Beatriz Tarifa, que junto a sus hermanas posee una chacra en Allen, Río Negro, en una zona productora de frutas, tiene tomado un establecimiento desde el sábado pasado por decenas de personas
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Un grupo de productores de la ciudad rionegrina de Allen -es la capital nacional de la pera- se movilizó en apoyo de una familia que sufrió la usurpación de su chacra, en el Barrio Costa Oeste, a la vera del Río Negro. Cuando la noticia comenzó a circular este fin de semana, decenas de chacareros y vecinos se dirigieron al lugar y permanecen allí mientras demandan una respuesta del gobierno provincial y de la Justicia.
“Estamos acá reunidos, esperando sobre la ruta que se determine el desalojo. Los ocupantes son unos 80, incluso niños. Están divididos en grupitos de 8 o 10 personas y tienen carpas. Es gente de la zona. Ayer entramos con los propietarios a la chacra pero hubo agresiones, nos tiraron con piedras. Es una vergüenza que pasen estas cosas. Vamos a seguir acá. Si la Justicia no determina, veremos qué hacemos”, contó hoy a LA NACION Sebastián Hernández, presidente de la Federación de Productores de Fruta de Río Negro y Neuquén.
La toma comenzó el sábado pasado luego de que los ocupantes cortaran el alambrado del predio. Un vecino informó entonces a las dueñas de la tierra, cuatro hermanas de la familia Tarifa, de la localidad de Allen, que heredaron la finca de su padre y este, de su abuelo.
Beatriz Tarifa y su hermana Mariela se dirigieron inmediatamente al lugar: “Cuando llegamos y vimos esto, enloquecimos. Hasta ayer, estuvimos adentro sacando los postes y los alambres, porque se estaban separando las parcelas entre ellos, ya con nombre y todo, familia tal, familia tal. Hay más de 100 personas, calculo. Hoy nosotras no pudimos entrar pero vimos que armaron unos toldos. Ayer nos amenazaron con quemarnos la casa. Y recién llegó una camioneta con unas 14 personas arriba. No los dejaron ingresar pero pareciera que se metieron por un costado”.
“Yo no voy a dejar que se queden con la tierra, es la tierra de mis abuelos. Mi abuelo vino de España con su hermano y plantaron todo esto. Nosotras nacimos y nos criamos acá. Ahora no vivimos en la chacra ni de la chacra porque todas trabajamos en otras actividades, pero es el amor a la tierra lo que nos moviliza”, aseguró Tarifa.
La mujer damnificada también contó que, hace tres o cuatro años ya habían sufrido una toma. Asimismo, en los últimos 10 años les incendiaron diversos cultivos, les robaron tres veces el techo entero de la casa, la mesada de la cocina y el tanque de agua, entre otras pertenencias. Al parecer, la violencia se incrementó a partir de otra toma en el terreno de atrás, que comenzó en 2017.
“De las 24 hectáreas que tiene la finca, los ocupantes tomaron seis que están sobre el fondo, a continuación de la toma anterior y van avanzando. Gracias a Dios que nos salieron a apoyar las federaciones de agricultores, los comerciantes, la gente de la zona. Esto no se puede permitir”, sentenció Tarifa.
“El sábado nos enteramos de esta usurpación y empezamos a trabajar de forma inmediata con la fiscalía y la policía de Río Negro. También pusimos en inmediato conocimiento a la gobernadora. Y me junté con los propietarios ese mismo día a la tarde”, indicó la intendenta de Allen, Liliana Martin, quien se reunió hoy con cuatro representantes de los usurpadores.
“Les mostré la documentación de titularidad de la chacra, pero no quisieron llevarse copias, no les importó. Les planteé que podemos acompañarlos en cualquier proceso asociativo para comprar tierras (que es lo que estamos haciendo desde el estado municipal desde octubre, porque la municipalidad no tiene tierra fiscal) pero que, para eso, necesito que salgan de la ilegalidad. De todos modos, si bien en este caso se trata de tierras privadas, aunque fueran fiscales, no se pueden tomar. No podemos dar ese mensaje”, agregó Martin.
La intendenta de Allen aseguró que no se trata de personas en situación de calle, ni de indigentes. De las cuatro personas que participaron hoy de la reunión, una tiene un lote del Estado con tenencia, otra vive con los abuelos, la tercera alquila y la cuarta persona no quiso indicar su situación habitacional.
“Dijeron que son unas 150 familias, pero les pedimos nombres y constitución familiar y no obtuvimos respuesta. Desde el primer momento han dicho muchas mentiras para justificar la ocupación: que se trata de tierras fiscales, que yo los había mandado a usurpar, que esa tierra tiene muchas deudas y que, por eso, el municipio la tiene que repartir”, afirmó Martin.
Los propietarios de la chacra usurpada temían una situación como la que finalmente ocurrió, dado que la finca linda con una toma que comenzó en 2017, en tierras que sí eran fiscales en ese momento.
“Tenían miedo de que se les metieran por eso habían cercado el terreno. Allí viven unos caseros que cultivan alfalfa y verduras. Tanto para la familia Tarifa como para los productores que la acompañan el nivel de incertidumbre es muy preocupante. Lo único que nos queda es que la Justicia actúe”, advirtió la intendenta.
Durante el día de hoy, a pesar de una prohibición judicial los ocupantes del predio ingresaron postes y alambres a la chacra. “Todavía no existe orden judicial de desalojo. Ojalá se resuelva pronto”, concluyó Tarifa.
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