SAN MIGUEL DE TUCUMAN.- Las intensas lluvias de otoño, sumado a un paro de transportistas concretado en el inicio de la temporada, retrasaron considerablemente la cosecha de limones en Tucumán, de donde proviene el 80% de la producción nacional. Esta situación, que obligó a desechar toneladas de fruta que se pasó del calibre de exportación y que no pudo ser procesada industrialmente por un exceso de oferta, impactará negativamente en los volúmenes de producción y de exportación, según referentes del sector.
Al respecto, especialistas consultados por LA NACION estimaron que en la presente campaña, que comenzó en abril y finalizará el mes que viene, se producirían menos de 1,5 millones de toneladas de limones (en 2018 fueron 1,6 millones de toneladas).
Se estima que un 77% del total de la producción sería destinado a la industria para la fabricación de jugos concentrados, pulpas, aceite esencial y cáscara deshidratada, mientras que un 18% se exportaría como fruta fresca y el 5% restante se colocaría en el mercado interno.
Debido a que hubo una merma en la producción de fruta de exportación (las lluvias ocasionaron que tengan un color y un tamaño no aptos), el volumen de ventas de limones al exterior podría mermar en un 20%, según cálculos del sector.
El presidente de la Asociación de Citricultores del Noroeste Argentino (Acnoa), Pablo Padilla, explicó que "con casi 50 días de lluvia en otoño se produjo un retraso importante en la cosecha y la fruta desarrolló un tamaño mayor al requerido para exportación". Según el dirigente, "esto obligó a destinar un porcentaje mayor de limones a la industria, que colmó su capacidad de procesamiento y por eso fue necesario desechar parte de la producción".
Padilla señaló que "este año habrá una merma en la producción de fruta y también bajarán los niveles de procesamiento industrial y de exportación". Sobre este último punto, contó que "los volúmenes de ventas a los mercados de la Unión Europea van a ser menores en aproximadamente un 25% en comparación con el año pasado, cuando a esos países se exportaron cerca de 180.000 toneladas".
En contraste con esa situación, el dirigente de Acnoa dijo que en esta temporada "se exportarán unas 23.000 toneladas a los Estados Unidos (empezó a comprar en 2018), lo cual duplicaría las ventas a ese país en comparación con el año pasado".
Panorama
Por su parte, Lucas Méndez Trongé, secretario de la Federación Argentina del Cintrus (Federcitrus), dijo a LA NACION que en la entidad son optimistas sobre los números de la presente temporada.
"A esta altura estamos en los mismos niveles de exportación que el año pasado. Y creemos que, pese a los inconvenientes que retrasaron la cosecha, vamos a tener volúmenes de producción y de ventas similares a los de la anterior campaña", opinó.
Méndez Trongé recordó que en 2018 "se exportaron unas 250.000 toneladas de limones, se colocaron 100.000 en el mercado interno y el resto (1,15 millón de toneladas) se destinó a la industria".
En tanto, Padilla remarcó que en el sector "hay incertidumbre por la difícil situación económica y financiera del país". Además, aseguró que "el retraso en el tipo de cambio y las retenciones (el producto quedó bajó el esquema anunciado en septiembre del año pasado para todos los productos que se venden al exterior) le quitan competitividad a la actividad frente a otros países productores de limones, como Sudáfrica, Turquía, España, Chile o Estados Unidos".
Agregó: "Si bien fuimos teóricamente favorecidos con la devaluación, las retenciones en momentos en los que hay que salir a competir y a pelear por cada centavo son una carga muy pesada para la actividad".
El presidente de Acnoa expresó que en los próximos días plantearán esta situación a las autoridades nacionales "para ver qué solución se puede buscar".