Las expectativas siguen siendo el gran activo que tiene el gobierno de Mauricio Macri con el campo. Cualquier sondeo de opinión muestra que la apuesta por el futuro que realizan los productores logra superar las complicaciones de todos los pelajes que regala el presente. La última vino nuevamente de la mano del clima. Los más de 150 milímetros, con picos de 270 milímetros en Bragado, que se registraron en las lluvias de los últimos días confirmaron los pronósticos más pesimistas y establecieron un escenario que al igual que el año pasado complican y encarecen la logística de la cosecha del maíz y la soja.
El golpe climático fue tan contundente en el milimetraje como amplio en la cantidad de hectáreas afectadas. Se puede afirmar que casi toda la pampa húmeda, especialmente Buenos Aires, está pasada por agua con caminos rurales intransitables y rutas provinciales cortadas, como la 41, 45 y 50.
Y no sólo frenó la cosecha, sino que genera interrogantes sobre la marcha futura. Vale recordar que el sistema logístico ya estaba jugando al límite antes que se le sumen las por lo menos diez millones de toneladas de granos extras de esta campaña, que será récord, y las últimas precipitaciones. Como sucedió el año pasado, el termómetro de los precios de granos y vacunos ya comenzó a registrar alzas en respuesta a futuras demoras en la provisión.
La adversidad climática de esta semana es la más visible, pero no es la única dificultad que actualmente atraviesan los productores. La alta presión impositiva y el retraso cambiario encabezan una larga lista de asignaturas que todavía están pendientes.
Sin embargo, este complicado combo que ofrece el presente no logra empañar las expectativas que tienen los productores. Así quedó expresado en la última encuesta de Aacrea que cada cuatro meses viene midiendo el estado de situación económico y financiero de sus miembros. Si bien no es directamente extrapolable al resto de los productores es un buen indicador y marca una tendencia del humor de la producción. En la encuesta no están contempladas las últimas lluvias, pero sí las condiciones climáticas adversas que afectaron a los productores a principio de año. Para tomar la dimensión del impacto hay que consignar que el 37% de los establecimientos agrícolas consigna que sufrió anegamientos mientras que el 27% padeció la sequía. Es decir, que el 64% sufrió algún evento climático extremo.
En ese contexto, el 59% de los 1132 miembros encuestados piensa que dentro de un año la situación económica será mejor que la actual. Es el porcentaje más alto desde que la entidad realiza el sondeo, desde noviembre 2012. En cuanto a las inversiones, el 57% respondió que los tiempos actuales son favorables. Sólo el 13% opina que son desfavorables. Y cuatro de cada cinco encuestados realizó inversiones en bienes de capital durante el año pasado, es decir compra de tractores, maquinaria, alambrados.
En la encuesta de Aacrea llama la atención que al coro de optimistas se sumaran hasta los tamberos. Más de la mitad está dispuesto a invertir en la actividad y proyecta aumentar la producción este año por medio de un mayor número de vacas y mayor producción individual.
Sin embargo, el Gobierno no debería confiarse del todo en esta ecuación basada en las expectativas. Las asignaturas no permanecen indefinidamente en la categoría de pendientes sin generar un desgaste.
Por caso, el actual sistema para cobrar impuestos y tasas se mantiene inalterable aunque se parezca cada vez más a un linchamiento del sector privado a manos de la Nación, las provincias y los municipios. Cada uno tira en forma independiente y lo más que puede. Como en otras localidades, la tasa para caminos rurales se incrementó un 50% en Los Toldos, Buenos Aires.
"El Gobierno logra un éxito con el blanqueo y aumenta la base imponible, pero no ataca las causas que motivaron la salida del sistema. Los que se pasaron a la economía informal no lo hicieron porque se olvidaron de hacer un doble clic en la computadora, sino por el exceso de presión impositiva. Sin reforma impositiva es difícil que las pymes se mantengan en la economía formal", afirma Gustavo Lazzari, economista y responsable de una empresa elaboradora de chacinados en Mataderos con 47 trabajadores. Y sobre el peso que tiene la burocracia y las regulaciones agrega jocoso "autorizan la Carpa Blanca docente en dos días y yo hace dos años tramito ampliar una fábrica presentando papeles y pagando trámites".