La baja de los precios, la agresiva competencia de América del Sur y la guerra de subsidios con Europa afectan la continuidad de muchos productores norteamericanos.
MINNESOTA, Estados Unidos.- Apurados, bastante preocupados y zigzagueando con sus cosechadoras entre los diez mil lagos de este gigantesco Estado norteamericano, los farmers están terminando de levantar una cosecha récord de soja y de maíz.
Estan urgidos por levantar las cosecha porque aquí el frío no perdona. En cualquier momento comienza a caer un manto de nieve, que se convierte rápidamente en un pesado bloque de un metro y medio de hielo y que sólo se levanta naturalmente en los primeros días de marzo del año próximo.
Están preocupados porque, en muchos casos, los precios que reciben por su producción no alcanzan para cubrir los costos y se sabe que un negocio en estas condiciones no puede prosperar. Ya se estima que el 25 por ciento de los farmers del norte de este Estado se va a quedar afuera del negocio del campo, porque el cultivo fuerte en esa zona es el trigo que, como se conoce, tiene un valor muy bajo en el mercado.
Sin subsidios
Hace un par de años, cuando los agricultores norteamericanos rubricaron su acuerdo para entrar en una ronda de precios agrícolas libres (The Freedon to Farm Act) y fijados por el mercado internacional, seguramente no sospecharon lo que se les venía: un derrumbe de precios que pone en peligro la continuidad de muchos en el negocio.
Ahora se quejan amargamente de la "subsidiada fortaleza de la Unión Europea" y de la "agresividad sudamericana para producir". Cuando escuchan hablar en inglés con algún resabio hispano, los farmers y los técnicos se interesan por preguntar acerca de lo que pasa en la Argentina y en Brasil. Como nunca antes, quieren saber más sobre estos países que se han convertido, casi como en una pesadilla, en fuertes competidores en la producción de commodities.
Probablemente, por todas estas cuestiones, el reciente abrazo en Washington de los presidentes Clinton y Menem haya merecido una foto de media página en el fuerte periódico zonal Star Tribune y varios segundos de televisión en canales abiertos de este país.
El agro de hoy
Podrían reconocerse cuatro tendencias que están influyendo sobre la actividad económica de los farmers norteamericanos. La primera es el mencionado acuerdo que permite reducir hasta eliminar los subsidios directos e indirectos; la segunda está relacionada con el ímpetu que ha dado a la producción la incorporación de la biotecnología en forma masiva (especialmente soja transgénica Roundup Ready y los maíces Bt. y Liberty Link); la tercera está vinculada con los vigorosos y dinámicos cambios económicos que se están dando en todo el mundo y la última tendencia se observa en la mutación hacia una agricultura y ganadería más industrializadas y con la inversión de enormes capitales.
Conocedores de sus limitaciones, los agricultores norteamericanos saben que no siempre son los primeros en adoptar las nuevas tecnologías agronómicas. Justamente es ésa la cualidad que más ponderan de los productores argentinos. Claro que resulta justo reconocer que cuando la gigantesca máquina de producir norteamericana se pone por delante un objetivo, difícilmente haya impedimentos que la hagan salir de su camino. La disciplina, el orden y el método de trabajo de toda la sociedad que vincula al campo es elogiable; si a eso se adiciona que todo funciona como un cronómetro, los trenes, los camiones, las comunicaciones, la conclusión es obvia: nosotros representamos un boxeador ligero y ellos un peso pesado.
Sin paños fríos
Cuando los consultores privados tienen que aconsejar a los farmers, lo hacen sin anestesia. Dicen:
- Tratar de reestructurar inmediatamente las deudas actuales que no se puedan pagar a largo plazo con el más bajo interés posible.
- Considerar cobertura de ingresos y rendimientos para los cultivos de 1999.
- Desarrollar la habilidad de confeccionar un plan de compras y ventas y seguirlo en el tiempo.
- Desarrollar la habilidad de trabajar con riesgo alto.
- Reducir los costos de maquinaria, vendiendo o alquilando la que no se usa y comprando prudentemente las herramientas nuevas.
- Si es necesario vender algo de tierra al contado para financiarse.
- Si el deterioro del campo es alto, pensar en vender y en buscar un trabajo afuera, ahora que los tiempos económicos para ello son buenos.
- Si hay que salir del negocio del campo, hacerlo con equidad.
La voz de la experiencia
Harold Anderson, de alrededor de 70 años, maneja un gigantesco tractor Challenger Caterpillar y hace unos 20 años supo hacer negocios vinculados con las semillas con la empresa pergaminense Palaversich. Hoy, ya retirado como empresario, muestra con orgullo un libro "Martin Fierro", encuadernado en cuero y escrito en inglés y en español.
"Para mi padre la producción en el campo era una forma de ganarse la vida (way of life); para mí fue un estilo (life style) y para mi hijo, que es farmer , es un negocio (business). Ahora, para entrar en el negocio del campo se necesita mucho dinero y alta capacitación; antes bastaba sólo tener buena voluntad. Otra cosa, en estos tiempos, las mujeres no quieren vivir en el campo; prefieren las grandes ciudades y eso resulta un obstáculo a la hora de formar una familia."
Glaciares y fertilidad
Minnesota está ubicada en el norte-centro de los Estados Unidos y limita con el Canadá. Cuenta con un pasado prehistórico que recuerda el asentamiento de enormes glaciares que configuraron un ambiente de muchos lagos rodeados de fértiles campos naturales. Se suele afirmar que desde el punto de vista físico y químico los suelos de Minnesota estan entre los mejores del mundo; suelen tener contenidos de materia orgánica del 7 u 8 por ciento.
Aquí los farmers trabajan de abril a octubre; el resto del año no se puede hacer ninguna actividad porque en los campos cae nieve y permanecen con hielo. Ese tiempo, muchos lo aprovechan cerrando sus casas, haciendo las maletas y viajando con sus familias a lugares más templados de la costa este, como Florida, y del Oeste, como California.
La nieve y el hielo operan por estas zonas como factores de índole agronómica. Por un lado, cuando el agua se convierte en hielo, éste se expande, produciendo en el suelo un efecto de movimiento de las partículas; aquí se habla de un cultivado natural (natural tillage) provocado por el agua solidificada. Cuando el hielo se convierte en agua, se produce un aumento del contenido de ésta en el perfil y además se observa una puesta en solución de muchos nutrientes. Así es como el efecto de la nieve y el hielo en la tierra agrícola tiene un reflejo movilizador, otro de riego y, finalmente, uno de fertilización.
Las rotaciones no tienen opciones, es soja-maíz. La ganadería se hace en feeds-lots y se cuenta con los dedos de las manos a los productores que hacen ganadería extensiva. Los planteos agrícolas son bastante sencillos, se observa una tendencia a cambiar de la labranza convencional (con arado de reja) a la reducida (cincel) y no son muchos los que trabajan en siembra directa. Reconocen que es un sistema excepcional para zonas más templadas, pero no para ésta, con mucho frío en el invierno. Aunque las pruebas demuestran que la siembra directa (no tillage) funciona bien, aunque los productores todavía no entran directamente en el sistema.
Producir no resulta un escollo
Todo parece indicar que para producir en altos niveles están todas las herramientas disponibles, los recursos y se cuenta con el suficiente "know how" para hacerlo.
Producir aquí no representa un problema agronómico. Si resulta un inconveniente para los farmers lo que ellos no pueden manejar, esto es las cuestiones vinculadas con las políticas, los precios de los commodities y las presiones de ciertos sectores de grupos ambientalistas que se preocupan por el confort de la vida de los cerdos y las vacas en cautiverio y por otros problemas vinculados con la biotecnología y el ambiente.