Se trata de un programa del Mercado Central con la articulación interinstitucional del INTA y el INTI; busca disponer de productos aptos para consumo humano y valorizar los desechos orgánicos mediante la producción de compost
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En la Argentina se estima que un 30% de las frutas y un 40% de las hortalizas se pierden o se desperdician. En busca de recuperar alimentos frescos, reducir y valorizar los residuos orgánicos, una iniciativa del Mercado Central, con la articulación interinstitucional del INTA y el INTI, logró recuperar entre agosto de 2020 y julio de 2023 más de 3400 toneladas de alimentos aptos para el consumo humano y se reconvirtieron 4300 toneladas de residuos orgánicos de frutas y hortalizas en compostaje.
Se trata del Programa de Reducción de Pérdidas y desperdicios y valorización de Residuos que tiene entre sus principales objetivos disponer de alimentos aptos para consumo humano destinados a su donación a organizaciones sociales y comedores populares a través del área de Acción Comunitaria; valorizar los residuos orgánicos mediante la producción de compost y para alimentación animal; brindar asesoramiento y capacitación a productores y operadores sobre manejo de pérdidas y desperdicios de residuos en las distintas etapas productivas y de comercialización y consumo de alimentos.
Pedro Rizzo, especialista del INTA, señaló: “Lo primero que hicimos es estimar fehacientemente cuánto se generaba de residuos de frutas y hortalizas. Mandamos a analizar para medir la potencialidad de estos residuos. Lo hicimos en laboratorios del Mercado Central y del Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola (IMYZA) del INTA. Determinamos que, de agosto de 2020 a julio de 2023, se han producido 4372 toneladas de compost. Y toda esa materia orgánica es la que evitó enviar a un relleno sanitario”.
“Es un proyecto sustentable social, ambiental y económico. Nosotros empleamos a trabajadores en situación de calle o de volquete y hoy logramos que tengan un trabajo sujeto a derecho y forman parte de la planta del Mercado Central. Al separar los alimentos aptos para consumo humano de los que son residuos orgánicos para compostaje logramos también contribuir con comedores y organizaciones sociales”, expresó Marisol Troya, gerenta de Calidad y Transparencia del Mercado.
Por su parte, Fabián Rainoldi, responsable del proyecto del Mercado Central, aseguró que “con este manejo, aproximadamente 37.500 personas se alimentan por semana y se abastecen entre 450 y 700 comedores, con el fin de generar la consciencia y el compromiso de todos los sectores para mayor sustentabilidad”.
“Se diseñaron procedimientos internos para la recuperación de alimentos y la producción de compostaje, normativas del Senasa y del Código Alimentario. Entre las distintas etapas, primero recibimos las mercaderías que salen del circuito comercial de los operadores, a través de una donación que les reporta beneficios a quienes adhieren al programa. Luego, se hace la separación primaria del material orgánico e inorgánico. Finalmente, se procede a traspasar los cajones del operador a los cajones verdes (IFCO). Los pasos siguientes consisten en el paletizado de los cajones verdes y el registro de todos los movimientos diarios en remitos y documentos internos”, dijo.
En cuanto a los criterios de separación, indicaron que existen características organolépticas referidas al color, forma, textura, sabor, olor, tamaño. También se evalúan los problemas en las instancias de almacenamiento, transporte y embalajes deficientes. El equipo de separadores se capacita en cursos que dictan desde el Área de Calidad y Transparencia en manipulación de alimentos. Se reciben frutas y verduras en un solo lateral de cada Nave. Un roll off para compostaje con reja y otro roll off para desechos.
Sistemas alimentarios
A nivel global, aproximadamente el 13% de los alimentos producidos se pierden entre la cosecha y la venta minorista y el 17% de la producción total de alimentos se desperdicia en los hogares, la restauración y el comercio por menor. En este contexto, “es fundamental reducir las pérdidas y el desperdicio”.
El Día Internacional de Conciencia sobre la pérdida y el desperdicio de alimentos, celebrado desde 2019 cada 29 de septiembre, dijeron en el organismo que “es una oportunidad para tomar conciencia y establecer prioridades para poder avanzar en innovaciones que tiendan a reducir la pérdida de alimentos y el desperdicio para lograr sistemas alimentarios más sostenibles, eficientes e inclusivos”.
“La pérdida y el desperdicio de alimentos significa que todos los recursos que se utilizaron para su producción -agua, tierra, energía, mano de obra y capital- se desaprovechan. Además, la eliminación de los alimentos que no se consumen en los vertederos generan emisiones de gases de efecto invernadero, con su consecuente impacto en el cambio climático”, indicaron.
“Es necesario que se adopten medidas a escala mundial y local para un mejor aprovechamiento de los alimentos que se producen y centrarse en la adopción de enfoques que integren la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos”, finalizaron en el INTA.
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