Acsoja, Maizar, Asagir y Argentrigo reclamaron en Expoagro un cronograma de baja de retenciones para los cultivos y advirtieron por los riesgos de que caiga la inversión en tecnología
- 5 minutos de lectura'
SAN NICOLÁS.- Aunque hay optimismo por las perspectivas del agro para este año por la recuperación de la producción tras la durísima sequía de 2023, también hay preocupación por la baja de los precios internacionales de los granos, la persistencia de la presión impositiva y las limitaciones a las importaciones de insumos.
Eso fue lo que expresaron en Expoagro las entidades que representan a las cadenas de producción de los cuatro principales cultivos del agro argentino: soja, maíz, trigo y girasol.
“La campaña 2024-2025, que comienza pronto con la siembra del trigo, nos presenta un escenario complejo. Enfrentamos precios internacionales de los granos a la baja, costos elevados de agroquímicos y fertilizantes, una oferta crediticia limitada, la falta de un ordenamiento territorial basado en la ciencia y las buenas prácticas agrícolas, y la proliferación de nuevas regulaciones, impuestos y tasas en cada provincia y municipio”, expresaron en una declaración.
Al respecto, reclamaron “trabajar juntos para superar estos obstáculos y aprovechar las oportunidades que ofrece el sector agroindustrial”.
Los directivos apuntaron a la necesidad de bajar la presión impositiva, especialmente los derechos de exportación. “Es esencial anunciar un cronograma de baja de retenciones”, expresó el presidente de la Asociación Argentina de Girasol (Asagir), Juan Salas.
Para el trigo, que comenzará a sembrarse en dos meses, se destacó la necesidad de reducir la presión impositiva sobre los fertilizantes y agroquímicos o de bajar los derechos de exportación para que no se reduzca la superficie sembrada. “Son las dos opciones que se presentan para que no baje el área”, expresó Martín Biscaisaque, presidente de la Asociación Argentina de Trigo (Argentrigo).
El directivo advirtió que es “pésima” la relación insumo/producto para la campaña 2024/25 del trigo por lo expresó su preocupación por el nivel de inversión en tecnología que realizarán los productores.
En tanto, el presidente de la Asociación del Maíz y Sorgo Argentinos (Maizar), Víctor Accastello, se lamentó por el incremento del impuesto PAÍS a las importaciones que perjudica el uso de fertilizantes. “Nos pone en una situación compleja para aumentar la producción”, dijo. No obstante, expresó que la Argentina tiene una gran posibilidad de agregar valor con el maíz mediante un aumento del corte de bioetanol en las naftas y con un mayor uso para las proteínas animales (carne vacuna, porcina y aviar).
El presidente de Maizar dijo que insistirán con promover el aumento del corte con biocombustibles en el diésel y la nafta tras el fracaso en el Congreso de la ley ómnibus. Recordó que en biodiésel esta norma proponía llevar del B10 al B15 en dos años y el etanol de E12 a E15 también en el mismo lapso. “El país se podría ahorrar US$3000 millones al año en importación de naftas”, advirtió.
En tanto, el presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja), Rodolfo Rossi, advirtió que es necesario retomar la discusión por la propiedad intelectual en semillas que se vio frenada con el fracaso de la ley ómnibus en el Congreso que contenía una propuesta para adherir al convenio internacional Upov 91. “El Congreso es el ámbito adecuado para discutir esta norma que no solo comprende a la soja sino a otros cultivos de interés del país”, expresó.
El presidente de Acsoja también advirtió que la presión fiscal que pesa sobre los insumos deteriora el paquete tecnológico utilizado en los cultivos. “Menos del 45% de la superficie con soja se fertiliza”, se lamentó.
Además, alertó sobre las amenazas de competitividad que enfrenta la cadena de la soja particularmente para la harina de soja, el producto que la Argentina es líder en el comercio internacional. Destacó el crecimiento que experimentó Estados Unidos en la molienda de soja por los estímulos a la producción de biodiésel que generan una mayor producción de harina. Señaló que la industria oleaginosa argentina está moliendo con un 40% menos de su capacidad instalada.
Documento
En un documento, Acsoja, Argentrigo, Maizar y Asagir expresaron que las “cadenas son pilares fundamentales de la economía argentina, generando valor agregado, empleo, divisas y fomentando el desarrollo regional. Representan el 70% del valor de la producción agropecuaria y el 75% de las exportaciones agroindustriales, con la bioeconomía como eje estratégico para su desarrollo sostenible”.
Para las entidades, “la apertura y la integración comercial son fundamentales para el desarrollo de nuestras cadenas, ya que nos permiten ampliar y diversificar nuestras exportaciones”. Al respecto, expresaron su apoyo a “las políticas que facilitan el acceso a los mercados internacionales a través de negociaciones multilaterales o bilaterales”.
Entre otros temas, además, propusieron lo siguiente:
• Diferenciar nuestra oferta de productos y reducir la presión fiscal, con un esquema de reducción gradual y consensuada de los derechos de exportación hasta su eliminación definitiva.
• Buscar la simplificación y desburocratización a través de la armonización normativa.
• Priorizar la hidrovía como un factor clave para nuestra competitividad.
• Asegurar la previsibilidad del negocio, reduciendo los costos adicionales que genera la incertidumbre macroeconómica.
• Establecer una ley de germoplasma que reconozca la propiedad intelectual y nos permita acceder a la mejor tecnología.”
Por último, expresaron su apoyo a la convocatoria del presidente Javier Milei al Pacto del 25 de Mayo. “Las reformas anunciadas en la apertura del año legislativo están en línea con nuestras ideas para desatar y expandir nuestro potencial productivo, transformador y exportador”, sostuvieron.
- 1
- 2
Opinión. Zonas de exclusión: no es el glifosato sino el asfalto el que mata la vida biológica de los suelos
- 3
Recuperación: las exportaciones del principal complejo argentino tocaron en volumen su nivel más alto en cinco años
- 4
Caliente en invierno y fresco en verano, el rancho mantiene su identidad cultural