Expertos de empresas que reciben fondos para proyectos de siembra destacan la presencia de inversores que buscan diversificar riesgos
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Los buenos precios internacionales de los granos están generando un interés inusual de inversores, tanto del sector como fuera del él, que ven más atractivo el negocio para poner dinero. Así lo observan expertos y firmas que trabajan con inversores, ya sea desde ahorristas en general, profesionales como médicos y contadores, comerciantes, hasta empresarios.
Para el ingeniero Diego Sánchez Granel, CEO de Man Agro, fondo agrícola que siembra más de 60.000 hectáreas en el país, lo que se está viendo como novedoso son inversiones atípicas que más que por el boom agrícola tienen que ver con la dolarización y con distribuir el riesgo climático.
“Un 5% de las nuevas inversiones que recibimos son de gente que no pertenece al sector pero que debe liquidar divisas por exportaciones y que al no tener alternativas de dolarización, apuesta a que con esos pesos que le pagan a dólar oficial, volver a invertirlos al mismo tipo de cambio, con la expectativa que en el corto plazo y con un cambio de la política económica la brecha del 65% entre el dólar oficial y el dólar billete se diluya”, indicó.
“Otro 5% de inversores nuevos son productores que trabajan su propio campo y prefieren, en lugar de salir a alquilar, reinvertir su renta pasada en un fondo para así distribuir el riesgo climático”, añadió.
En este sentido, Guillermo Villagra, director de Open Bit, indicó que siempre que los commodities subieron la gente vuelve a reinvertir para tener más escala. “Incluso la gente que no es del sector y que no encuentra otra alternativa más rentable, se inclina por negocios agropecuarios que traccionan automáticamente, sumado al impedimento de no poder comprar dólares, una alternativa histórica para los argentinos”, analizó.
“No solo sucede con la agricultura. También hay mucho interés en la ganadería, donde los precios son muy buenos. Este año en particular las consultas crecieron un 25%. Hay quien busca una oportunidad con sus ahorros para invertir y participar de una inversión agropecuaria pero muchas veces no tiene donde canalizarla”, sostuvo.
En coincidencia, el consultor Teo Zorraquín observó que la dificultad que se está encontrando es la manera de encauzar correctamente esa inversión. “Sobre todo para quienes nunca han invertido y lo ven como una barrera y filtro, por miedo y desconocimiento del sector”, dijo.
Ana Laura Callero, directora de inversiones de ADBlick, espera que la inversión crezca porque desde hace al menos tres años que la paleta de inversores tiene una mirada hacia la economía real como forma de diversificación de los riesgos.
“Hay una tendencia real de personas físicas en invertir entre 15%y 20% de su patrimonio en el agro, con rentas interesantes y atractivas, asociadas al dólar link. Vemos no solo gente nueva sino inversores de a pie. El target se ha masificado y el negocio agropecuario se democratizó”, apuntó.
En este sentido, señaló que hoy existen oportunidades al alcance de muchos. “Basta solo con tener una cuenta comitente, 500 dólares de inversión para conseguir una rentabilidad de entre 10% y 13% en dólar link para un fondo de siembra y para el fondo ganadero del 8% en pesos superando la inflación: el año pasado fue del 44,5%”, dijo.
Por último, en cuanto a si son inversores golondrinas los que ingresan al negocio, Zorraquín indicó que en general la gente pertenece al sector, lo conoce y coloca su dinero por más de 10 años. “Han aparecido algunos inversores nuevos referenciados que se terminan quedando. Inversión nueva se necesita porque reemplazaría a los créditos bancarios que muchas veces con tasas tan altas para los grupos de siembra se vuelven costoso”, finalizó.
Inversiones en tierras
En este contexto, para Roberto Frenkel Santillán, operador inmobiliario del sector y expresidente de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), las operaciones de compraventa de campos, “si bien han tenido más movimiento y se viene de un piso donde no se movía nada, no tuvieron grandes cambios”.
“Hay algunas operaciones de venta de campos agrícolas, en función de precios de los granos, pero el ticket es más chico, no hay grandes operaciones, más bien son medianas y chicas, como ser chacras de 50 hectáreas”, indicó.
“Es siempre gente del sector que apuesta a reinvertir su capital por proximidad al campo que ya tiene, por miedo a que el dólar se desvalorice y sobre todo porque hoy los campos están en un valor bajo, donde hay una buena relación soja-dólar. Hoy existe una dicotomía, por un lado los campos bajaron entre un 10% y 20% y los arrendamientos subieron entre un 10% y 20%”, añadió.
En este sentido, explicó que no hay una vocación inversora de los productores a largo plazo por las políticas económicas del Gobierno. “No hay mensajes claros a largo plazo y los inversores miran solo la próxima campaña. Si el Estado no tuviera tanta injerencia en las cuestiones privadas los campos deberían valer el doble. Debería ser una gran inversión pero ya no se considera una reserva de capital, menos para la gente fuera de la actividad que no ve seguridad jurídica en el país, donde por la cantidad de impuestos que tiene el sector es una forma de expropiación”, puntualizó.
En cuanto a los arrendamientos, la situación es otra. “Existe un interés importante, con una gran y sostenida demanda y donde en la renovación de los contratos hubo muy poco cambio de arrendatarios. Los primeros contratos de febrero pasado tuvieron una suba del 10% con respecto al año anterior pero en los últimos días de abril y mayo el incremento ya fue de entre un 15% y un 20%”, dijo.
Otro tema no menor es la reconversión de las tierras en el país. “Por el tema del flete zonas que eran agrícolas en Salta y Tucumán, se volvieron ganaderas, que deja un número no menos interesante y por los valores de los granos, en la pampa húmeda, campos ganaderos con un potencial menor se incorporaron a la agricultura”, señaló.
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