En medio de la pandemia y la cuarentena por el coronavirus, con la actividad económica muy golpeada en el segundo trimestre del año, las ventas de maquinaria agrícola registraron un crecimiento importante en todos los rubros. Las de cosechadoras aumentaron 29% interanual; las de tractores 30,2%; las de implementos 37,7% y la de sembradoras 48,5%. En lo que va del año el global mejoró 16,9% respecto al primer semestre de 2019.
Un trabajo de los economistas del Ieral Marcos Cohen Arazi y Fernando Kuhn en base a datos de Indec, marca que también la evolución desestacionalizada de operaciones evidencia un incremento importante respecto al primer trimestre del año. Todos los rubros crecieron por encima del 30%, destacándose las cosechadoras con un alza trimestral del 47,9%.
Durante el segundo trimestre del año -cuando el impacto del Covid1-19 fue pleno- la mayoría de los sectores de la industria manufacturera sufrieron una caída fuerte en su nivel de actividad. Según el indicador general, la producción de la industria en su conjunto bajó 22,4% interanual entre abril y junio. En el mismo período, la actividad fabril en el sector de la maquinaria agrícola tuvo un crecimiento de 16,3% interanual.
Al tomar el acumulado del primer semestre del año, las cosechadoras son el único rubro que acumuló un desempeño negativo respecto de igual lapso de 2019, con una caída de uno por ciento en unidades vendidas. En cambio, el resto se movió en terreno positivo: tractores con un incremento de 13,5%, los implementos 17,9% y las sembradoras –que, por amplio margen son las de mejor performance-, 34,9%.
La suma total de unidades acumula una expansión interanual del 16,9%, mientras que a precios constantes el incremento en la primera parte del año es del 13,7% interanual.
Cohen Arazi plantea que, si bien no es un mal año en términos productivos, hay varios factores que movilizaron las operaciones como son las expectativas de devaluación, lo que impulsó a decidir inversiones antes de que pueden cambiar los precios (la maquinaria tiene alto nivel de componentes importados), la falta de alternativas para colocar excedentes y, además, hubo crédito. "Hay varias iniciativas que los empresarios aseguran movieron el amperímetro", apunta a LA NACION.
Respecto de si es sostenible en el tiempo este nivel de aumentos, el economista indica que es "difícil saberlo" y enfatiza que lo que se muestra es que el campo, pese a los problemas y "encontronazos" con el Gobierno "sigue de pie y produciendo".
El arranque del año había sido malo para el sector porque aunque dejó mayor facturación hubo menos ventas: se facturaron $13.072 millones, lo que implicó un alza interanual del 33,6%. El dato negativo fue que en relación a la cantidad de unidades vendidas, se colocaron 3294 unidades (máquinas e implementos), marcando una caída interanual del 7%.
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