Mientras se lleva adelante, por 72 horas, el cese de comercialización de granos por parte de la Mesa de Enlace,, el Gobierno no informó aún la forma que se implementará el cupo de 30.000 toneladas diarias de maíz.
LA NACION intentó comunicarse con funcionarios de la cartera de Agricultura para conocer cómo se pondrá en marcha la ejecución del nuevo tope para la comercialización del cereal pero por el momento prefirieron no hacer declaraciones al respecto.
Hoy a la madrugada, el Ministerio de Agricultura comunicó la determinación del Gobierno "luego de negociaciones con representantes del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), de Maizar y de Ciara Cec, donde se comprometieron a abastecer a las cadenas de producción y donde la Subsecretaría de Mercados de la cartera realizará un monitoreo a fin de garantizar la disponibilidad para la demanda interna de maíz", según expresó el comunicado oficial.
Entre otras cuestiones, dijeron que acordaron con el CAA para tener un cronograma de trabajo "a los efectos de trabajar propuestas para desacoplar los precios internacionales de los domésticos".
Sin embargo, representantes del CAA que se reunirán mañana, señalaron que van a "seguir evaluando opciones y propuestas para discutir con el Gobierno sobre abastecimiento interno". Asimismo, reiteraron que "la apertura del registro es limitada y transitoria por lo que necesitamos que el Gobierno proceda a una apertura plena para normalizar el mercado".
Gustavo López de Agritrend cree que el Gobierno tiene dos maneras de ejecutar la reapertura parcial del cereal. "No aclaran cómo lo instrumentarán, si son 30 mil toneladas por día o por exportador. La primera sería muy difícil ya que se completaría con DJVE muy parciales. La segunda es factible ya que hay barcos con esos niveles de carga", apuntó.
Según especialistas, el barco más chico carga 50 mil toneladas, lo que significa que cada cupo diario solo cargaría un 60% del total de una embarcación pequeña.
López planteó que si bien aun no está definida cual será la alternativa elegida por la cartera de Agricultura, pero "si el Gobierno optara por la primera opción, la misma debería ser por orden de entrega".
En este sentido, para el corredor y titular de Kimei Javier Buján, el mecanismo podría ejecutarse de tres maneras: una es el quien llega primero con las 30.000 toneladas se lleve el cupo diario.
"Otra es que asigne proporcionalmente pero esta segunda opción es muy complicada porque un exportador no va a vender 30.000 toneladas para que luego solo le acepten por ejemplo 5000 toneladas. La tercera es que el Ciara Cec arme internamente un orden y en ese orden presenten", indicó.
Según Guillermo Bernaudo, exsecretario de Agricultura durante la presidencia de Mauricio Macri, cualquier instrumentación que se busque implementar "va a ser restrictiva y poco transparente".
"Desde la prohibición original a este supuesto mecanismo de las 30.000 toneladas diarias es iniciar un proceso de regulación de mercados exactamente igual al que comenzó Felisa Miceli en el año 2006", dijo.
El diputado y exministro de Agroindustria, Ricardo Bruyaile, está convencido que la medida del Gobierno es impracticable y que el resultado es inevitablemente malo. "Su instrumentación generará más trabas y llevará a una enorme discrecionalidad. Es un retroceso enorme", indicó.
Para el diputado, hoy la mirada que tiene el mundo de la Argentina no es buena, donde los países lo único que pretenden es garantizarse sus alimentos: "Es un retroceso enorme. El Gobierno busca disfrazar la inflación con control de precios y de mercados, donde ahora la amenaza es al trigo y a la carne".
"El problema fue que compraron una información distorsionada de la realidad: no es que no haya maíz sino que las cadenas de pago de la industria alimenticia son a más de 90 días y el precio para ese tipo de compradores es distinto", agregó.
Bernaudo se pregunta cuál será el procedimiento porque cualquier criterio que se proponga "será un disparate: ninguno será razonable". "No hay forma de implementar esto que no sea un mamarracho", remarcó.
"Nadie puede hacer negocios pendiente de si le va a tocar DJVE en cuotas. Es como decidir a quien le van a dar media dosis de vacuna rusa. Así funcionaban los Registros de Operaciones de Exportación (ROE)", añadió.
En coincidencia, Buján entiende que el sistema que se espera llevar adelante posee manejos complicados y discrecionales. "Ya lo vivimos con los ROE -usados para controlar las exportaciones agropecuarias hace más de doce años- y se solucionó con la tercera opción (la industria armó internamente un orden) ya que había arrancado con la primera (es decir que quien llegaba primero se llevaba el cupo diario)", concluyó.
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