Exporta apenas por 23,2 millones de dólares al año y argumenta que el incremento de la alícuota (hoy del 4,5%) le haría perder mercados, especialmente para las pymes
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La industria de los fideos secos alertó que si se aprueba el 15% en los derechos de exportación quedarán en una situación de “inviabilidad”. Se trata de la suba de las retenciones que el Gobierno busca aprobar a través del proyecto de la ley ómnibus que está en el Congreso. Actualmente, este sector paga el 4,5% de retenciones, pero algunas pymes están integradas a un sistema de reintegro parcial, pero dicen que a veces “no se cobra” y “no se lo considera como un beneficio”.
El dato surge de un informe de la Unión de Industriales Fideeros de la República Argentina [Uifra] que fue enviado a diferentes diputados en los últimos días para su análisis. En él se esgrime que la Argentina pasó de exportar 23.817 toneladas en 2019, que reportaron divisas por US$13,9 millones, a 35.620 toneladas enn 2023 por US$23,3 millones. El mercado externo recién se abrió hace 14 años.
Juan Manuel Airoldes, presidente de Uifra, dijo que el 15% que busca implementar el presidente, Javier Milei, son las retenciones “más altas que puso cualquier gobierno” en la historia del país. “Nos quieren poner las mismas retenciones que tiene el grano de trigo a nosotros que agregamos valor; te aplican un impuesto sin hacer ninguna diferenciación. No hay incentivos para invertir en una maquinaria que vale millones de dólares si se va a aplicar el mismo castigo impositivo. La Argentina quiere ser el supermercado del mundo, y los Estados [países de destino] que son nuestros clientes les ponen altos aranceles al valor agregado; por eso, los países importadores quieren importar el trigo y que el trabajo sea local”, precisó.
La Argentina comenzó a exportar fideos en 2010. En 2011, a partir de un problema que tuvo Chile en su industria, contó, la industria nacional tuvo un boom exportador. En tanto, en 2015 se comenzó a ver de lleno una política internacional que permitió un despliegue. “La exportación de la industria fideera siempre se desarrolló al calor del mercado interno, pero en los últimos años se volcó al mercado externo, intentando internacionalizarse. Es difícil competir internacionalmente, por lo que esta medida lo que hace es frenar el camino de transformación del sector, deja sin posibilidad a un sector que viene trabajando de manera muy seria. Si se aprueba este 15%, la industria va a comenzar a funcionar peor”, agregó Airoldes.
La producción local compite en el mundo con las italianas, mexicanas y turcas. La pasta de trigo candeal es la que más se ubica en el mundo. “A nosotros no solo nos ponen un alto arancel el país de destino, sino lo hace nuestro propio estado nacional. Antes de poner un pie en el barco, el propio Estado conspira contra nuestro valor agregado”, puntualizó.
En el conjunto de empresas exportadoras se destacan tanto las grandes como las pymes. Algunas, del interior, desarrollan productos diferenciados como los destinados al segmento gluten free y de alto valor agregado.
Además del riesgo de suba de los derechos de exportación, la industria objeta el bajo porcentaje de reintegros que percibe, del 1,25 por ciento. “Es tan chico que no se cobra o no se lo toma en cuenta a la hora de exportación”, explica Airoldes.
En la entidad dijeron que los cambios en las retenciones para todas las posiciones arancelarias vinculadas a las pastas deja al sector fideero argentino en posición de desventaja y hace prácticamente inviable cualquier iniciativa de exportación. La industria de los fideos genera alrededor de 2200 empleos directos, y tiene 45 establecimientos en todo el país. Tienen una capacidad de producir 800.000 toneladas. Para el consumo interno se destinan 400.000 toneladas, por lo que argumentan que cuenta con suficiente margen operativo para abastecer mercados internacionales.
“El cambio de la alícuota de las retenciones de las pastas secas equiparándolos en el 15% a la materia prima (trigo y harina), coloca al sector exportador de estos alimentos en una clara posición de inviabilidad, ya que el aumento del 10% del impuesto impacta directamente sobre el precio. [Esto] no solo incluye la materia prima, sino los envases, gastos de elaboración, gastos de exportación, certificaciones de todo tipo, en modo alguno puede ser compensado con el aumento de 3% en los derechos de exportación del trigo”, plantearon.
“Un aumento de las retenciones para las pastas secas no solo es una mala noticia, sino que representa un freno total a cualquier iniciativa de inversión en desarrollo de mercados de exportación de nuestras empresas fideeras. Se expone claramente a nuestra industria a perder los mercados que tanto esfuerzo llevó conquistar, lo cual redundará no solo en pérdida de divisas, sino también impuestos, empleos directos e indirectos; además, se afectará la productividad de las fábricas, incrementando los costos”, indicaron.
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