Poco a poco nos metemos en el mercado climático de EE.UU. Más allá de que el grueso del rinde en maíz se define en julio, empezamos a ver un reacomodamiento de posiciones frente al riesgo de un clima seco o, por lo menos, frente a pronósticos más secos que los anteriores para las dos primeras semanas de junio.
El maíz en Chicago ha venido perdiendo valor desde septiembre de 2022 con fuertes bajas a partir del 18 de abril, tocando el mínimo de 18 meses el viernes 19 de mayo. En ese último mes perdió US$36 en la posición julio y US$24 en la diciembre.
En la semana anterior hemos visto una interesante recuperación de la posición julio de US$20 y de 13 dólares para diciembre.
Los elementos que generaron las bajas hasta el 19 de mayo siguen intactos y, en parte, han sido responsables de que los fondos especulativos pasaran de estar comprados en febrero en el equivalente a cerca de 30 millones de toneladas a vendidos en cerca de 11 millones de toneladas al 16 del actual.
¿Por qué vimos esta recuperación en la semana? Se juntaron, por un lado, que el mercado ya había bajado al nivel mínimo de 18 meses, que los fondos especulativos estaban vendidos y la aparición de los pronósticos “más secos”, con las altas expectativas de producción que tiene el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) para ese país.
En el último reporte, el USDA estimó que tendrán 39 millones de toneladas adicionales, como resultado de agregar 1,4 millones de hectáreas y con rindes elevados de 11,4 toneladas por hectárea versus 10,9 toneladas por hectárea del ciclo anterior.
Expectativa
Cualquier cosa que haga pensar que esos rindes bajen en 37,2 millones de hectáreas hacen modificar mucho el volumen de producción y eso es lo que empieza a “negociar-tradear” el mercado, principalmente los fondos especulativos. En general, desde el sector agronómico/productivo no están pensando que en junio se pueda pensar en un recorte productivo.
Mientras tanto, Brasil sigue marcando la cancha y en la campaña 2022/23 destronó a Estados Unidos como primer exportador y parece que en la 2023/24 repetirá. Si bien lo que pase en Estados Unidos es sumamente importante, lo que ocurra en Brasil también empieza a tener más relevancia.
Ya vimos como Brasil le quitó demanda de exportación a EE.UU., que lleva un retraso en las ventas de exportación de 35% versus el ciclo anterior, y aún no empezó la cosecha de la zafriña. Este tema no es menor, y puede poner un techo a las subas de Chicago y a las de Argentina también.
¿Qué viene pasando en la Argentina? El maíz julio en el MatbaRofex desde mediados de marzo hasta el 19 de mayo había perdido US$41, de los cuales recuperó 7 en esta corta semana.
La gran pregunta es si nuestro mercado va a copiar la volatilidad del mercado internacional y nos dará alguna buena oportunidad para capturar. Ya comentamos que es temprano para pensar en una caída de producción en Estados Unidos y en breve arrancará la zafriña, la cual más allá de que siga vigente algún riesgo de heladas tempranas en los estados del sur, el mercado asume que el volumen final por el momento va a ser superior a 95 millones de toneladas.
De cumplirse esta proyección, que algunas consultoras esperan sea de 100 millones, podemos pensar en que se repita para maíz lo que ya generó la gran cosecha brasileña de soja: caídas en los valores FOB Paranaguá sacando de competencia al FOB Golfo y a la Argentina. Es de esperar que la zafriña genere presión de cosecha, de logística por falta de almacenamiento y de ventas por el retraso de la comercialización que tienen los productores.
Mientras veamos los valores FOB Paranaguá con descuentos frente a los valores FOB Golfo y la Argentina, parece difícil pensar que nuestro maíz tenga posibilidad de fuertes subas independientemente de lo que suceda en los valores de Chicago mientras que existe un riesgo adicional de bajas si esa presión de cosecha de zafriña se hace muy fuerte. El componente Brasil tiene un gran peso en la medida que este año se transforma en el primer exportador global de maíz, desplazando a Estados Unidos.
En nuestro caso, a la fecha, la exportación tiene negocios de compras locales (a fijar y precio) por el mismo volumen de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE).
Podemos esperar dos meses de elevada volatilidad en el mercado internacional que nos de alguna oportunidad de mejorar los niveles de venta locales. Pero si no hay una caída importante de producción en Estados Unidos, esa oportunidad puede durar poco y en algunos casos no trasladarse al mercado local.
De cualquier manera, tener predefinido qué hacer en caso que veamos oportunidades de subas semanales de 10-15 dólares puede hacer que se aproveche esa volatilidad.
La autora es analista del mercado de granos
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