Su evolución al formato digital brinda oportunidades para las empresas del sector
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Realizar órdenes de trabajo es, a mi entender, la tarea más importante de un ingeniero o una ingeniera agrónoma que se dedica al asesoramiento o a la producción agrícola. Son tan centrales y determinantes para la actividad como la línea de montaje de Henry Ford lo es para la industria automotriz.
¿Por qué pienso esto? Porque a diario son utilizadas para impulsar las labores en los campos, indicando a través de ellas cómo y cuándo realizar aplicaciones terrestres, aplicaciones aéreas y otras labores como disco, siembra y cosecha. Y porque son las que mantienen en movimiento la gestión económica, ya que en ellas se registran las semillas, los fertilizantes y los insumos utilizados para controlar malezas, plagas y enfermedades.
Aún hoy la mayoría de los productores y asesores las realizan en papel o en excel. Lo que hace que dependan mucho de la experiencia individual, sean muy propensas a errores humanos, sea muy difícil obtener reportes a partir de ellas.
Pero así como los videocassettes de películas evolucionaron a Netflix, el teléfono fijo a Whatsapp y los CD a Spotify, las órdenes de trabajo están evolucionando al formato digital de manera acelerada.
Un formato que les permite a los técnicos conocer el impacto ambiental que van a generar al utilizar determinados agroquímicos, saber el costo económico por hectárea que van a tener, recibir recomendaciones al momento de controlar una maleza difícil y recibir una advertencia si están usando algún insumo que puede afectar al cultivo o una dosis que no está dentro del rango de uso recomendado por el fabricante.
También al hacerlas de esta manera pueden tener registro y trazabilidad de todos los comprobantes y actividades relacionadas. Lo que facilita saber qué labores ya están realizadas, cuáles facturadas y cuáles pagadas, cuánto se está gastando en malezas, plagas y enfermedades, el historial de insumos utilizados en cada lote para evitar fitotoxicidades en los cultivos, fenómeno cada vez más frecuente y que causa pérdidas millonarias.
Las órdenes de trabajo digitales pueden ser realizadas en una computadora desde la comodidad de una casa u oficina. O desde cualquier lugar con un teléfono móvil, incluso sin tener señal, situación muy normal en los campos. Y pueden ser compartidas a los contratistas, socios o clientes, de manera ordenada, fácil y rápida.
Además, pueden ser integradas a diversas soluciones tecnológicas para seguir digitalizando el proceso productivo. Como es el caso de aquellas órdenes de trabajo que se conectan con sistemas contables e impositivos y permiten unir la gestión a campo con la gestión administrativa; mejorando la comunicación entre ambas áreas, evitando errores y la duplicación de tareas. O el caso de las que se vinculan con la receta agronómica que debe realizarse en algunas provincias, ayudando y promoviendo a que los ingenieros matriculados cumplan con esa normativa legal. O también como aquellas que están asociadas a soluciones de telemetría o de seguimiento e interpretación de imágenes satelitales.
Pasar de hacer las órdenes de trabajo en papel y en excel a hacerlas en una plataforma digital es un pequeño paso para el ingeniero agrónomo pero un gran paso para la gestión de la empresa agropecuaria en esa búsqueda de ser cada vez más eficientes y sustentables. Si aún no lo estás haciendo, hoy es el mejor día para empezar.
El autor es ingeniero agrónomo y CEO & fundador en AgroPro
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