A Roberto Rufer, un productor agropecuario de la zona de San Jerónimo Sud (Santa Fe), no solo le cortaron el silobolsa que tenía en un campo sobre la RN9 donde había 100 toneladas de soja, sino también que le rociaron la mercadería con un fungicida para curar semillas de principio a fin que ahora impide la comercialización del grano. La pérdida por esto asciende a $1,5 millones.
"Cuando llegué al campo vi que el silobolsa estaba abierto, con el adicional de que la soja tenía curasemillas. Estoy destrozado, lloro cada vez que me acuerdo. Me siento mal, abatido, tengo 53 años y llevo toda la vida peleándola y no es fácil. Si fue alguien que quería hacerme un daño, sabía cómo hacerlo y lo hizo consciente porque sabía cómo hacerlo. Pero si esa persona no sabía lo que hacía, no se imagina el daño que ocasionó con esto", dijo el productor, afectado por la escena con la que se encontró el domingo a la mañana en su campo.
"Con un grano que encuentren con ese producto en un puerto decomisan el camión. Cuando firmás una declaración jurada asegurás que tu mercadería no lleva nada que le haga mal a la gente. Ahora estoy atado de pies y manos porque no puedo firmar una declaración así con esta mercadería. Realmente no puedo pensar como voy a hacer", agregó.
"Si querían lograr un daño absoluto lo lograron, son 100 toneladas de 600 de la cosecha de este año las que no voy a tener más. Esos 1,5 millones de pesos de pérdida que ahora no voy a percibir me sacan del sistema", afirmó.
El producto que le rociaron a la soja es un fungicida curasemillas contra hongos. "No puedo comercializarlo y hacer como el que no ve. Ahora tengo que contratar personal para separarlo. Hay que hacer un trabajo de hormiga, un trabajo de grano por grano, porque se mezcló todo", contó. Ayer, después de encontrarse con la escena, comenzó junto a su hijo a aspirar los granos que estaban más comprometidos.
Según información que obtuvo el productor, el Senasa tiene un servicio para este tipo de casos. "Me dijeron que vienen y ven la mercadería, no sé si hay un producto que neutraliza o si es un proceso. Pero esto para mí es un gasto porque el Senasa no viene gratis y encima la AFIP no tiene ojos ni oído ni corazón y esto se lo van a pasar a un abogado que me va a llamar para preguntarme por qué no pagué", aseveró.
Durante el día, el productor logró contactarse con algunas cooperativas para saber de qué forma podría solucionar el problema y contó que algunas le ofertaron silos de emergencia, para que no se mezcle con otra mercadería. "La soja la puse en silos de emergencia. La dividí en tres partes: el que está muy dañado, el medio y el que no tiene o tiene muy poco", indicó.
La soja que estaba en acopio desde hace un par de meses estaba destinada a la comercialización y ahora, dijo, tampoco se puede usar para semilla. Había sido cultivada del campo de 30 hectáreas que el productor tiene entre San Jerónimo Sud y Carcarañá; ahí estaba el silobolsa que fue vandalizado.
Según el productor, este es el segundo año que almacena con silobolsas. "Alquilo un campo de 170 hectáreas y voy sacando la mercadería de a poco, conforme voy pagando impuestos y alquiler. También invierto en tractores, sembradoras, en tecnología. El canon de esta soja ya estaba pago y ahora la mercadería no sirve más", dijo.
Además, señaló que la gente que hace este tipo de delitos piensa que los productores agropecuarios tienen márgenes exorbitantes de ganancias. El productor dijo que desconoce quién pudo haber atacado el silobolsa y descarta una posible venganza.
Hace cuatro años le hicieron una entradera en su casa. "No, no tengo a nadie en la cabeza que pueda yo decir que hizo esto. Me tomaron una declaración en el destacamento de policía; aún no tienen a ningún sospechoso", expresó.
En tanto, en un campo entre Cañada de Gómez y Bustinza, Santa Fe, ayer también se conocieron otros actos de vandalismo de ataques a silobolsas.
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