La Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio) celebró la mayor competencia; reclamó una cláusula de reciprocidad para las importaciones
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La Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), donde se agrupa la industria exportadora de la actividad, expresó su apoyo a la ley ómnibus en la parte para el sector que introduce una mayor competencia. Sin embargo, la entidad hizo observaciones para que sean tenidas en cuenta.
Según Carbio, apoya lo referido a “la derogación del establecimiento de precios, distribución de cupos de abastecimiento a productores por parte de la autoridad de aplicación y otras intervenciones de mercado establecidas en la actual ley 27.240, mediante las cuales se impedía la posibilidad que todos los actores de la cadena pudieran participar en el abastecimiento de biodiésel para el corte en el mercado interno”.
En tanto, remarcó algunos puntos que, consideró, se deberían poner en la redacción final. “La libre importación de biodiésel o materias primas para la elaboración de biodiésel, ahora permitidas, deben contar con la debida cláusula de reciprocidad con el resto de los países en cuestión”, dijo.
“Entendemos importante se introduzca una política de “convergencia” con el Mercosur en cuanto a los mandatos de biocombustibles (especialmente con Brasil) en virtud de la integración y similitud que se pueda tener en el parque automotriz, y agroindustrial, por lo cual se puedan establecer cortes obligatorios de biodiésel del 14% para este año 2024 y elevarlo al 15% para el 2025, pudiendo la autoridad de aplicación establecer un mínimo (en casos excepcionales y justificados) del 10% y elevarlo cuando se necesite acorde a las políticas de transición energéticas a adoptarse”, apuntó.
Para la entidad, se debería corregir asimismo en el proyecto de ley el artículo que elimina la no gravabilidad de los biocombustibles sobre el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (ICO2), establecido en la actual ley 27.240, “hecho que igualaría a los biocombustibles con los combustibles fósiles en cuanto al objeto de estos impuestos, que es precisamente gravar aquellos combustibles que más contaminan y promover de ese modo una matriz energética más limpia sin premiar a los biocombustibles menos contaminantes que los reemplazan”.
“Consideramos que este punto se debe modificar de modo tal de reconocer taxativamente el aporte a la reducción de CO2 que realizan los biocombustibles. Esto sin desmedro que se pueda introducir a futuro un mercado de créditos de Carbono que premie las inversiones en reducción de emisiones que cada compañía o sector pueda realizar”, agregó.
Para el presidente de Carbio, Luis Zubizarreta, “es insólito que las industrias más competitivas sean discriminadas [las exportadoras no pueden abastecer el mercado interno] y estén paradas y el mercado se abastezca a precios altísimos de pocas empresas habilitadas por no tener un mercado libre”.
Añadió: “Esa situación merma la competitividad de nuestra economía y es pagada por todos los habitantes de nuestro país. El proyecto de ley actual soluciona esta inequidad, le dará al consumidor un biocombustible de calidad y a precios razonables, promoviendo una industria competitiva y sustentable”.
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