Es por la falta de procesamiento de leche a raíz del conflicto que enfrenta con la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra), según dijo su director técnico y apoderado, Arturo Díaz
- 7 minutos de lectura'
Desde mediados de julio pasado que el pueblo de Moctezuma, en el partido bonaerense de Carlos Casares, se mantiene en vilo por el conflicto entre la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) y Lácteos Vidal, la empresa más importante de esta localidad de 450 habitantes. Allí, la pyme le da trabajo a 46 personas. Por segunda vez en menos de 30 días, tras el vencimiento de una conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo de la Nación, el sindicato viene bloqueando el ingreso a la planta de trabajadores y camiones con leche que tuvieron que ser derivados a otras usinas. Como respuesta, en tanto, en Atilra remarcan “hasta el cansancio que la fábrica Lácteos Vidal nunca fue bloqueada”. En medio de la disputa, iniciada por un planteo de recategorizaciones, hoy uno de los líderes del sindicato tuitteó un video para mostrar el ingreso de un camión al establecimiento.
Mientras tanto, las pérdidas se acrecientan para la pyme. Desde el jueves pasado ya son 600.000 los litros de leche que dejó de procesar y son más de $33 millones diarios que pierde, según dijeron. Se redirecciona el destino de los camiones cisterna hacia industrias que pueden recibir la materia prima.
Para Arturo Díaz, director técnico y apoderado de la empresa, “el problema está en que, si bien esas fábricas hacen un esfuerzo, colaboran y reciben la leche, no se sabe cuándo se va a pagar [por la remisión de la materia prima]”.
“En los 27 años que llevó trabajando la empresa nunca se atrasó un día en el pago de la leche a los tambos y ni en los sueldos. No se dan cuenta el daño que hacen. Me desespera tener que juntar la plata para pagar la leche”, dijo a LA NACION.
“Por eso, sea como fuere, mañana voy a bajar la leche, quiero empezar a procesar mercadería para poder venderla, si no nos vamos a fundir. No puedo seguir extendiendo esta agonía, necesito generar mercadería y cobrarla. Voy a trabajar, aunque sea la mitad de volumen y con 8, 10 o 15 empleados que se animen a venir a trabajar a pesar de las amenazas del gremio. La fábrica tiene que ponerse en marcha”, añadió.
Díaz dijo que desde el gremio, para “simular que no era un bloqueo sino que se trataba de una huelga, corrieron las carpas para atrás” y las armaron en un terreno baldío enfrente a la fábrica.
“Las carpas estaban en el lavadero de camiones y en el estacionamiento. Para mí mucho mejor porque voy a poder entrar los camiones y luego dependerá de los empleados: los que quieran venir a trabajar que vengan”, expresó.
En rigor, desde hace cinco días a la planta láctea no viene entrando un solo litro de leche y hay un cese total en la producción. Según Díaz, si bien los trabajadores intentaron dar el presente en la empresa, las amenazas del sindicato los llevó a no hacerlo.
La dueña de la pyme, Alejandra Bada Vázquez, dijo que el sábado por la noche se reunieron con Heber Ríos, secretario gremial del Consejo Directivo Nacional de Atilra, en una estación de servicio en Carlos Casares para tratar de destrabar el conflicto.
“Le pedimos que nos dejen trabajar. Le explicamos que por el pedido de las 14 recategorizaciones el Ministerio de Trabajo ya había fallado diciendo que no correspondía y que, en cuanto a los cinco empleados fuera de convenio, fue algo pedido por los mismos trabajadores. Incluso nos dijo que sabía que los días de huelga que no se trabajan no se pagan, que fue otro de los últimos pedidos por parte de ellos. Nos dijo que estaba sorprendido de semejante alboroto ‘solo por un par de cositas’, que no estaba justificado de ninguna manera”, contó.
Por otra parte, indicó estar apenada por la indiferencia del intendente de Carlos Casares, Daniel Stadnik, que no se hizo presente en el lugar ni ha llamado para intervenir en la solución del problema. “Siempre decimos que nosotros solo queremos trabajar y dar trabajo en cualquier Gobierno. No pertenecemos a ningún partido político, solo buscamos que nuestra pyme siga funcionando”, aclaró.
En este contexto, el abogado de la empresa, Juan Beluardo, contó que recién para pasado mañana el Ministerio de Trabajo de la Nación los citó para una nueva audiencia con Atilra por Zoom.
“En julio pasado realizamos una denuncia penal en la DDI por usurpación porque las carpas fueron armadas dentro de la propiedad privada; también que apedrearon la casa del encargado de la fábrica que estaba a la madrugada con su hija de 12 años y, además, realizamos una denuncia porque tajearon las ruedas del auto de un empleado que quedó constatado por las cámaras de seguridad de la empresa. Esa vuelta, ocho empleados se animaron, a pesar de las amenazas, a entrar a la fábrica a trabajar. Fueron escoltados por la policía desde sus casas hasta la planta. Pero les tienen pánico y nos dicen que cuando la policía se va ‘quedamos a merced de esta gente’”, indicó.
“El daño ya está hecho en las psiquis de los empleados que no quieren ir si ellos siguen ahí. Por eso, esta última, hicimos una ampliación por una acción coactiva agravada del gremio a los empleados de la empresa por un apriete sistemático, con testimonios de ellos mismos. Si seguimos así, corre riesgo la fuente de trabajo de un pueblo entero porque se va a tener que empezar a despedir gente”, añadió.
Fuentes cercanas a la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel), de la que Lácteos Vidal está asociada, dijeron que tanto el gobierno provincial como el nacional están predispuestos para las negociaciones.
“El problema es que el gremio negocia con presión y no se puede negociar con la presión de un piquete. Con el piquete ahí no vemos que haya una solución pronta de hoy o mañana. La empresa está dispuesta a conversar y avanzar pero el sindicato se dispone a conversar en condiciones de presión. Esto es un problema para todas las pymes en general”, remarcaron.
En Atilra remarcaron “hasta el cansancio que la fábrica Lácteos Vidal nunca fue bloqueada” y dijeron que existe “un video en donde es detenido Vidal Bada Vázquez, alias ‘Vidalito’, por amenazas e intimidación con armas de fuego a los trabajadores de la planta porque no quiso respetar los protocolos Covid, ni cumplir con los más elementales recursos para evitar sus contagios como pueden ser los barbijos o el alcohol en gel para los trabajadores”.
Por último, desde el gremio dispararon: “Sabemos perfectamente la ilícita asociación que hacen los dueños de la empresa Vidal (y Apymel) junto con Florencia Arietto, Patricia Bullrich y el procurador de la provincia Conte Grand para desvirtuar y difamar el reclamo justo de los trabajadores inventando estas ilegalidades. En nuestro caso no han podido presentar ni una sola denuncia, y en la Justicia jamás le ha hecho lugar a ninguna de sus mentiras”.
Ayer, Alejandra Bada Vázquez, dueña de la pyme, desmintió las acusaciones del gremio. En tanto, hoy en su cuenta de Twitter, Heber Ríos, secretario gremial del Consejo Directivo Nacional de Atilra, escribió el siguiente mensaje acompañado de un video: “Siguen ingresando camiones con leche a la planta de producción de #LácteosVidal. Como desde el primer día en que empezó la huelga de los trabajadores, nadie les impide el paso”.
Siguen ingresando camiones con leche a la planta de producción de #LácteosVidal.
— Heber Ríos (@heberjrios) August 15, 2022
Como desde el primer día en que empezó la huelga de los trabajadores, nadie les impide el paso. pic.twitter.com/hRuJA8YPlt
Otras noticias de Tambos
- 1
Relevamiento: sin baja de retenciones y con menores precios, lo que el Estado se lleva de los productores agrícolas aumentó al 64,3%
- 2
Primer año de Milei: un instituto peronista dijo que el consumo de carne vacuna fue el más bajo de la historia mientras se exportó un volumen récord
- 3
Supuesto ocultamiento de datos: la CNV denunció penalmente a Surcos, que afronta un millonario embargo y se presentará a un Procedimiento Preventivo de Crisis
- 4
Paradoja: la pesca aportó US$1842 millones, pero los empresarios dicen que no tienen rentabilidad y se quejan de la suba de un arancel