
"Los alimentos no están caros, lo que está bajo en la Argentina es el salario real. Tenemos el poder adquisitivo por el piso. Si comparamos nuestros precios de la carne o de la leche con los precios internacionales, son valores regalados", apuntó Miazzo. "Con una economía que hace diez años que no crece, que lleva tres de recesión y de pérdida del salario, con aumento del tipo de cambio real, claro que vamos a tener problemas. Pero no es un tema de precios, sino de ingresos", remarcó.
Para el referente de Fada, sin embargo, una medida como la planteada por el Gobierno, si se aplicaba solamente por tres meses, muy difícilmente hubiese producido un efecto real. "Lo cierto es que generó más ruido que otra cosa, porque el productor que hace maíz también hace soja y siempre tiene un poco de las dos cosechas. Entonces, si el precio del maíz bajaba, el productor que necesitaba vender, iba a vender soja, y al maíz lo iba a guardar hasta que la medida se levantara", precisó.
Si comparamos nuestros precios de la carne o de la leche con los precios internacionales, son valores regalados
"Sin embargo, si se mantiene en el tiempo, una decisión así saca del juego a gran parte de la demanda. La Argentina exporta dos tercios del maíz que produce. En 2019 se exportó el 64% de la cosecha. Por eso, si se altera de alguna manera la exportación de maíz, se está restringiendo dos tercios de la demanda total del maíz con el que cuenta el país", advirtió.
En ese sentido, Miazzo repasó las políticas tomadas durante los gobiernos de Cristina Kirchner: "En el periodo 2008-2015 tuvimos los ROE para el maíz, el trigo, la carne y los lácteos. Eran cupos de exportación, algo muy similar a lo que se intentó aplicar en estos días. Esa política generó una baja del precio del 10%, adicional a los derechos de exportación".
"Lo que genera una medida como esa es una lógica caída del precio interno, porque la demanda es menor. Pasó con la carne. Se fue liquidando stock vacuno porque se generó una baja de precios tal que no convenía producir. Durante esos años se perdieron 12 millones de cabezas de ganado. Lo mismo ocurrió con el maíz. Como consecuencia de esas políticas, se incrementó el cultivo de soja exponencialmente", concluyó.
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