Se trata de una estimación realizada por el analista Eugenio Irazuegui, de Zeni; los números que manejan en Coninagro y la Sociedad Rural Argentina (SRA)
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Las ventas de soja por parte de los productores se encuentran, en términos de porcentaje de la producción, en el menor nivel de los últimos seis años, según un informe realizado por Coninagro. De acuerdo a la entidad, a mediados del actual se encontraban en el 34%, dos puntos porcentuales menos que el año pasado e incluso menor al 40% del ciclo 2018/2019. En tanto, según un reporte de Eugenio Irazuegui, analista de la firma Zeni, los productores todavía tienen por vender, mientras sigue la cosecha de la oleaginosa, una producción potencial equivalente a US$15.760 millones. Por otra parte, según la Sociedad Rural Argentina (SRA), si se considera una “canasta” de cultivos, es decir además de soja, trigo, maíz y girasol, entre otros, el productor argentino lleva comercializado un 23% más en volumen versus 2023.
“A mediados de mayo, los productores solo vendieron el 34% de la producción de la campaña 23/24. El nivel más bajo de los últimos 6 años”, indicó Coninagro en su reporte, y agregó: “En los cinco años anteriores se observó que, en promedio, para esta época del año se había vendido el 40% de la producción, aunque en las últimas dos campañas se había reducido al 36%”.
Esta entidad también hizo una comparación en toneladas y, en este caso, según indicó el número es mayor que otras oportunidades. Así lo señaló Coninagro: “La cantidad de toneladas vendidas hasta mediados de mayo ha alcanzado el nivel más alto en los últimos tres años, a pesar de que la proporción de la producción sea menor”. Al respecto, mencionó un volumen de 16,728 millones de toneladas versus, para esta época, de 9,069 millones de toneladas en 2022/2023 y 15,971 millones de 2021/2022. Vale recordar que los productores venden, los exportadores colocan la mercadería en el exterior y liquidan dólares que acá se convierten en pesos luego pagados a sus proveedores del grano, es decir el campo.
Según Coninagro, “la suba de los precios internacionales, la mejora del dólar exportador y la menor humedad están ayudando a que tome mayor ritmo”. Por otra parte, la entidad se refirió a la soja a fijar, entregada pero sin precio por parte de los productores. El porcentaje es del 57%, por encima del 42% del ciclo agrícola anterior y el 52% de la campaña precedente. “Esto probablemente sea consecuencia de los bajos precios que se han visto durante los últimos meses y la percepción de un tipo de cambio también bajo”, indicó.
Ante una consulta de LA NACION, Eugenio Irazuegui, de la firma Zeni, señaló que si bien últimamente se observó un mayor dinamismo en la comercialización, todavía muestra una demora. Dijo: “Pese al mayor dinamismo de las últimas ruedas, se verifica un atraso en la comercialización de soja en esta campaña 2023/24, con montos inferiores para estas instancias del año. Se han comprometido algo más de 16,70 millones de toneladas, aunque solo unas 7,20 millones de toneladas han sido vendidas a precio o ya han sido fijadas. Estos números derivan en un pricing de apenas un 14,3%, casi 11 puntos por debajo del ciclo anterior y unos seis puntos inferiores a la campaña 2021/22″.
En opinión de este especialista, los precios internacionales tuvieron una tendencia declinante en el último año, algo que recientemente se ha interrumpido por las trágicas inundaciones en Rio Grande do Sul. “Ha sido un evento disruptivo en el mercado, dado que Brasil estaba transitando el último tramo de la cosecha y, de forma repentina, las inundaciones ocasionaron pérdidas significativas en la porción sur”, apuntó.
Según Irazuegui, en la Argentina la demora en la recolección de la cosecha ha sido otro de los motivos centrales que impactaron en el mercado, con sucesivas y abundantes precipitaciones ocurridas en abril que dificultaron las labores. “La elevada humedad ambiente y la falta de piso en amplios sectores impedía el ingreso de las máquinas cosechadoras. Hacia los últimos días de abril y en lo transcurrido de mayo se ha corroborado una reactivación de la cosecha y, a nivel país, estaría cerca del 70% completado”, explicó. Hoy la Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó que a nivel país se cosechó el 77,9 % del área.
Ante otra consulta, señaló que de no mediar dificultades en los tramos finales de la cosecha “aún quedarían por vender unas 33,75 millones de toneladas valuadas en poco más de US$15.760 millones”. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyectó una recolección total de 50,5 millones de toneladas de soja y la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) 50 millones de toneladas.
En este contexto, Ezequiel De Freijo, economista jefe de la Sociedad Rural Argentina (SRA), realizó un análisis general considerando varios productos con lo comercializado con precio firme. “El productor produce y comercializa anualmente una canasta de cereales y oleaginosas, trigo, maíz, soja, cebada, sorgo y girasol, y sus decisiones de venta están determinadas por las condiciones de mercado predominantes en cada momento de cada grano”, explicó.
Según aclaró, “de esta canasta, según datos oficiales al 15 de mayo, el productor comercializó con precio 30,9 millones de toneladas versus 25,2 millones de toneladas que había comercializado el año pasado, un 23% más”.
Agregó: “Si comparamos las toneladas comercializadas con respecto a la producción estimada, se observa que ya se comercializó con precio el 25% del total de la producción estimada, mientras que a esta misma altura del año pasado [afectado por la sequía que dejó menor cosecha] esta ratio fue del 33%”.
Luego De Freijo hizo un análisis por producto. Dijo: “Se observa que, en el caso del maíz, trigo y sorgo, el volumen comercializado con precio es similar o levemente mayor al nivel del año pasado. Mientras que, en el caso de la soja, el girasol y la cebada el volumen comercializado, respecto de la producción estimada viene por debajo de la campaña pasada”.
“Esto ocurre en parte por la distorsión que generó la sequía en el nivel de producción del año pasado. Pero también influyen que el año pasado durante este periodo estuvieron vigentes las diversas modalidades del Programa de Incremento Exportador (PIE), los que afectaron la estacionalidad de las ventas en soja, girasol, cebada y sorgo. Mientras que, durante esta campaña, el factor climático impactó en el retraso ocurrido en la cosecha de la soja, lo que alteró el ritmo durante la presente campaña”, detalló.
Según el economista de la Rural, “adicionalmente la caída de precios ocurrida desde noviembre del año pasado, existe una alta probabilidad de que la decisión de comercialización, a estos valores de mercado, ponga al productor en la situación de tener que realizar una pérdida económica”.
“Su decisión hoy pasa por manejar sus necesidades financieras conjugando la mejor combinación de ventas y momentos en función de la composición de su canasta de productos disponibles”, remarcó.
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