José Luis Tardivo, de la zona de Río Cuarto, Córdoba, vendió en 2013 una máquina valuada en US$45.000 que nunca cobró; como la Justicia no avanzaba, se puso él mismo a realizar una tarea de inteligencia para dar con el equipo
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José Luis Tardivo, un productor rural de la zona de Paso del Río Seco, en el Departamento Río Cuarto, Córdoba, se emociona cada vez que habla del momento en que vio a su cosechadora marca Vassalli volver a cruzar la tranquera de su campo. Hace ocho años la había vendido -en ese momento valuada en US$45.000-, pero la totalidad de los cheques que recibió habían sido denunciados como robados. Hizo la denuncia de ese hecho y, como vio que la causa no avanzaba, decidió buscarla por su cuenta a través de redes sociales y de gente conocida. Cinco años más tarde logró localizarla en Mendoza, pero la Justicia recién se la devolvió hace una semana.
“La máquina no es moderna, es más bien vieja, pero eso no importa, yo igual iba a hacer todo para que me la devuelvan. Cuando algo es tuyo y te lo sacan, buscás todos los medios para recuperarlo”, apuntó Tardivo. Contó que en 2013 decidió vender su cosechadora y unos compradores de Villa Rossi, provincia de Córdoba, le ofrecieron pagarle con cheques. Confió en ellos porque la firma de los cheques era de una cooperativa de Buenos Aires “muy buena”. Sin embargo, la sorpresa llegó después, una vez que ya había entregado la máquina.
“Cuando empezaron a entrar los cheques, todos me venían de vuelta porque habían sido denunciados como robados hacía tres años”, se lamentó el productor. “Comencé a averiguar y me enteré que el que me estafó había desparramado cheques por todos lados y caí yo en la volteada”, agregó.
Fue entonces cuando presentó su denuncia en la Unidad Fiscal N°3 de Río Cuarto y, de manera simultánea, empezó su propia tarea de inteligencia e investigación. “Me moví mucho con gente amiga y con gente de campo que me ayudó a localizarla. Me pasaban fotos e información sobre las cosechadoras. Si bien las máquinas son todas iguales, uno que ha andado siempre con fierros conoce lo que es la maquinaria de uno”, dijo a LA NACION. Así fue cómo le llegó la información de que había sido llevada hacia un lugar cerca de Laboulaye, pero cuando llegó ya era tarde. La máquina ya no estaba.
A pesar de eso, Tardivo no se rindió y continuó su búsqueda. Se contactó con grupos de cosechadoras en redes sociales, con personas vinculadas al campo y conocidos. “Hice todo lo que estaba a mi alcance. Cada vez que tenía un dato viajaba a ver si la encontraba”, aseguró. Recuerda haber ido en varias oportunidades a Santa Fe para recorrer diferentes localidades. “Me decían que la máquina estaba por esa zona, pero después me llegó el dato de que estaba en Mendoza, que al final lo pude confirmar con conocidos”, sostuvo.
Fue allí cuando comenzó su peregrinar para lograr recuperar el equipo. “Avisé a la fiscalía que la máquina estaba en Mendoza, pero la causa estaba completamente parada”, explicó. Después de cinco años, cansado de luchar, decidió contratar a un abogado del estudio Jara Altamirano, de Alcira Gigena. Ya asesorado, en diciembre del año pasado se configuró como querellante de la causa.
Álvaro Jara, su abogado, en diálogo con este medio explicó que con la información que brindó Tardivo empezaron a insistir para que la fiscalía tomara alguna medida. “Desde ese entonces se libraron tres oficios. En un primer momento la respuesta de la policía de Mendoza fue que la cosechadora ahí no estaba, pero como mi cliente tenía la certeza de que sí, dimos más precisiones”, expresó. Presentaron un segundo oficio con la ubicación exacta, el nombre de la persona que la tenía en su poder, el de su padre e, inclusive, hasta su apodo.
“Ahí recién reconocieron que estaba”, reclamó. Ya con la confirmación, la Fiscalía 3 de Río Cuarto ordenó un allanamiento y luego incautar la cosechadora. “Fue todo mérito de Tardivo porque con perseverancia él logró dar con la máquina, fue un trabajo intenso de muchos años, él nunca se dio por vencido”, reconoció Jara. “Son cosas que debería hacer el Estado que es el que cuenta con todas las herramientas, pero en este caso si él no buscaba nunca la iba a recuperar”, agregó.
El autor de la estafa fue identificado y se encuentra imputado, aunque no se trascendió su nombre. Actualmente se encuentra privado de la libertad, pero por otra causa, explicó el letrado. “Es alguien que ha cometido muchas estafas”, apuntó.
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