A contramano
Luego de un inicio de campaña 2017/2018 complicado, que atrasó fechas de siembra y que complejizó las labores, en general los cultivos de trigos de la zona norte evolucionan satisfactoriamente, gracias a la amplia disponibilidad de humedad y al clima invernal relativamente benigno. "De las 40 heladas por año que sufrimos normalmente en el sur de Santa Fe como promedio, este año contabilizamos sólo 16, con posibilidad de que la situación cambie poco en lo que queda del invierno", afirma un asesor de la zona.
"En julio hubo sólo dos heladas fuertes, que quemaron el 50 por ciento de las hojas en algunas localidades, pero las plantas rebrotaron y sólo sufrieron un leve retraso en el ciclo", agrega. Un factor importante por considerar en esta campaña es el abastecimiento de nitrógeno al cultivo. "Por la napa alta, hubo mucho lavado de nitratos y poca mineralización posterior por falta de oxígeno en el suelo. Los balances de nitrógeno de la zona indican que hay que aplicar mucho fertilizante", alerta el profesional.
Problemas al sur
Estas aplicaciones permiten vislumbrar pocos problemas de calidad industrial en el grano por cosechar, sobre todo en los lotes donde se implanten variedades que contribuyen a ese objetivo. También hay que considerar el tenor de sales de los suelos, luego de tantos meses de excesos hídricos. "Algunas napas tienen cinco gramos de sales por litro, muy por encima del umbral de tres gramos sobre el cual un agua no resulta satisfactoria para una correcta nutrición vegetal", advierte el técnico.
Por este proceso, algunos lotes muy buenos para la agricultura dejarán de tener esa condición en la campaña 2017/2018. Por otro lado, en la región triguera Sur hubo una reducción de área sembrada en muchos campos por encharcamiento o inundación. "Desde las rutas 2 y 3 se ven muchos lotes con agua acumulada por lluvias o proveniente del oeste bonaerense, que distorsionó el sistema productivo de los campos mixtos y que obligó a destinar a ganadería lotes que otros años se cultivaban", distingue un productor de General Guido.
Coberturas
En los lotes más altos de esa región, muchos agricultores debieron cambiar las variedades de ciclo largo compradas en otoño por otras de ciclo intermedio y corto, al no poder sembrar en mayo-principios de junio. Esa decisión puede recortar el potencial de producción por obtener.
En materia de comercialización, los 170 dólares por tonelada que se pueden obtener en el Mercado a Término o con un forward están impulsando a muchos productores a tomar decisiones de cobertura, al menos por una parte de la producción esperada.
"En un contexto de números muy ajustados que dejó la última cosecha gruesa, la plata del trigo a fin de año es crucial y debe asegurarse; muchos productores llegarán a diciembre con las cuentas en rojo y deberán vender el trigo obligados, lo que puede generar una puerta 12 como se vio en otros años", justifica un productor del norte de Buenos Aires, que debe escuchar semanalmente a su contador pidiendo si hay alguna posibilidad de cobrar esa mercadería en noviembre en vez de fin de año.