Los precios de la madera subieron 235% en promedio en los últimos 12 meses en el mercado interno y se cuadruplicaron en varios países del hemisferio norte
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En los últimos años, dos acontecimientos históricos han sacudido al sector foresto-industrial argentino: en primer lugar, se está concretando la exportación de rollizos de pino hacia China, que durante 2021 completaría dos millones de metros cúbicos. En segundo lugar, se registró un boom de la demanda de madera en el mercado local producto de las condiciones generadas por las cuarentenas.
Ambos fenómenos presionaron sobre los precios. Los productores de eucalipto, por ejemplo, en mayo de 2020 vendían madera en rollo aserrable a $1800/t puesto en industria; durante mayo de 2021 ya opera a $3700/t, con un aumento del 106%. Aunque en moneda constante el incremento solo significa una recuperación del valor luego de años de caída, no deja de ser un alivio para un sector que siempre apuesta al largo plazo.
En el mercado internacional, el fenómeno alcista fue más intenso: los precios de la madera se cuadruplicaron en varios países durante el mismo período, y hasta hoy no hay perspectiva de baja. Ante esa realidad, todos los actores de la cadena se preguntan: ¿cuál es el escenario futuro de la actividad en este nuevo marco mundial? Veamos.
Una tarea nada sencilla
En nuestro país, la producción de madera proveniente de cultivos forestales se ubica en su mayor proporción en la Mesopotamia, sobre las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misionesl. El millón de hectáreas implantadas corresponde en un 95% a las especies de pino y eucalipto que abastecen a una diversidad de empresas de transformación que vuelcan el 80% de su producción al mercado interno en aserraderos, impregnadoras y fábricas de muebles, tableros, celulosa, pallets y cajones, entre otros productos.
Ahora bien, el sector agropecuario en general puede tomar decisiones en el corto plazo cuando ocurren subas abruptas de precios: puede aumentar la superficie de un cultivo en el total de una rotación, puede invertir en ampliación de galpones de pollos parrilleros o puede retener vaquillonas para aumentar la producción de terneros. Estos son ejemplos de decisiones rápidas que impactan en el abastecimiento de cada cadena productiva en un lapso de 4, 12 ó 24 meses, según actividad.
El sector forestal tiene muchas bondades, pero no posee esa capacidad de realizar cambios radicales en plazos cortos. Por ejemplo, cuando se habla de especies implantadas o de momentos oportunos de raleos y cosechas, el ciclo biológico que hay que respetar es largamente más extenso. Con esto se quiere decir que el consumo excesivo de madera no es una situación deseada para el stock disponible de un cultivo cuyos ciclos son de 10 a 20 años, según región.
Demanda excepcional
Si se analiza el mercado de la madera, rápidamente se ve que la oferta comienza con la producción de rollizos desde los campos, su transformación en tablas y el posterior envío a centros de acopio y reventa en grandes ciudades.
La oferta común de los rollizos forestales se conforma por moderados puntos de elaboración que dependen de la calidad y madurez de ciertos montes y del ritmo de cosecha que depende, en gran medida, de la capacidad tecnológica y logística de la empresa de servicios.
Por otro lado, desde el punto de vista de la demanda, la cuarentena ha generado una tendencia irreversible: muchas personas comenzaron a migrar desde las grandes ciudades hacia las afueras o al interior de las provincias; otras comenzaron a trabajar definitivamente desde su casa.
Estos cambios implican un altísimo consumo de madera para refacción y construcción de nuevos hogares, con la particularidad que en la Argentina la técnica del entramado ligero (“en seco”) viene creciendo fuertemente.
Entonces, la respuesta a la pregunta planteada más arriba sobre el futuro de la actividad foresto-industrial tiene una visión optimista. Es muy poco probable que los precios de la madera se derrumben a los niveles prepandemia. La oferta inelástica de producto en el corto plazo y la demanda firme así lo indicarían.
Escenario favorable para recibir inversiones
En cambio, es más probable que el escenario de los próximos años se caracterice por una continuidad del mercado sostenido, tal vez en niveles de precios algo inferiores a los del boom actual, pero seguramente por encima de los promedios históricos.
Esa realidad, de concretarse, en el corto plazo traerá ingreso de fondos y “oxígeno” para toda la cadena foresto industrial, que había soportado varios años de baja rentabilidad. Según un reciente análisis realizado por la consultora internacional AFRY, el sector atraería 6000 millones de dólares para duplicar el consumo de madera en rollo para uso industrial.
En el mediano y largo plazo, puede generar inversiones que permitan abastecer a un mercado con un nuevo nivel de demanda, motorizado, esta vez, por la recuperación económica de los países tras el control de la pandemia.
El autor es responsable del Área Forestal de la consultora AZ-Group
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