

La inseguridad rural sigue creciendo en el campo con nuevos casos. El lunes pasado, un grupo de delincuentes entraron en un campo cercano a la localidad de Venado Tuerto y se llevaron 12 borregas de destete. Fue en la cabaña de ovejas de pedigree Unelen.
Ese día, como todas las mañanas, Ariel Manfroi y su hijo se levantaron temprano para dar de comer a su majada. Cuando llegaron a los corrales, vieron que en uno de ellos el tranquerón estaba abierto. Enseguida pensaron que podía haber sido un descuido. Pero al hacer el recuento en los lotes no estaban. Con sogas tiradas y huellas en el suelo entendieron al instante que en medio de la noche lluviosa y "con total impunidad" habían entrado al campo y se habían llevado los animales.
"El corral de donde se llevaron las ovejas está a 20 metros de la casa donde vive mi hijo con su familia y a unos 30 de la persona que nos ayuda en la cabaña. Nadie escuchó nada. Ni los ocho perros border collie ni el maremmano que tenemos ladraron. Entraron con total impunidad, con mucho conocimiento de la zona. Creemos que las llevaron a hombro, maneadas 400 metros caminando, las subieron a una camioneta y se fueron por la ruta 8", señaló a LA NACION el cabañero.
Hace 15 años que Manfroi tiene la cabaña ovina Hamshire Down donde trabaja con su hijo. En ese tiempo ganaron nueve Grandes Campeones y doce Reservados Grandes Campeones en la Exposición Rural de Palermo. En el campo de 25 hectáreas producen por año alrededor de 400 animales en un sistema semi intensivo, donde una hora por día los ovinos están en los lotes comiendo pasturas y el resto del tiempo reciben raciones en corrales.
Según detalló, las borregas de siete meses pesaban unos 50 kilos y tenían aproximado de un valor de $50.000 cada una. Con bronca, el productor dijo que esos animales tienen años de trabajo encima.

"Medio millón de pesos pero más allá de medir el dinero es la impunidad con la que se manejan, tan cerca de la casa donde vive mi hijo con su familia. No hacemos animales para consumo, solo genética. Por eso los animales robados, no solo significan una importante pérdida monetaria sino años de trabajo en el mejoramiento genético que realizamos en el campo", dijo.
En este sentido, hizo un pedido: "Genera muchísima impotencia. Es otro ataque más, que no solo padecemos nosotros, sino el campo argentino en general. Son hembras tatuadas en sus orejas puras de pedigree; sí les ofrecen estos animales, por favor que nos avisen".
Mientras la investigación avanza, Manfroi contó que en el establecimiento se incrementaron las medidas de seguridad, con cámaras, un sereno que va a realizar recorridas nocturnas y perros sueltos. Asimismo mostró su descontento y preocupación por su familia: "No es justo vivir con miedo".

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