En el norte se encuentran cerca de iniciar la recolección del trigo y hay preocupación; apuntan sobre el congelamiento de precios y la diferencia de valores versus otros países
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Se acerca la fecha de inicio de la cosecha de trigo y garbanzo en el norte y crece la preocupación de los productores agropecuarios porque, alertan, no se consigue gasoil grado dos, que es el que utilizan en gran parte de la maquinaria agrícola y los camiones. Temen que, al no poder obtener el combustible, tengan que buscar alternativas que aumenten sus costos de producción. Además, los transportistas también informan sobre problemas para cargar el combustible.
Si bien en las empresas proveedoras de combustible manifestaron, ante una consulta, que no hay problemas de abastecimiento, reconocieron que en caso de que se produzca un aumento repentino en la demanda es “muy probable” que surjan inconvenientes de suministro debido al retraso en la actualización de los valores de los combustibles, lo que hace muy difícil la importación de gasoil.
“Faltan 10 días para que empecemos la cosecha de trigo y garbanzo, pero desde hace bastante tiempo que no se consigue combustible de grado dos, que es el que necesitamos para trabajar”, dijo Francisco Ayala, integrante de la comisión directiva de la Asociación de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte (Apronor), que aseguró que han reportado problemas productores de toda la región.
Explicó que el problema se agrava porque los productores carecen de la infraestructura necesaria para guardar grandes cantidades de combustible. “En un año normal, mientras estamos trabajando pedís y automáticamente te lo llevan [al gasoil], pero ahora solo está el premium, que vale 40% más”, dijo.
En la región temen que se repitan las largas filas para cargar combustible que se vieron el año pasado. “Los camiones salían de Tucumán o Salta cargados con grano y, en lugar de demorar 15 horas a Rosario, demoraban 36 porque les cargaban de a 30 o 60 litros y tenían que esperar horas en las estaciones de servicio. Desde Tucumán hay 900 kilómetros y desde Salta 1500″, recordó.
La semana pasada, la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac), que agrupa a más de 44 cámaras de transportistas a nivel nacional, solicitó la “urgente intervención” de la Secretaría de Energía de la Nación para normalizar el abastecimiento de gasoil. En diálogo con LA NACION, Roberto Rivero, director ejecutivo de la entidad, indicó que la situación se agravó por el aumento del gasoil a granel en comparación con el valor en el surtidor. Mientras que en agosto el precio mayorista del combustible aumentó un 35%, el incremento promedio en las estaciones de servicio fue del 18%.
“Con más demanda en el surtidor y menos entrega no hay un abastecimiento normal”, dijo. Indicó que “desde que el Gobierno congeló los precios comenzó a haber faltante de YPF en el surtidor”.
Según explicaron, más de un 60% de los trasportistas cargan combustible allí por conveniencia de precios respecto a otras empresas. Precisaron que “la empresa comenzó a estirar los repostajes de las estaciones”, algo que fue negado por YPF, que aseguró que hay abastecimiento normal.
Otros operadores del sector opinaron que esto se puede deber a la diferencia de precio en las estaciones de banderas respecto a otras estaciones. “Hay mucha más demanda” y eso hace que se producen “quiebres de stock”, señalaron.
Para Rivero, hay tres problemas. En primer lugar, la variación en el precio. En segundo término, la incertidumbre acerca del tiempo que tomará el viaje debido a las demoras en la carga de combustible. Por último, un problema de seguridad vial, ya que los vehículos se ven forzados a detenerse en el costado de la ruta mientras esperan para repostar combustible.
Si bien en las empresas de combustible del sector aseguraron que no hay desabastecimiento, alertaron que en caso de que se produzca un aumento repentino en la demanda es “muy probable” que surjan problemas de suministro debido al retraso en la actualización de los precios de los combustibles.
“Actualmente, la brecha de precios con la región es la más grande de la historia, y esto plantea preocupaciones, ya que ninguna empresa estaría dispuesta a importar gasoil a un costo de 1,89 dólares CCL para luego venderlo a 0,36 dólares CLL, incluyendo los impuestos, o 0,27 dólares netos. No afirmamos que habrá desabastecimiento, pero es muy probable que se produzca un faltante debido a la gran diferencia de precios, lo que dificulta la importación en caso de necesidades puntuales”, dijeron.
Como se mencionó anteriormente, indicaron que el costo de importación del gasoil asciende a 1,89 dólares CCL, mientras que en la Argentina se comercializa a tan solo 0,36 dólares CLL. Además, existe una notoria disparidad de precios en comparación con otros países de la región, como Chile, donde el precio es de 1,17 dólares CLL y en Brasil, de 1,23 dólares CCL.
Por otro lado, ejemplificaron con un fuerte atraso en el precio entre el 1° de enero y el 31 de agosto último por la intervención del gobierno. “Mientras las naftas y el gasoil aumentaron solo un 57%, la devaluación fue del 98%, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) alcanzó el 80% y el Índice de Precios Internos al Por Mayor (IPIM) llegó al 87%”, indicaron.
Esta intervención afecta principalmente al sector minorista, a diferencia del mayorista, que es la principal preocupación denunciada por parte de Fadeeac, lo que conduce a un cambio en la dirección de la demanda. “Tanto las empresas de transporte como el sector agro no deberían comprar en las estaciones de servicio, sino que deberían hacerlo a través del canal mayorista. El problema es que, como se sabe, este no está intervenido por el Gobierno, lo que hace que sea mucho más caro”, afirmaron.
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