En 1930, los Fendt, en el sur de Alemania, empezaron haciendo estos equipos para sí y luego le encontraron la veta industrial a una demanda por productos premium
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MARKTOBERDOF, Alemania.- En la línea de montaje el movimiento sucede continuo, sincronizado con la precisión alemana. Un grupo de operadores, separado de otro por no más de 7,5 metros, apura su tarea mientras, sin pausa, una suerte de tren se desplaza con la estructura de lo que luego será una unidad terminada. Tienen unos siete minutos para la misión hasta que luego siga otro equipo, también con el avance de la estructura. Hay unos 100 grupos así que le dan forma a la entrega de 130 tractores por día. En el recorrido se pueden ir haciendo diversos modelos, más que una serie en sí, y los trabajadores están acostumbrados a ello.
La escena anterior transcurre en la fábrica que Fendt, una marca del grupo global Agco, posee en Marktoberdorf, al sur de Alemania. Una región a unos 30 kilómetros de Los Alpes y la frontera con Austria, además de cercana al famoso castillo de Neuschwanstein erigido para Luis II de Baviera. En sus instalaciones la firma produce unos 25.000 tractores por año, casi cuatro veces el equivalente a la venta de todo el mercado argentino de esos equipos.
En el mismo lugar que hoy ocupa la planta de tractores con 35 hectáreas, la familia Fendt empezó haciendo estos equipos para sí en 1930. El proyecto lo potenciaron los hermanos Hermann, Xaver y Paul con la guía de su padre, Johann Georg. El fin no era para la venta. Pero los vecinos, al ver que esas unidades de 6 o 10 HP eran buenas, de calidad y funcionales para la época, comenzaron a pedirle a la familia que los produzca. Y así fue como ya hacia 1938 le dieron escala a la producción. Algunos de los primeros clientes les dijeron que lo que hacían era un “caballo con motor” y así luego surgió en la trompa del tractor el logo con un animal de tiro que se ve hoy.
Desde los primeros equipos a hoy pasaron muchas cosas en esta marca que desde 1997 controla Agco. Pero se mantienen, cuentan aquí, inalterables varias líneas: calidad y tecnología aplicada que hicieron que sea reconocida como premium. Una suerte de auto de lujo, pero en modelos de tractores.
Algunos números sobre la performance: la marca es líder en Alemania (en el país se venden en total de 35.000 a 45.000 unidades por año), posee 9% del mercado europeo y está fuertemente volcada a la exportación: vende afuera de las fronteras de este país el 70% de lo producido.
Cuando se ve la distribución de sus ventas, un 30,4% es para Alemania [del mercado de todas las marcas en este país posee un 17%], 19,1% Francia, 8,7% Italia y 7,5% norteamérica. En América del Sur está desde 2019 en Brasil con producción de sembradoras y cosechadoras, mientras importa estos tractores.
“La marca tiene un diamante en bruto”, se escucha en un grupo de argentinos, productores, ejecutivos y periodistas que vinieron a visitar la planta. La expresión es por cómo en los mercados que entró enseguida logró una identificación y también porque se ve un potencial importante para la Argentina. En Agco, que están con una estrategia de posicionamiento global de Fendt, dicen que en algún momento va a llegar al país.
Mientras, lo que se observó aquí tiene que ver tanto con lo cualitativo como lo cuantitativo del proceso en la planta. Desde lo cualitativo, por la calidad lograda, Climmar, una asociación de concesionarios europeos, la viene ubicando a la marca primera en reconocimiento.
Productos
Christian Erkens, director de ventas en Europa, se detiene en dos cosas cuando se le pregunta por el producto: “alta calidad” y “bajo costo operativo”. Se puede agregar lo que explicaron en la recorrida por la planta: que se brindan todas las opciones de tecnología en los distintos equipos, sea con agricultura de precisión, el “seguimiento” del funcionamiento en el terreno de trabajo o características que marcan una diferencia. Como en el modelo de 517 HP (fabrican de 70 HP a más de 500), que ha incorporado un sistema de refrigeración con el aire de afuera que convierte en un 40% más eficiente al proceso. O la transmisión Vario, con marcha continua, que va desde los modelos chicos a grandes. El primer modelo que tuvo esa transmisión fue el 926 y su incorporación marcó un hito en su momento.
Aquí hablan de que a sus tractores les hacen de 7000 a 8000 horas de uso promedio hasta que su propietario realiza un recambio de modelo. El modelo 700, con potencias que van de 140 a 240 HP es el más vendido por la compañía, más allá de la amplia gama de potencia que abarca. En EE.UU. fabrican incluso tractores de mayor potencia, 600 HP, con orugas.
“Trabajamos cada día para eso”, dice una guía de la fábrica después de mostrar al grupo de argentinos la última etapa del recorrido donde a dos tractores les hacían controles de marcha, de trabajo y de freno. Todo se sigue con computadoras que registran todo. O robots que ayudan, como los que se veían desempeñar en las naves, por ejemplo, llevando de un lado a otro los neumáticos para las unidades. También hay robots que, sensores mediante, actúan para otras funciones.
En total, en todo el proceso hay 10 controles que se hacen a los tractores hasta que son puestos en la calle. En una planta que utiliza en un 80% energía renovable, con fuentes fotovoltaicas, viruta de madera y otras fuentes de energía verde que se compra, están pensando en cómo año tras año invertir más en investigación y desarrollo. La cifra por eso serán 123 millones de euros este año y el monto, aseguran, seguirá en alza. Se ve en las instalaciones, donde se van sumando nuevos edificios con personal para ese fin.
También se ve en la decisión de cómo buscar cada vez mayor eficiencia en la planta. Al respecto, hay un departamento abocado a la energía y a la reutilización de materiales. Eso último se hace para la pintura y la chapa.
La impronta por la innovación también se percibe en el foco en nuevos desarrollos. Ya están trabajando en robots para siembra y lo mismo lo harán para control de malezas. En 2024 estarán en escena con un tractor eléctrico, e-Fendt, de hasta 100 HP. Se trata de un equipo que posee una autonomía de 5 horas y tras una recarga de 45 minutos en la misma jornada puede operar otras tres horas. En tanto, para 2030 tienen la mira puesta en un equipo a hidrógeno.
En una ciudad de poco más de 14.000 habitantes, con una planta que tiene una dotación de 4300 empleados, además de la gente del lugar vienen trabajadores de localidades de 30 a 50 kilómetros a la redonda. Aquí, del total de empleados, 2500 se reparten entre las áreas de mecanizado y ensamblaje.
La invasión de Rusia a Ucrania se cuela en la visita. El grupo fabricante tiene como política no comercializar a países en conflictos bélicos. Por ello, la marca frenó ventas a Rusia. A los ucranianos se les ha dado un soporte aquí para las máquinas.
Esta nota se publicó originalmente el 12 de octubre de 2022
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