Se retiraron Federación Agraria, CRA y la Sociedad Rural Argentina: tomaron la decisión tras las críticas de entidades rurales de base por el nuevo esquema para exportar carne que anunció el Gobierno y por el pase de un economista rural al gabinete de Julián Domínguez
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Tras el malestar de productores y entidades rurales de base con la dirigencia rural nacional por el anuncio del nuevo esquema para exportar carne y el pase al Gobierno del economista de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Matías Lestani, tres entidades rurales anunciaron su retiro del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) mientras que una confirmó su permanencia.
Se trata de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Federación Agraria Argentina (FAA) y CRA que, en dos comunicaciones públicas, dijeron que dejaban de participar de la entidad que agrupa a más de 60 cámaras del agro –entre exportadores, bolsas, economías regionales, acopiadores y frigoríficos, entre otros- que promueve una ley para fomentar la agroindustria. De esta manera, Coninagro será la única entidad de la Mesa de Enlace que continua en el CAA.
“Entendemos que el funcionamiento adoptado en las últimas semanas no es el que aspiramos los productores” dijo Nicolás Pino, presidente de la SRA.
En tanto, CRA expresó: “habiendo analizado los hechos transcurridos y las medidas anunciadas en los últimos 18 meses por parte del Gobierno, algunas de ellas siendo tratadas previamente con representantes del CAA, entendemos que los perjuicios que recayeron sobre los productores representados legítimamente por nuestra entidad ameritan que nos desvinculemos de dicho Consejo”.
En concreto, CRA hizo referencia a que seguirán “las restricciones a las exportaciones de cortes de carne vacuna hasta 2023, a contramano de los propósitos de la creación del CAA”.
Por su parte Carlos Achetoni, presidente de FAA, señaló que continuar formando parte la entidad los “perjudica” y explicó: “El funcionamiento del CAA en el último tiempo deja mucho que desear, pues sentimos que, ilógicamente, quedamos avalando medidas que perjudican a nuestro sector. De hecho, claramente favorecen la concentración y los más perjudicados somos los más pequeños de escala”.
“Nunca logramos que se tomaran en serio nuestras propuestas para incrementar la producción, dar más valor agregado, más empleo y más ingreso de divisas. Y donde, por el contrario, se avalen y aplaudan las medidas tomadas por el gobierno nacional en desmedro del sector productivo”, agregó, en referencia al CAA.
Coninagro se queda
Mientras que Carlos Ianizzotto, presidente de Coninagro, en diálogo con radio Genesis, explicó las razones por las que continúan en el CAA. Detalló que desde un principio en la entidad lo consideraron como un espacio del sector agroindustrial de avance fuera de la grieta, un avance de consenso, de búsqueda de políticas de exportación consensuadas frente a un gobierno que “tiene una mirada muy contradictoria y opuesta en muchos otros casos”.
“Creemos que es la forma de construir políticas y más allá de las diferencias lógicas por agrupar tantas entidades que están en distintos aspectos de la cadena, es una muestra de organizaciones empresarias serias”, explicó.
“No hay que ahuyentar el disenso, hay que enfrentarlo porque puede ser una oportunidad”, agregó.
El CAA elaboró una propuesta, que luego fue convertida en proyecto de ley por el Gobierno, para incrementar las exportaciones totales de US$65.000 a US$100.000 millones y generar unos 700.000 puestos de trabajo en la agroindustria con un régimen de estabilidad fiscal por diez años e incentivos impositivos para la actividad.
La iniciativa, que podría ser tratada este año en el Congreso, recibió el respaldo no solo del presidente Alberto Fernández sino también de la vicepresidenta Cristina Kirchner y diversos dirigentes de la oposición.
Más allá de la iniciativa, en 2021 el Gobierno privilegió el diálogo con el CAA en vez de hacerlo con la Mesa de Enlace, porque le planteaba escenarios menos conflictivos que los ruralistas.
En el comunicado, CRA recordó que acompañó la iniciativa del CAA, pero que, como entidad, habían “remarcado los desequilibrios internos entre los actores de las cadenas con una exigua participación de los productores, lo cual impedía la necesaria creación de confianza”.
A su vez, expresó que “las pocas medidas tomadas en relación al CAA, han sostenido las diferencias y han significado un severo perjuicio a la producción primaria. Frente a la realidad, las bases confederadas venían solicitando hace meses el alejamiento, para evitar avalar con nuestra participación medidas a nivel de gobierno que solo sirven para otorgar prebendas y privilegios a otros intereses sectoriales, y que perjudican a los productores”.
Aunque el comunicado no lo menciona, el malestar se originaba por la regulación de los mercados de granos, específicamente con el maíz y el trigo. Ambos cultivos, ahora están sujetos a un régimen de “volumen de equilibrio”, por el cual periódicamente se fijará un tope a las exportaciones de ambos cereales para no afectar la demanda interna. Para los productores eso elimina la competencia entre los actores del mercado y deprime el precio que perciben por los granos.
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