¿El campo es solo soja?, ¿no genera valor?, ¿tiene menos importancia que otros sectores?, ¿es un sector que atrasa?
Un trabajo que se presentó la semana pasada en un seminario del IAE Business School-Universidad Austral, y realizado con datos oficiales y privados por el profesor Guillermo D’Andrea y la especialista en comunicación Alejandra Groba, derriba con datos concretos los mitos más comunes que se fueron instalando en el imaginario colectivo.
El informe menciona, entre muchos otros, a siete mitos.
Mito I: el campo es la soja
Según el trabajo, en 2018 la Argentina sembró 16 cultivos en un área superior a Alemania o Japón. Fueron 39 millones de hectáreas de cultivos (soja, maíz, trigo, girasol, cebada, avena, sorgo, poroto, algodón, maní, centeno, arroz, cártamo, alpiste, colza y lino). Alemania tiene una superficie de 35,7 millones de hectáreas, en tanto que Japón 37,8 millones de hectáreas. Si bien en la Argentina la soja es el cultivo con mayor superficie, 17,35 millones de hectáreas, claramente no es el único.
Además, el agro no es solo cultivos, sino más de 30 cadenas, incluyendo lácteos, aves, porcinos, yerba mate, peras y manzanas, entre otras.
Mito II: exportamos soja pero no agregamos valor
Según el estudio de D’Andrea y Groba, tanto la soja como el maíz se convierten en carnes que se consumen en el país y exportan. En 2018 se produjeron 6 millones de toneladas de carnes entre vacuna, porcina, aviar y ovina. Se consumieron internamente 50 kg de bovina, 43 kg aviar, 15 kg porcina y 2 kg ovina. Las ventas externas de carne bovina y aviar aportaron US$3330 millones, el 5,5% de las exportaciones totales de la Argentina.
La soja y el maíz también se convierten en lácteos. De hecho, se produjeron en 2018 unos 10.527 millones de litros de leche y el 20% se exportó. Las ventas externas dejaron US$872 millones.
El complejo de la soja es el principal rubro exportador del país. El 84% no son granos en este caso. En rigor, de ese complejo un 54% se exportó como harina, 22% aceite, 16% granos, 7% biodiésel y 1% otros productos del sector.
En 2018 se movilizaron 75,6 millones de toneladas de "agrograneles" a los seis complejos portuarios más importantes de la Argentina. Según consigna el informe en base a la Bolsa de Comercio de Rosario, esto implicó unos 2 millones de camiones, 205.000 vagones, 6400 barcazas y casi 2800 buques.
Mito III: es mejor fabricar autos que productos agropecuarios
El complejo automotor es el segundo de mayor peso en las exportaciones argentinas. En 2018 exportó por US$7955 millones, pero la mitad que el complejo de la soja. Mientras el agro tiene superávit, el sector automotor queda en déficit en US$3575 millones.
Además, mientras un kilo equivalente de una camioneta se puede exportar a US$12,26, en el caso de la cuota Hilton (cortes cárnicos de alto valor para Europa) un kilo ronda los US$12,70.
Mito IV: el peso del campo en el comercio exterior es relativo, otros sectores también exportan mucho
Según D’Andrea y Groba, de cada US$1 que exporta la Argentina, el sector agropecuario contribuye con US$0,55. "En 2018, el país exportó US$61.559 millones y los complejos agroexportadores generaron cerca de US$34.000 millones", indicaron.
"Casi todos los sectores que exportan ingresan menos dólares de los que demandan", precisaron. En 2018, la balanza comercial argentina tuvo un déficit de 3824 millones de dólares. Las cadenas de agroalimentos arrojaron un superávit de US$30.500 millones.
Mito V: en el conjunto de la economía el campo no tiene un peso tan significativo
Con los últimos datos disponibles, en 2015 31 cadenas exportadoras reunían el 98% del valor agregado del sector, con 484.753 millones de pesos. Sin contar servicios, el agro representó 29% del PBI.
Mito VI: el campo no genera trabajo
El agro representa el 31% del empleo total. Las 31 cadenas agroalimentarias generan 1.907.498 puestos de trabajo.
De acuerdo al estudio, los frigoríficos con los últimos datos disponibles son los segundos principales empleadores, detrás de las panaderías. "Sus casi 59.500 puestos superaban a los 49.600 de prendas de vestir y 24.500 de calzado y sus partes", explicaron.
Mito VII: el campo atrasa, hacen falta sectores dinámicos e innovadores
El campo se revolucionó con la irrupción de tecnologías como la siembra directa, los transgénicos, la agricultura de precisión, las pulverizaciones selectivas que permiten ahorrar agroquímicos y la llegada de nuevas empresas startups y agtech (en este rubro el año pasado a nivel mundial se invirtieron US$1600 millones). También se está avanzando hacia la bioeconomía, biomateriales, biocombustibles y blockchain.
"Las viejas dicotomías rural/urbano, campo/industria dejan de tener sentido frente a los recientes cambios del campo", remarcan D’Andrea y Groba.
LA NACIONTemas
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