Un equipo de investigación con especialistas del INTA, la UBA y el Scotland Rural College de Escocia, Reino Unido, determinó la alta capacidad de adaptación del patógeno Ramularia collo-cygni (Rcc), causante del salpicado necrótico de la cebada
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Considerada la principal limitante de la producción de cebada cervecera a escala mundial, el hongo Ramularia collo-cygni (Rcc) es el patógeno que causa el salpicado necrótico de la cebada. En la Argentina, el Rcc es una amenaza para el cultivo, especialmente porque todas las variedades utilizadas son susceptibles a la infección por este microorganismo.
Por esto, investigadores del INTA San Luis y del INTA Córdoba, junto con la cátedra de Fitopatología de la UBA y el Crop and Soil Research Group del Scotland’s Rural College caracterizaron la capacidad de adaptación que posee, ya que esta cualidad del patógeno podría limitar las medidas de control.
Ignacio Erreguerena, investigador del INTA Manfredi, explicó: “El trabajo consistió en la caracterización de la variación genética de una población de Rcc en la Argentina utilizando marcadores moleculares para compararla con poblaciones de este patógeno provenientes de la República Checa y Escocia bajo el supuesto que los aislamientos argentinos podrían tener ese origen”.
El estudio encontró que la población de Rcc en la Argentina se diferenció genéticamente y posee un importante nivel de variabilidad, aunque menor que las europeas. “Esta menor variación observada indicaría que al ingreso de Rcc en la Argentina, ocurrió una reducción significativa de la variabilidad (lo que se denomina un cuello de botella genético) y que este patógeno aún podría estar en un estado de establecimiento y emergencia”, explicó Erreguerena.
Cabe destacar que la primera detección de Rcc en la Argentina se realizó en 2002. Además de las diferencias con las poblaciones europeas, el estudio sugiere que no habría existido una entrada única del patógeno, sino que se habrían registrado numerosos ingresos al país, posiblemente por el intercambio de semillas entre regiones productivas.
Erreguerena agregó: “De esto se deriva que el riesgo que esta enfermedad presenta para el cultivo de la cebada puede aún crecer durante las campañas venideras, cuando las poblaciones del patógeno lleguen a estar establecidas en el país”, y sostuvo: “Las medidas de control químico pueden no ser sostenibles en el tiempo; ya que previamente hemos detectado aislamientos con mutaciones que generan resistencia a los principales fungicidas en los lotes productivos del país. Nuestros estudios previos muestran que existe una disminución en la sensibilidad de las muestras de Rcc argentinas a los fungicidas más utilizados para su control, como por ejemplo las estrobilurinas”.
Por su parte, Eduardo Guillín, especialista de la Agencia de Extensión Rural Quines del INTA San Luis, agregó: “El estudio encontró que las poblaciones de Rcc en Argentina muestran un importante nivel de variación, lo que sugiere que el patógeno presenta un riesgo potencial elevado a futuro. El análisis comparativo de la variabilidad genética es particularmente útil porque nos permite predecir la capacidad de adaptación de un patógeno y, por lo tanto, estimar la sustentabilidad de las medidas de control que se apliquen en una región determinada”.
Guillín explicó que “será crucial realizar investigaciones adicionales sobre la estructura genética del Rcc a nivel local y global para comprender su dinámica poblacional, la zona (o zonas) de origen preciso para las posibles estrategias de manejo efectivo”.
Avances en el estudio del patógeno causante del salpicado necrótico en la #cebada
— INTA Informa (@INTAInforma) May 6, 2024
Un equipo del @intaargentina, la @UBAonline y del @SRUC determinó su capacidad de adaptación, una información que sirve para las medidas de control a largo plazo.
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“Esto incluye la disrupción de la dinámica poblacional y evolutiva del patógeno mediante la transición hacia herramientas agroecológicas en cultivos extensivos en diferentes regiones de la Argentina. El desarrollo de nuevas estrategias de manejo será esencial para proteger la producción de cebada en nuestro país. Esas estrategias podrían incluir el desarrollo de variedades resistentes, la rotación de cultivos y la aplicación de medidas de control biológico”, dijo.
Según informaron, la investigación fue publicada en la prestigiosa revista Plant Pathology y es el resultado de la tesis de Erreguerena (posgrado de la FCA Balcarce, UNMDP), en una colaboración internacional e interdisciplinaria entre investigadores de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA San Luis, la Cátedra de Fitopatología (FA-UBA), y el Crop and Soil Research Group del Scotland’s Rural College (Reino Unido).
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