Es arrogante y varonil su traza/ en la movilidad de su apostura;/ la raza de los nobles no es su raza/ pero es noble y gallarda su figura;/ porte que no envilece ni disfraza/ la rara y desenvuelta vestidura/ que lleva con descuido soberana/ el intrépido gaucho americano.” Esto lo escribió el doctor Ricardo Gutiérrez en su poema “Lázaro” (gaucho payador).
El Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez tiene en su fundador y primer director a un hombre que supo mucho del dolor humano. El hospital ha sido el amparo, curación y alivio de la parte más sensible de la gente de nuestro país: los niños, pequeños traídos de los lugares más recónditos de nuestro territorio nacional. Si es cierto que la patria está donde pasamos la niñez, pues en ese hospital debe haber mucho de eso para tantos y tantos que, como yo en la niñez, pasamos por él.
Ricardo Gutiérrez nació el 10 de noviembre de 1836 y murió el 23 de septiembre de 1896. Se emparenta con Bartolomé Hidalgo y con Estanislao del Campo y sus hermanos fueron todos importantes; capítulo aparte merece José María Gutiérrez.
Apenas terminó sus estudios de medicina, prestó servicios en el ejército de Bartolomé Mitre, en la guerra del Paraguay. Después de semejante experiencia, se le encomendó en 1870 el análisis de las clínicas más importantes de Europa en la atención de niños. A su regreso, fundó el hospital de Niños y fue su primer director, cargo que desempeñó ad honorem, por 25 años.
Era un verdadero padre de todos los niños y severo con las madres para que se siguieran a rajatablas los tratamientos. Tenía un ojo clínico ponderado y existieron curaciones famosas. Supo llorar amargamente la muerte de algún “pacientito” y escribió: “que debían nacer solo a la felicidad, siendo siempre un misterio espantoso la muerte de un niño, que no sabe explicar lo que sufre”. Era casado y no tuvo hijos, paradoja del destino para un hombre así.
Uno de sus hermanos tenía 15 años menos que él; nos referimos a Eduardo Paolo Gutiérrez. (1851-1889) el escritor de quien Leopoldo Lugones escribió: “...el único novelista nato que haya dado el país, si bien malogrado por nuestra eterna dilapidación de talentos”. Eduardo Gutiérrez fue una explosión de entusiasmo vital. Estuvo 11 años sirviendo en la frontera, en los fortines, mucho tiempo para los 38 años que duró su vida. Por lo tanto, sus famosos libros y escritos están alimentados por su gran observación del gaucho en aquellos lugares de sacrificio y amargura.
A pesar de la natural y enorme inteligencia de Eduardo Gutiérrez, más de uno ha advertido la influencia que su hermano Ricardo tuvo en sus libros, especialmente el poema “Lázaro”; tanto es así que en el libro “Santos Vega”, Eduardo Gutiérrez, al empezar, transcribe versos del citado poema.
Tanto en “Lázaro” como en “Santos Vega” se destaca la discriminación que el gaucho sufrió por ser gaucho, por sus características distinguidas de tipo gaucho, y por más que fueran en algunos casos hombres de fortuna o tuviera belleza masculina, y/o virtudes y talentos loables; nada de eso importaba a los discriminadores y a esas mentalidades.
Historia
Parece que “Lázaro” y acaso todo lo que sabría del tema gaucho en el fundador del Hospital de Niños, los famosos libros de Eduardo: Juan Moreira; Juan Cuello”; Pastor Luna; El Tigre de Quequén; Hormiga Negra”, etc.
Los hermanos han tenido sensibilidad por el sufrimiento humano argentino. Ricardo Gutiérrez ha creado algo para siempre, para hacer siempre el bien: su Hospital de Niños. Por su parte, Eduardo Gutiérrez, defendió al gaucho, ha logrado crear algo tan importante y vivificador para los argentinos como es el teatro, a través del cual nos distinguimos en el mundo. León Benarós escribió sobre Eduardo Gutiérrez: “Originó y promovió con su Juan Moreira el nacimiento del teatro rioplatense”.
Entre los muchos padres que han llegado del interior del país al Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, ha habido auténticos paisanos que se vieron obligados a dejar su vida campera y provinciana por la salud de sus criaturas. Acaso les habría servido y les sirva saber que el fundador de tal Hospital fue un gran benefactor del gaucho, al exaltarlo y denunciar las injusticias que sufría, influenciando a su hermano, Eduardo Gutiérrez el más visceral defensor del gaucho.
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