El agro dejó de ser un brote y está más que verde. A esta conclusión podía llegar cualquier visitante de la última edición de Expoagro después de comprobar el nivel de actividad y concurrencia. No se recuerda, por ejemplo, una cola de productores de casi una cuadra para entrar en el stand del Banco Nación como la que se formó el viernes a la tarde.
La gran mayoría de los expositores superaron las expectativas previas en cuanto a la cantidad de consultas recibidas y las operaciones concretadas y a concretar. En Pauny se habla de 700 certificados de crédito; en John Deere, de 400 operaciones; 70 pulverizadoras vendidas entre Plá y Metalfor, y la fábrica de sembradoras ERCA realizó 240 presupuestos. En este rubro, Raúl Crucianelli espera un crecimiento de ventas del 20% durante 2017.
Son por lo menos tres los motivos que explican la consolidación de este fenómeno de vitalidad económica. El más inmediato es que se está a las puertas de una cosecha récord, de más de 120 millones de toneladas. Por ahora, todos los indicios son más que auspiciosos. Hay buen piso y las napas se encuentran más bajas que el año pasado por haber tenido un febrero y lo que va de marzo sin excesos de precipitaciones. Por lo tanto, se alejan los fantasmas de tener complicaciones para levantar la cosecha. Y los primeros lotes de maíz que ya se pudieron trillar en Córdoba y Santa Fe estaban arriba de los 100 quintales, con picos de 130 quintales.
El optimismo reinante hace pensar que los buenos rindes permitirán compensar las pérdidas que provocaron las inundaciones de enero.
El segundo motivo que explica por qué el campo ya dejó de ser un brote es que ahora comienza a estar regado con una buena financiación. "En el último trimestre del año, el crédito al sector agropecuario aumentó el doble de lo que se incrementaron los activos financieros totales. Hoy es del 3,1% del total. Igualmente, todavía está por debajo del promedio histórico, que es del 4%", afirma Ezequiel De Freijo, analista del Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina.
Lo cierto es que ahora todos salen a prestar al agro, hasta bancos que se mantuvieron siempre al margen. Salen a ofrecer prestamos que van del 11% al 16% en pesos y del 0% al 6% en dólares para financiar la compra de maquinaria, reproductores, retención de vientres, implantación de pasturas, instalación de feedlots y tambos y también para capital de trabajo.
Para los analistas consultados mucho se debe a la reciente decisión del Banco Central de liberar los encajes de los bancos para aumentar la capacidad prestable y a los permisos para brindar créditos en dólares a actividades no exportadoras, como la ganadería. Sin embargo, lo más novedoso y significativo que trae la financiación que comienza a recibir el agro es el alargamiento de los plazos. La nueva posición en los mercados internacionales que tiene el país redunda en líneas especiales con mayores plazos que obtiene la banca. Así, los créditos productivos se han alargado, con casos de hasta siete años.
El tercer motivo que explica la causa del dinamismo que está experimentando el campo se encuentra en lo más básico y elemental: hay confianza en la política del Gobierno. Acierta en lo que importa.
En este sentido, los productores y todos los integrantes de las cadenas agropecuarias han desarrollado un olfato especial que sabe distinguir lo prioritario de lo accesorio, lo real del cuento del tío. En la década ganada K, se intentó maquillar con golpes de efecto, sean ayudas especiales, segmentaciones o subsidios, una política que era contraria a lo más elemental, que es querer producir más y en libertad. Inmutables, los productores vieron desfilar promesas siempre incumplidas, como el Maíz Plus, Trigo Plus o Más Carne, mientras quedaba claro que la producción de alimentos era casi vergonzante para el gobierno. "Dejó a un lado lo útil para aturdirnos con lo extraordinario", fue la frase genial con la que se criticó a Napoleón, y que perfectamente se puede aplicar a la relación del kirchnerismo con el agro.
Vale recordar que para la política la tentación de optar por lo "extraordinario" antes que por lo "útil" siempre estará vigente. Los espejitos de colores, los atajos, siempre pagan políticamente mejor en el corto plazo que el trabajo silencioso y paciente de construir competitividad .
Expoagro dejó como evidencia que la cosecha récord, el financiamiento y la confianza de los productores son los elementos claves de este momento.