En Ayacucho, a Federico Schildknecht y su familia les sustrajeron 80 vacunos y 118 lanares desde agosto del año pasado
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Desde hace menos de un año que en el partido bonaerense de Ayacucho la familia Schildknecht viene sufriendo reiterados y sucesivos robos de hacienda en sus campos. En total, desde agosto de 2021 les faltan unos 80 vacunos y 118 lanares. Pese a haber realizado todas las denuncias correspondientes en la comisaría local, las mismas no tuvieron avances.
Federico Schildknecht, junto a su hermano, son quienes administran y llevan adelante el negocio agropecuario en cuatro establecimientos ubicados en el cuartel 13, sobre la ruta 29, en un radio de 18 kilómetros y a unos 52 kilómetros de la ciudad de Ayacucho. “Ni quiero hacer el cálculo del daño económico porque no puedo amargarme más”, dijo afligido a LA NACION.
Según contó, la pesadilla comenzó en agosto del año pasado cuando, como es costumbre cada 30 días, en cada uno de los campos realizaron un recuento de la hacienda. Ahí saltó que en el establecimiento San Esteban faltaban 13 vaquillonas. Inmediatamente fueron a la comisaría para realizar la denuncia policial. “No sabemos quiénes fueron, si es gente de adentro o de afuera. Tampoco es nuestro trabajo, quien debe investigar es la policía”, remarcó.
Pasaron dos meses y en octubre, en un nuevo recuento de existencias, el faltante de hacienda ocurrió otra vez: fueron 38 vaquillonas de nuevo en el establecimiento San Esteban las que faltaban. Nuevamente realizaron la denuncia a la comisaría, “aunque no pasaba absolutamente nada”.
“Esto no es un robo hormiga, es una organización que está detrás, si no es imposible llevarlo a cabo”, enfatizó.
Al mes siguiente, el recuento dejó otro saldo negativo. En rigor, en noviembre fue el turno de los lanares: faltaron unas 45 ovejas y 57 corderos. Ya era demasiado para los Schildknecht, por lo que a la denuncia policial se sumaron las llamadas al intendente local y al fiscal de Dolores que entendía en las causas para que apure la investigación de los hechos.
“No es solo a nosotros que nos pasa sino que también a vecinos, lo que pasa es que, como la policía nunca soluciona nada, ya ni hacen la denuncia”, aseguró.
El verano de 2022 comenzó tranquilo para los Schildknecht y, cuando pensaban que la pesadilla había terminado, en marzo último, una vez más, en una nueva pasada por la manga para contar todo el rodeo les faltaron seis vaquillonas, a pesar de haber cambiado de puestero.
“La impotencia que tenemos es que la táctica de la policía es primero inculpar al dueño del campo, donde el sospechoso es uno y, si va al campo no revisa ni siquiera los alambres perimetrales”, señaló.
En junio pasado fue el último recuento y tampoco dejó buenas noticias. En San Esteban faltaron 10 vaquillonas y 16 lanares y en el establecimiento Cinco Montes fueron cinco vacas y ocho terneros que faltaron del stock.
“Esta vez, hecha la denuncia el 3 del pasado mes la policía ni siquiera vino al campo. Hace casi un año que hicimos la primera denuncia de robo y no tenemos respuestas. La policía avanzó en la investigación y la fiscalía de Dolores ya cerró las causas de nuestras primeras denuncias”, dijo.
Por último, el productor contó que en un principio tanto autoridades municipales, policiales y judiciales los atendían pero que al tiempo comenzaron a evitarlos. “Yo no soy investigador, es la policía quien debe hacer su trabajo. Como productor, siento una gran impotencia porque vas a los lugares que debés ir a pedir protección y a nadie le preocupa nada, todo les resbala. Anímicamente te pone muy mal porque los que te tienen que dar una solución te evitan y no te atienden”, indicó.
LA NACION se comunicó con las autoridades policiales locales pero no obtuvo respuestas.
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