Según un informe, por las mayores producciones esperadas en Brasil y la Argentina no se visualiza una importante mejora del valor de la soja en el corto plazo; está en un mínimo en tres años
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Una luz de alerta se enciende para los productores, el Gobierno y el país en el actual contexto de precios deprimidos para la soja. Según un estudio, hay pocas chances de que haya una recuperación inmediata de las cotizaciones en el marco de un contexto donde influyen diversos factores.
El viernes pasado, en la Bolsa de Chicago la posición marzo de la soja completó un rally que significó la la novena semana bajista consecutiva. Allí el grano cerró en 430,73 dólares por tonelada, el nivel más bajo desde el 14 de diciembre de 2020. El retroceso también se replicó en el mercado local.
El avance de la recolección de la oleaginosa en Brasil [al 20,9% de la superficie cosechable], que totalizaría al final del ciclo un gran volumen de 149,40 millones de toneladas, según la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) de ese país, y la previsión de una cosecha importante en la Argentina, que por ahora se mantiene en estimaciones de 50 a 52 millones de toneladas hasta que se conozcan los nuevos números de las entidades que hacen proyecciones y den cuenta del impacto de la sequía de 20 días entre enero y parte de febrero.
Además, como factor bajista ya influye una estimación de que Estados Unidos tendría en su próximo ciclo agrícola una suba de la siembra de 33,83 a 35,41 millones de hectáreas y en la cosecha de 113,34 a 122,61 millones de toneladas.
“El precio de la soja está en su peor momento de los últimos tres años, tanto nominalmente como en moneda constante”, dijo en un informe para LA NACION Javier Roca, analista de mercados de AZ-Group.
Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, las exportaciones agrícolas dejarían en 2024 unos 32.100 millones de dólares, US$700 millones menos que una previsión de enero pasado. Se trata, no obstante, de US$7500 millones más luego de la pérdida que significó la sequía de 2023. Del valor esperado ahora el complejo de la soja aportaría US$20.223 millones, por debajo de los US$20.734 millones de enero último.
En AZ Group tienen en cuenta que, si bien hubo precios más bajos desde 1998 hasta 2007, “esa situación no es comparable con la actual porque en esa época los fondos especulativos no cumplían un papel tan importante como en los últimos años y Brasil no producía soja en volúmenes importantes”.
De acuerdo al informe, hay “pocas posibilidades de recuperación” de los precios en el corto plazo. Roca lo explicó de esta manera: “El primer semestre de 2024 va a ser pesado en términos comerciales, porque irrumpirá toda la oferta de mercadería de Sudamérica, que resultará menor a la estimada al momento de siembra en Brasil y en la Argentina, pero que superará a las producciones obtenidas en las últimas tres campañas”.
“Si Brasil cosecha finalmente 150 millones de toneladas y la Argentina se acerca a 48-50 millones de toneladas, la campaña sudamericana de soja será muy buena”, remarcó el experto. Brasil, Estados Unidos y la Argentina son los tres mayores productores de soja del mundo, en ese orden.
Vale recordar que el jueves pasado, en su Panorama Agrícola Semanal (PAS), la Bolsa de Cereales de Buenos Aires señaló que luego de las lluvias del fin de semana pasado se recuperó la condición de cultivo, con un 81% de los cuadros entre “normal a buena”. Además, indicó que mejoró la condición hídrica, “con el 73% de los lotes entre adecuada a óptima”.
Pese al regreso de las precipitaciones, las pérdidas de rendimiento en el cultivo de primera [siembras de octubre] serán ineludibles. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), por ejemplo, evaluó que en la zona agrícola núcleo, a partir de informes de técnicos, donde se esperaban 50 quintales por hectárea ahora se vislumbran 37/38 quintales por hectárea.
“Del 7 al 14 de febrero llovió casi lo que suele haber en todo el mes de febrero en la región [de 60 a 170 mm]. Aun así no se revertirá el daño: las pérdidas se afirman en el 20 al 30% del potencial en la oleaginosa de primera”, apuntó la entidad. Agregó: “La gran ola de calor tuvo un efecto en daños mayor al esperable por varios factores: fue muy larga, muy intensa, sin napas o reservas de agua en los niveles profundos del suelo y agarró a la soja con un gran desarrollo vegetativo y en etapas sensibles del período crítico”.
Demanda estable
Para la consultora AZ Group, frente a una oferta de soja que será abundante entre Brasil y la Argentina, “la demanda muestra un comportamiento estable y no está traccionando como para revertir la tendencia bajista de precios, sino que mantendría precios flojos durante el primer semestre de 2024, por lo menos”.
En este contexto, Roca explicó que en el mercado local se vienen copiando las bajas que se dan en la Bolsa de Chicago. “A mediados de febrero la soja está cotizando alrededor de 270 dólares por tonelada, el valor más bajo de los últimos tres años, sin señales que indiquen la cercanía de una recuperación”, dijo.
Señaló que hay muy poca soja vendida con precio -solo 700.000 toneladas- , lo que significaría menos de 2% de la producción estimada. En la firma alertaron que aunque hubiera un recorte importante de producción en Brasil no habría que esperar valores mayores a los 290 dólares por tonelada.
Roca luego se refirió a otro factor que le puede meter más presión al mercado. “No hay que olvidar que en abril, mayo y junio hay muchos vencimientos de obligaciones de los productores -arrendamientos, insumos, cosecha- y deuda roleada de campañas anteriores, que obligarán a vender en plena cosecha o poco tiempo después”.
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