En el agro cuestionan la intervención sobre la actividad y consideran que los anuncios tienen mecanismos engorrosos para su aplicación
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CÓRDOBA.- Hay críticas de los diferentes sectores involucrados en el anuncio de Precios Justos para la carne que hizo ayer el Gobierno. El programa es por 15.000 toneladas mensuales que incluye siete cortes a valores diferenciales en supermercados e hipermercados y comercios de frigoríficos. Abarca también beneficios para las carnicerías y $14.900 millones para la terminación de ganado.
El presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra), Miguel Schiariti, plantea que el anuncio “no le sirve a la gente a la que está apuntado, las ventas solo en grandes superficies; son 15.000 toneladas cuando el consumo alcanza las 200.000 toneladas por mes”.
Juan Carlos Eiras, vicepresidente de la Cámara Argentina de Feedlot, subraya que no hay un subsidio al feedlot, es “al productor para que tenga una herramienta para llegar a terminar el engorde”. Recuerda que hace 15 años hubo uno a los feedlots, pero “esta vez no es así; es para acelerar el engorde de una parte de la producción”.
Comenta que en una reunión hace una semana con el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, le plantearon que entendían que “no era el sistema; no iba a recomponer stock”.
Apunta que el Estado “no es confiable como pagador; no se sabe cuándo y cómo va a recibir el reintegro el productor y el sistema de engorde le cobrará de manera quincenal, hoy no hay plazos. Nadie le va a financiar hasta que cobre”.
Eiras insiste en que “falta la letra chica” y no saben, por ejemplo, si el reintegro es para la tenencia previa o qué pasa si el productor sale a comprar ahora y “distorsiona al mercado”. Indica: “Es un sistema engorroso; son 158.000 cabezas y no es una solución para cambiar los niveles de oferta”.
Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), califica a la medida de “discriminatoria; genera desincentivos en la producción”. Explica que la sequía les pega a todos los productores más allá de cuántos animales tienen y el programa “no integra a todos, sino a algunos”.
“Hace varios años que se toman medidas de esta índole y la producción no crece mientras que otros países siguen ganando mercado interno y externo -añade-. Estas señales intervencionistas generan desincentivos a la producción y en nuestro país, la historia reciente, demuestra que no generan mayor oferta de carne. Esperamos que la medida anunciada de los cueros se traslade al precio que reciben los productores”.
Análisis
Para Diego Ponti, analista de ganados y mercado de AZ Group, el programa para los productores “llega tarde y aún falta entender” su instrumentación. “Tarde para el corto plazo, inútil para el largo. Los principales damnificados ya tuvieron que ajustar las cargas, y mal vender su hacienda -describe-. Hacia adelante estamos hablando de un valor importante, unos 20.000 pesos por cabeza, hasta 100 cabezas. En la teoría debería generar un incentivo para pagar algo más el ternero pero en la realidad su fuerza se diluye en un sector tan atomizado y heterogéneo como el ganadero. La propuesta es cortoplacista, más hacienda pero seguramente más liviana, a nivel estructural no genera ningún incentivo para el eslabón primario”.
El vicepresidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) y de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra), Daniel Urcía, sostiene que lo “relevante” del anuncio es la derogación del régimen de preferencias del cuero que data de 1992; la suspensión de Ingresos Brutos para carnicerías de Buenos Aires que “beneficia” a las carnicerías y, por ende al consumidor -espera que “otras provincias lo imiten”-, la devolución por gasto con tarjeta de débito y el “beneficio” para los productores en zonas de sequía. “Ojalá que no haya demoras y que se pongan rápido en vigencia”, dice.
Críticas
La Asociación Argentina de Productores Agropecuarios se suma a las voces críticas con un comunicado en el que rechaza “terminantemente cualquier medida que pueda afectar la producción ganadera” del país. “La carne vacuna ha sido siempre la moneda de cambio para hacer populismo, pues es muy fácil sacrificar la entrada de dólares de las exportaciones de este sector, dado que son irrisorias en comparación con la de granos”.
La entidad ratifica que este tipo de medidas “ya se probaron y fracasaron con un fuerte impacto muy contraproducente, hicieron que el país perdiera millones de cabezas”. Enfatizan que los productores están “cansados” de que les “falten el respeto”.
Añade: “Nosotros trabajamos y producimos para mantener nuestro patrimonio; crecer con más producción pues es lo que le da vida a las economías del interior. No lo haremos para que gente sin escrúpulos siga subsistiendo de nuestro trabajo. ¿Por qué no empiezan por bajar el gasto público?”
También hay “enojo” en la Confederación de Asociación Rurales de Santa Fe (Carsfe: “Los anuncios que permanentemente emite el gobierno nacional sobre todas las cuestiones vinculadas de alguna manera al campo son improvisaciones con fines meramente propagandísticos, lo cual es cada vez más evidente y desembozado”.
Consumidores y carnicerías
Agrega: “Precios Justos para la carne se trata de una medida a contramano de las necesidades de los productores y que sólo tendrá efectos para muy pocos consumidores”. Recuerda: “Hubo anuncios de que el Banco Nación establecería asistencia a los productores para acceder a créditos y flexibilizar condiciones ante la crisis provocada por la sequía. Al respecto, damos a conocer que las sucursales de la institución bancaria no han recibido ninguna directiva en el sentido planteado y que no tienen respuesta alguna ante las consultas que se les realizan. Un anuncio que solo buscó la fantasía de que existe gestión y buena voluntad por parte del gobierno nacional”.
A criterio de Eiras, el anuncio para las carnicerías es “complicado” de aplicar. “Ya entendemos que esto iba a suceder; es una herramienta creada hace 18 meses y es un mecanismo de los menos agresivos pero ese Precio Justo lo termina pagando el productor, le quita capacidad de compra a los exportadores”, sostiene.
Ponti señala que el alcance, en principio, será limitado sobre las carnicerías que representan el 70% de las ventas. El cálculo es que el 90% de la comercialización en el país se realiza “informalmente”; hay muchas que operan bajo el régimen simplificado (monotributo) que por una cuestión de volumen de venta “exceden cómodamente” esa condición.
En ese caso, “blanquear” ventas sería un problema. “Las pocas registradas operando formalmente tendrán la posibilidad de achicar la brecha de precios con los supermercados. Si bien no lograrán descuentos tan importantes (excepto los sábados 35% con el Banco Nación), podrán defenderse a través de la calidad y variedad (no hay excepción) de los cortes vendidos”, comenta el analista.
Advierte que es una medida que tiene como objetivo secundario avanzar hacia la formalización del comercio minorista y que debería restar clientes a aquel carnicero que no esté incluido en la propuesta, “sin embargo, la amplia brecha económica que hay entre la formalidad y la informalidad debería darle margen suficiente a ese carnicero para aplicar un buen descuento y no variar su condición actual”.
El experto de AZ Group añade que el programa mejora la rentabilidad del supermercado, “la industria bajará los cortes parrilleros a valores en torno a los $650/kg y el precio de venta al público se ubicará entre los $1000 y $1300″. Analiza que la baja rentabilidad de los esquemas de precios cuidados “se sumaba la competencia que generaban éstos sobre la propia carne vendida por el supermercado”.
Para los frigoríficos exportadores, agrega, será un aporte muy importante de los cortes parrilleros -no exportables-, “pero no tendrán opción si quieren continuar exportando”.
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