Según la consultora AZ Group, “impuso derechos de exportación del 33% a una soja de 200-250 dólares por tonelada antes de la campaña 2020/21 que hoy está en US$400-450 por tonelada”, lo cual potenció la recaudación; el ingreso por derechos de exportación subirá un 25% en 2022
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En el campo crece el rechazo a la iniciativa del ministro de Economía, Martín Guzmán, de impulsar un proyecto para “redistribuir la renta inesperada”. Además de con declaraciones, el malestar del sector ahora se hace visible con números que buscan refutar al funcionario.
Según un informe de la consultora AZ Group, en los últimos dos años, que coinciden justamente con los del Gobierno de Alberto Fernández, fue el Estado precisamente quien más logro mejorar sus ingresos.
“Impuso derechos de exportación del 33% a una soja de 200-250 dólares por tonelada antes de la campaña 2020/21 que hoy está en US$400-450 por tonelada”, precisó el trabajo.
En este contexto, vale recordar, según información de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que este año solo por retenciones a las cadenas agroindustriales de trigo, maíz, soja, cebada, girasol y sorgo el Gobierno recaudará US$11.320 millones, un 25% más que en 2021. Para agregar otra comparación, en 2020, según la entidad, lo recaudado por este concepto fue de US$3558 millones.
En la BCR recordaron que en el dato de 2020 hay que tener en cuenta que, además de los menores precios en su momento, como sobre los últimos meses de 2019 ya se esperaba el cambio de Gobierno, y con ello el temor a una suba de las retenciones, se adelantó antes de asumir Alberto Fernández gran parte de las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) para evitar el incremento. “Como las retenciones se pagan a los 5 días hábiles de declaradas las DJVE, eso hizo caer la recaudación por derechos de exportación en 2020″, explicaron.
Matías Amorosi, analista de mercados de la consultora, señaló que “en términos generales” los últimos ciclos agrícolas fueron buenos para los productores que no afrontaron problemas climáticos, “con rentabilidades algo mayores a las de los últimos cinco años”.
Sin embargo, destacó: “Claramente, el socio estratégico Estado se llevó la mejor parte y hoy no puede venir a plantear ningún aumento de retenciones u otro mecanismo recaudatorio porque los productores alcanzan un margen neto algo mayor que los últimos años”.
“Cuanto mejor precio alcanza la soja, el maíz o el trigo, mayor recaudación percibe. El ingreso mensual de divisas fue muy alto en 2021 y es extraordinario en lo que va de 2022″, señaló.
Más allá de la foto de los granos, para los expertos se ingresará a una campaña con mayor riesgo por delante por la suba de los costos, que van desde los insumos hasta el gasto en alquileres de la tierra. “Las ganancias que se puedan obtener del ciclo 2021/22 en gran medida deberán ser utilizadas para pagar arrendamientos más caros entre un 5 y un 10%, y mayor costo de los insumos “, detalló el relevamiento de la empresa.
Por el lado de los insumos, el fertilizante urea trepó a US$1530 la tonelada, un 87% más, según AZ Group. Por su parte, el fosfato monoamónico se encareció 57%, a US$1600 la tonelada.
“Se entra a la campaña con el mayor riesgo empresario y financiero de los últimos años; si acompaña el clima, y si los precios se sostienen, el cultivo podrá un dar una rentabilidad razonable, no extraordinaria, en 2023″, indicó Amorosi.
De acuerdo a los expertos, si hay una mejora en la renta la misma se irá a cubrir, en línea con lo expresado antes, una mayor necesidad de inversión.
Santiago Tiscornia, del proyecto AGBI, calculó que, para el caso del cultivo de maíz en la zona agrícola núcleo, en la próxima campaña 2022/23 el 58% del resultado del ciclo 2021/22 se destinará a mantener la misma superficie, mientras que “el 42% restante será destinado a cubrir estructura y pagar impuestos”. El cálculo incluye el pago del alquiler para producir en un campo de tercero.
“La renta que quede finalmente, luego de hacer frente a la enorme presión impositiva que soporta el empresario agropecuario, estará lejos de ser extraordinaria y puede ser menor a la de una colocación del capital en el mercado financiero, pero con mucho mayor riesgo”, destacó por su parte la consultora.
Según los cálculos de Tiscornia, si en esta campaña una hectárea de maíz en esa región generó un margen bruto antes de impuestos de US$290 por hectárea, se necesitará US$168 por hectárea más de inversión para la siguiente campaña.
“Esto implica que, antes de impuestos, el resultado proyectado, si alcanzara rindes de tendencia promedio, que le podría quedar al productor para pagar impuestos, estructura y lograr beneficios netos, se reduciría a US$122 por hectárea. De esta forma la renta, que parecía de 18% para el negocio de la foto, cuando se lleva a la película se reduce al 8%”, destacó la firma.
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