Sostienen que la transparencia de precios ayudaa controlar los volátiles mercados de futuros
El desorden en la compraventa de futuros de ganado ha dado lugar a un renacimiento de las subastas en vivo, conforme los rancheros quieren incorporar robustos datos de precios al mercado e influir en la comprensión de la oferta y la demanda en su sector.
Los ganaderos transan futuros, es decir contratos para comprar o vender ganado a un precio determinado en una fecha posterior, como un seguro contra la deuda en que han incurrido para alimentar a cientos o miles de animales. Durante los últimos 12 meses, los valores de los contratos de futuros de ganado han oscilado significativamente, desde casi máximos históricos a sus niveles más bajos en seis años.
Una caída de cerca de un tercio en el precio de los futuros de ganado durante el cuarto trimestre de 2016 ha reducido los ingresos de los ganaderos y provocado investigaciones acerca de la fuente de la volatilidad.
La Bolsa Mercantil de Chicago considera implementar drásticos cambios en la forma en que se liquidan los contratos. El mayor mercado de futuros del mundo ha estado trabajando con los ganaderos para tratar de resolver los problemas en un mercado de US$13.000 millones y ha propuesto un nuevo índice para los contratos a futuro, entre otras medidas.
CME Group Inc. sostiene que un índice puede ayudar a alinear los contratos a futuro con las cifras reales de las negociaciones. El indicador podría ser elaborado a partir de los precios de compra del ganado que las procesadoras de carne tienen la obligación de reportar al Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Algunos rancheros dicen que un índice de precios acentuaría la volatilidad en los mercados de futuros. Los precios divulgados al Departamento de Agricultura de EE.UU. pueden tener un retraso de horas o días, lo que significa que el índice podría no representar las ventas actuales. De todos modos, los reportes “proveen transparencia al mercado”, señala Dave Lehman, director gerente de investigación de materias primas de CME.
La falta de negociación pública y transparencia de precios en el sector ganadero es una de las principales causas de los problemas del mercado, según CME. En la actualidad, la manera más común de vender ganado es a través de contratos privados entre los feedlots (unidades de engorde) y las cuatro grandes procesadoras de carne de EE.UU. Los llamados contratos de fórmula asignan un precio al ganado antes de la venta basado en el precio de referencia independiente que los ganaderos obtienen en el mercado al contado, a lo que se suma o resta primas o descuentos.
Algunos rancheros han empezado a experimentar con subastas en vivo, un regreso a la forma de transar en un mercado al contado abierto. Su objetivo es generar nueva información de precios públicos y reducir la cantidad de ganado previamente comprometido a los mataderos cada semana.
“Preferiríamos ser parte de la solución en lugar de que la Bolsa Mercantil decida por nosotros”, dice Surcy Peoples, director de servicio al cliente de Cactus Feeders, un importante productor ganadero de Amarillo, Texas, que hasta hace unos meses vendía la mayor parte de su más de un millón de cabezas de ganado al año mediante contratos de fórmula.
Cactus Feeders es uno de casi un centenar de productores que utiliza el sistema de subastas en vivo Fed Cattle Exchange, de Superior Livestock Auction LLC. En subastas en internet transmitidas en tiempo real, los ganaderos negocian con las procesadoras de carne por fracciones de centavo por kilo.
A los rancheros les preocupa que esta clase de subastas no generen información sólida de precios y que CME opte por liquidar los precios a futuro del ganado mediante un índice de todos modos. Un sistema así ya se usa en el mercado porcino.
Un índice también eliminaría la alternativa de los ganaderos de liquidar los contratos a futuro mediante la entrega del ganado, por lo que sacaría a los animales casi por completo de un mercado financiero diseñado para evaluar su valor.
“Creemos que pasar a esta forma de liquidación de contrato aumenta drásticamente los incentivos para la manipulación de los precios”, escribió en noviembre en una carta dirigida a CME Craig Uden, de la Asociación Nacional de Ganaderos de EE.UU.
CME, por su parte, señala que antes de ser implementado un índice al contado tiene que pasar pruebas de confiabilidad de sus datos.
La industria avícola también enfrenta dudas en torno a sus precios. El índice conocido como Georgia Dock ha reflejado en forma consistente precios más altos que otros indicadores de referencia. Debido al escrutinio, el Departamento de Agricultura de Georgia suspendió el índice el mes pasado.
Las subastas en la web ya han producido un aumento de las ventas al contado. La participación de los cabestros y novillos vendidos en mercados al contado subió a 26% entre enero y noviembre, por encima del 21% de hace un año pero aún muy por debajo de los niveles de hace una década, cuando más de la mitad del ganado se vendía en los mercados al contado.
La estructura de la industria ha cambiado y contar con apenas un puñado de transacciones al contado una o dos veces por semana no representa un índice de referencia fiable para el sector, señala CME. Las negociaciones por ventas en efectivo solían tener lugar en bulliciosos establos de ganado, donde los operadores podían tener una idea del valor justo de los precios en cualquier instante.
Ahora, todos los miércoles en la mañana, Fed Cattle Exchange transmite una hoja de cálculo que muestra al vendedor, el peso y la ubicación de cada animal que sale a la venta. Las ofertas empiezan a partir de un precio fijado por el productor. Fotos de los feedlots aparecen en la pantalla mientras se ven precios en amarillo conforme aumentan las ofertas. “Es importante que el público pueda observar las transacciones en la computadora”, señala Sam Hugues, administrador del mercado de Oklahoma City.