“La agricultura y los productores son parte de la solución”, dijo el director general del IICA, el argentino Manuel Otero, respecto de los cuestionamientos que surgen de los documentos preparatorios de la reunión
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Los países de las Américas tendrán una posición común en la cumbre sobre sistemas alimentarios que está organizando las Naciones Unidas. En ese encuentro, previsto para septiembre próximo, buscarán que la visión de la región esté representada y que no prevalezca una posición sesgada como surge de los documentos preparatorios y reuniones previas.
“La agricultura y los productores agropecuarios son parte de la solución a los problemas que se plantean”, dijo hoy el director general del Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola (IICA), el argentino Manuel Otero, durante una presentación a la prensa sobre las posiciones que llevarán las Américas a la pre-cumbre que se realizará en Roma a fin de mes.
La ONU está organizando una cumbre global sobre sistemas alimentarios en los que tratará temas sobre el cambio climático, el papel de los consumidores, la pobreza y las perspectivas de género, entre otros. Sin embargo, los países de la región advierten que en las comisiones preparatorias de los temas de la cumbre prevalece la participación de las ONG, particularmente europeas, y se soslayan temas como el comercio internacional o el papel de la ciencia en la producción de alimentos.
“No son sistemas fallidos”, destacó Otero, en referencia a que en las discusiones previas a la cumbre se coloca a los sistemas alimentarios en el banquillo de los acusados.
En tanto, el ministro de Agricultura de Paraguay, Santiago Bertoni, en calidad de coordinador del Consejo Agropecuario del Sur (CAS) que agrupa a los países del Mercosur y naciones limítrofes, recordó que las Américas constituyen la mayor región productora de alimentos del mundo y consideró que de la cumbre deberían surgir “sistemas alimentarios fortalecidos”.
Para dar idea de la magnitud de la producción de alimentos en el hemisferio, Otero recordó que por cada dólar que se importa en alimentos, se exportan seis, y que el sector agropecuario representa el 14% del empleo en la región, pero en las zonas rurales ese porcentaje se incrementa al 51% por ciento.
Por su parte, el subsecretario de Coordinación Política del Ministerio de Agricultura de la Argentina, Ariel Martínez, destacó que la región es responsable de apenas un 0,7% de las emisiones de gases de efecto invernadero y que los sistemas de producción pueden “mostrar las cosas que hacen bien” y coincidió con Otero en que no son fallidos.
Consecuencias
Aunque las conclusiones de la cumbre de la ONU no sean vinculantes con las decisiones que tomen los gobiernos, los especialistas de la región advierten que la cumbre presenta riesgos. “Puede producir toda una narrativa que después influya en otros organismos, como la Organización Mundial del Comercio (OMC)”, expresó Fernando Zelner, asesor especial de la ministra de Agricultura de Brasil, Tereza Cristina.
Una de esas ideas que van ganando fuerza en los foros internacionales es la de asociar el consumo de carne roja con la deforestación y el cambio climático, por ejemplo. “Las proteínas de origen animal forman parte de una dieta saludable y, además, la región se destaca por la producción ganadera en pastizales”, señaló el ministro Bertoni. No obstante, el funcionario paraguayo reconoció que hay una “debilidad en la comunicación” sobre las características de la producción en la región. Otero y Martínez, a su vez, admitieron que hay que mejorar el volumen y el registro de datos sobre la información ambiental de la producción en las Américas.
El director del IICA explicó que las Américas es la primera región del mundo que va a la cumbre de la ONU con una posición de consenso, a la que se llegó luego de talleres y discusiones con los gobiernos y el sector privado, que incluyó ONG.
Esa posición fue sintetizada en 16 mensajes que, básicamente, resaltan que “los productores agropecuarios y los trabajadores de los sistemas alimentarios son un eslabón imprescindible y central, y que sin producción agropecuaria no hay materias primas para transformar en alimentos”. A su vez, “destacan a la agricultura como una actividad fundamental para erradicar la pobreza, impulsar el desarrollo rural y proteger el medio ambiente”. Y puntualizan que “los sistemas alimentarios mundiales han enfrentado mayormente con éxito la creciente demanda de alimentos, resultante del incremento poblacional y el aumento del ingreso per cápita. Sus futuras transformaciones, por lo tanto, deben partir de sus demostradas fortalezas y de las contribuciones ya realizadas”.
Al mismo, destacan el rol central del comercio, las decisiones basadas en el conocimiento científico y la diversidad de los sistemas de producción, que incluyen a la agricultura familiar.
En el encuentro organizado por el IICA, también hablaron los ministros de Agricultura de Guatemala, José Ángel López, y de San Vicente y Las Granadinas, Saboto Caesar, quienes, en representación de los países de América Central y el Caribe. Mientras López dijo que los sistemas alimentarios son cruciales para enfrentar la desnutrición crónica, Caesar hizo hincapié en que los pequeños países necesitan aumentar las exportaciones tras los efectos negativos para sus economías por la pandemia del Covid-19 que le provocaron pérdidas de ingresos por turismo.
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