El campo apunta a ser uno de los protagonistas centrales de la etapa que comienza mañana con la asunción de Javier Milei; el secretario designado explicó los ejes de su gestión frente a empresarios, productores y referentes del agro
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La eliminación rápida de las trabas como cupos y permisos de exportación, la eliminación de los fideicomisos, como el vigente a la harina y al aceite, y la prohibición explícita a que cualquier funcionario del Poder Ejecutivo tenga potestad para limitar el comercio, son las primeras medidas que aplicará para el agro el gobierno de Javier Milei, que comienza mañana.
Esto, en el contexto de una reforma del Estado y la aplicación de una serie de medidas para frenar el deterioro de la economía, expresado por el aumento de la pobreza, la inflación y un aparato productivo al borde de la parálisis por las reservas negativas del Banco Central.
Para el campo se abre un nuevo ciclo que, según coinciden los referentes de la actividad, alienta expectativas positivas porque Milei considera que el Estado tiene que retirarse de la intervención de la economía y debe dejar paso a que las fuerzas productivas liberen todo su potencial con igualdad ante la ley y respeto por la propiedad privada. Es lo que el agro, con diferentes tipos de matices, ha venido proponiendo y reclamando en los últimos años.
Un esbozo de lo que vendrá fue presentado por Fernando Vilella, el designado secretario de Bioeconomía, el martes pasado, en una reunión realizada en un salón del barrio de Monserrat, en la ciudad de Buenos Aires. Allí, el exdecano de la Fauba presentó a su equipo frente a un auditorio de 150 empresarios agroindustriales, productores, economistas, técnicos y distintos referentes y destacó los puntos esenciales que tendrá su futura gestión. El encuentro fue organizado por José Demicheli, CEO de ADblick Agro, y Francisco “Pancho” García Mansilla.
Entre otros estaban ejecutivos como Roberto Urquía (AGD), Luis Zubizarreta (Louis Dreyfus), Manuel Santos Uribelarrea (h), de MSU Energy; Joaquín De Grazia, (Granja Tres Arroyos), Diego Chillado Biaus (Cresud); Alfonso Romero (Cofco), Fernando García Cozzi (Cargil), Martín Laplacette (Amaggi), Ezequiel Garbers (Adecoagro), Ricardo Yapur (Rizobacter) Alejandro y Enrique Duhau (Grupo Duhau) e Ignacio Lartirigoyen. También representantes de cámaras y entidades como Daniel Fenoglio (Federación Porcina Argentina, Gustavo Idígoras, (CIARA –CEC) y Daniel Funes de Rioja (Copal). No había dirigentes de entidades gremiales del ruralismo. Según las consultas que realizó LA NACION, no fueron invitados.
“Nuestro objetivo es desandar el camino de las regulaciones ineficientes y las imposiciones tributarias que impiden el desarrollo de los negocios de las distintas cadenas y no nos permiten vincularnos en forma efectiva con las oportunidades de los mercados globales”, dijo Vilella. Y prometió: “Vamos a generar las herramientas para expresar todo el potencial de una bioeconomía históricamente postergada”.
El cambio de ciclo trae el de palabras. La Secretaría de Agricultura pasa a llamarse de Bioeconomía. Y comienza a hablarse de “agrobioindustria” como la actividad que no solo genera alimentos, sino también fibras, energía y bienes industriales y biológicos.
En la presentación, Vilella expresó que el nuevo gobierno se propone duplicar las exportaciones del agro. “En promedio, por habitante, exportamos la mitad que Uruguay y un tercio que Chile”, sostuvo. Dijo que el foco estará puesto en el agregado de elaboración de los granos para su transformación en proteínas animales y en productos derivados. “No solo hablamos de la seguridad alimentaria de la Argentina sino de todo el mundo”, expresó.
Destacó que que otra de las líneas centrales será la de impulsar los acuerdos de comercio internacional. “La ausencia de una política de inserción internacional ha generado pérdida de oportunidades desaprovechando las características de nuestro modelo productivo con las menores huellas ambientales globales”, sostuvo.
En la reunión, Urquía, de AGD, le recomendó trabajar estrechamente con la cancillería, que estará a cargo de Diana Mondino. “Ella entiende porque es productora agropecuaria”, respondió Vilella.
A su vez, Carla Martín Bonito, directora ejecutiva de la Copal, le remarcó la necesidad en derribar las trabas paraarancelarias que tienen los productos argentinos en los mercados externos.
Urquía, además, hizo hincapié en la necesidad de sostener el dragado y balizamiento de la hidrovía del Paraná. “Fue una de las obras más importantes de infraestructura de los últimos 30 años que permitió una baja concreta de los costos a la producción por la mejora de los fletes”, recordó el CEO de AGD y pidió que se haga una licitación transparente y que el Estado tenga un ente mínimo de control.
En cuanto a los temas macroeconómicos, Vilella no dio detalles, pero ratificó que en el equipo que encabeza el futuro ministro de Economía, Luis Caputo, está la convicción de que es necesario avanzar en la eliminación de los derechos de exportación. El futuro secretario, además, adelantó que está en estudio la posibilidad de aplicar un mecanismo para descontar el pago de retenciones. En julio pasado, Javier Milei, en su presentación en la Sociedad Rural Argentina (SRA) había dicho que las retenciones no se iban a eliminar de inmediato y que podrían descontarse de ganancias. “El país está quebrado”, exclamó Vilella.
Pedro Vigneau, que será jefe de Asesores de la Secretaría de Bioeconomía, en la presentación que otro de los objetivos centrales de la nueva gestión será “devolverle la rentabilidad al productor”. En la reunión no hubo precisiones sobre la política cambiaria en el corto plazo.
Inversiones
Otro de los ejes será “contar con una ley nacional de inversiones, sin discriminar sectores, lugar y escalas; es crucial para crear un entorno propicio para la inversión y el desarrollo económico de un país”, dijo Vilella.
Uno de los capítulos clave será la propuesta de una ley de Germoplasma. “No se trata solo de la soja, también pensamos en las legumbres y otras especies vegetales”, dijo. No obstante, puso a la soja como ejemplo de la necesidad de modificar la normativa vigente. “Estamos en 600 kilos promedio por debajo de rinde respecto de Estados Unidos o Brasil porque hay tecnologías que no llegan a la Argentina; los productores tienen que hacer un mea culpa en esto”, expresó en referencia al no reconocimiento de la propiedad intelectual en el mejoramiento genético.
Más allá de una eventual ley futura, Vilella adelantó que habrá medidas adicionales. “La Constitución habla del derecho de propiedad”, expresó.
A mediano plazo, el secretario de Bioeconomía señaló que el propósito es que haya un fuerte impulso al riego con la posibilidad de multiplicar por seis la actual superficie con riego. Esto lo vinculó con el impulso a las economías regionales. “Hay una visión federal con una nueva matriz exportadora”, destacó.
Otro eje clave será que se buscará apuntar a la trazabilidad y a la certificación. El futuro secretario negó que tenga una visión “ambientalista” sesgada contra la producción. “Son lecturas superficiales que se hacen”, dijo. “Producimos con la menor huella de carbono, eso lo tenemos que contar”, expresó. En ganadería, adelantó que se avanzará hacia la trazabilidad individual de la hacienda, tal como se demanda a nivel mundial. “Esto lo hizo Uruguay”, destacó.
También dijo que habrá un apoyo a las AgTech y, por supuesto, a los biocombustibles. Sobre este punto, Vilella se lamentó que la última reforma de la ley de biocombustibles redujo el corte con biodiésel del gasoil. “Y lo hizo un diputado de Santa Fe”, se lamentó, en referencia a la provincia donde se produce y exporta el mayor volumen de biodiésel.
Las claves
Los puntos básicos de la propuesta que presentó Vilella en la presentación ante empresarios agroindustriales, productores, representantes de cámaras empresariales son los siguientes:
- En producción vegetal, expresó que se apuntará a “una ley de germoplasma, al crecimiento de área de Riego, al desarrollo de tecnologías, al desarrollo Foresto-industrial y al desarrollo Economías Regionales”.
- En agrobioindustria se propone “mejorar eficiencia en cadenas de valor”, con el desarrollo de Biorrefinerías, bioproductos, bioenergía, biomateriales, bioinsumos agropecuarios e industriales.
- Respecto de la biotecnología y las tecnologías convergentes en la bioeconomía, expresó que habrá “una promoción a las agtech, a la biodiversidad, a la conservación, al aprovechamiento sustentable, a las certificaciones y trazabilidad”.
- En producción animal dijo que la intención es “avanzar hacia la formalidad sanitaria, impositiva y laboral, a la reformulación de la Matriz Exportadora en proteínas de origen animal y al desarrollo de tecnologías en producción porcina, avícola, bovina, ovina y producción láctea; a la acuicultura y al desarrollo de las economías y producciones regionales”.
En las definiciones de Vilella se lee que “el sector agrobioindustrial juega un papel esencial en la construcción de un futuro sostenible y próspero. Sustentada en la innovación, la sostenibilidad y la equidad, podemos garantizar la seguridad alimentaria, energética preservar el medio ambiente y promover el bienestar de las comunidades rurales y de la sociedad en su conjunto”.
Sobre este último aspecto, Mariano Winograd, especialista y referente de la producción frutihortícola, destacó la necesidad de resolver el problema de la pobreza y puso como ejemplo el conurbano bonaerense y Rosario, como zonas que necesitan de la inclusión.
“Justamente por ponerle trabas al agro que hubo una gran inmigración de las zonas rurales del norte a La Matanza y Rosario”, destacó.
Vilella recordó un trabajo académico que había elaborado hace algunos años sobre la demanda y la producción de alimentos en el que se sostenía que para que la población se alimentara adecuadamente había que duplicar la producción de frutas y verduras. “Solemos decir que producimos alimentos para 400 millones de personas, pero ahí tenemos un déficit”, recordó. Tomando en cuenta que buena parte del apoyo político que obtuvo Milei en las últimas elecciones provino de los sectores populares, esta visión se propone vincular a la producción de alimentos con la población que enfrenta las condiciones más duras de la pobreza, fue la conclusión de ese tramo de la charla.
Otras visiones
El consultor Sebastián Salvaro, de AZ-Group, consideró respecto de los desafíos del nuevo gobierno que “lo primero es el saneamiento macroeconómico. Sin eso, ninguna medida para el campo serviría”. Luego, se debe “poner en agenda el agro como un tema de alta importancia en la actividad pública, como hacen en Brasil. Es decir, llevar al agro a 4.0. con la digitalización, cuidado del ambiente, tecnologías disruptivas”. A su vez, expresó la necesidad de la sanción de leyes sobre biocombustibles, semillas y seguros.
En tanto, Matías Amorosi, de la misma consultora, indicó que “el plan debería mantener una línea sin cambios abruptos en su transcurso, sin idas y vueltas y donde quede todo claro. Aspiramos a que haya un largo plazo ordenado, creíble y sincero, que apunte a recuperar todas la variables económicas el país”