Se trata de Lácteos Mayol, que aceptó un encuadramiento de trabajadores; había denunciado una interrupción en sus actividades por un grupo de activistas
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Luego del bloqueo durante cinco días hace unas semanas a la planta de Lácteos Mayol en Gobernador Udaondo, en el partido de Cañuelas, por parte de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra), se firmó un acuerdo entre las partes en el Ministerio de Trabajo bonaerense. Así, se puso fin al conflicto laboral, según informó el gremio en un comunicado.
Según Atilra, el acuerdo contempla el “correcto encuadramiento” de los trabajadores y “satisface plenamente los justos reclamos laborales interpuestos”. En este sentido, para el sindicato, “el mismo ha podido lograse a partir de la firme determinación de los compañeros en defender sus derechos, así como también en la responsabilidad social y en la sensibilidad demostrada por los dueños de Lácteos Mayol”.
“Los escollos pudieron ser salvados por las partes merced a los ingentes y valiosos esfuerzos puestos de manifiesto por el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, el que debió abstraerse de las presiones exógenas que pretendieron mellar su autoridad, actuando en todo momento conforme a la responsabilidad legal que tiene como autoridad de aplicación en lo que concierne a conflictos laborales acaecidos”, señaló Atilra.
El conflicto gremial se inició el 1º de marzo pasado por la madrugada, cuando un grupo de activistas de Atilra se instalaron en la entrada de la fábrica impidiendo el acceso tanto de trabajadores como de la materia prima.
El conflicto
El sindicato de Atilra General Rodríguez exigía que la mitad de los 14 empleados que posee la empresa fueran recategorizados e incorporados como afiliados a su sindicato. “Ocho están inscriptos en Atilra con la categoría más baja y el resto en otros gremios para pagar menos cargas sociales”, dijeron en su momento en el gremio.
A pesar de que el Ministerio de Trabajo provincial dictó la conciliación obligatoria y de que cientos de vecinos se manifestaran a favor de la continuidad de la fábrica, la gente del sindicato no se retiró y permaneció en el lugar hasta el sábado siguiente por la madrugada. La fábrica, que tiene 86 años de vida, procesa por día 11.000 litros de leche. Los Mayol, además, tienen dos tambos que le proveen la materia prima a la planta.
Por último, representantes del gremio aclararon que “jamás se bloqueó la fábrica y que es falso de toda falsedad que los trabajadores hayan ocasionado algún daño a su fuente de trabajo”.
LA NACION se comunicó con Paulina Mayol, una de las dueñas de la fábrica, que reconoció el acuerdo con el sindicato pero desmintió dichos de Atilra. “Nada de lo que dicen es cierto. La fábrica estuvo bloqueada, hubo daños, apedreadas, aprietes y amenazas. Además se perdieron miles de litros de leche y un tambo que nos dejó de entregar. Tenemos un acta de constatación de los hechos con un escribano y hay denuncias penales al respecto”, dijo.
“Tuvimos que acceder a encuadrar a los trabajadores en Atilra, algunos de inmediato y otros empleados con plazos de 90 días para regularizar la situación. Estamos en una situación crítica, en una posición totalmente débil frente al sindicato, con la misma cantidad de trabajadores con un nivel menor de producción de 8000 litros de leche en la planta. Ojalá que este modus operandis de estos gremios no termine con las pymes”.
En medio del bloqueo, Hugo Mayol, uno de los socios de la pyme láctea, grabó un conmovedor video donde pedía en relación al conflicto sindical: “Sáquenme esta lacra de encima”.
“No me puedo expresar bien, tengo un dolor en el alma muy profundo, no tengo miedo porque ya les dije que con 73 años hagan de mi cuerpo lo que quieran, no era nada difícil para ellos, 30 patoteros, que me agarren en medio de la calle solo y cagarme a palo”, señaló en ese momento Mayol. “Ya me cagaron a palo demasiado con todo lo que está pasando, tengo el cuerpo dolido, pero no vencido”, agregó.
Luego, emocionado y entre lágrimas había reclamado: “Realmente espero que alguien en este bendito país saque esta lacra de mi fábrica, la fábrica de mi abuelo, sáquenme esta lacra, ayúdenme”.
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