Desde la embajada en Serbia se refirieron en diálogo con LA NACION al potencial de negocios para la maquinaria agrícola
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“Un país con nichos de oportunidades de negocio para las empresas argentinas y la puerta de entrada a los países balcánicos”. Así aseguran en la embajada argentina en Serbia que representa este país para las firmas de maquinaria agrícola. Ya hubo resultados: recientemente, un grupo de empresarios viajó para participar en una feria en la región, donde lograron concretar sus primeras ventas.
En diálogo con LA NACION, Javier Chalian, jefe de la Sección Comercial de la Embajada Argentina en Serbia, contó que hace dos semanas cuatro empresas argentinas, Ombú, Cestari, De Grande y Franco Fabril, tras participar de Bata Agro, la exposición que se realizó del 15 al 19 de mayo en Stara Zagora, Bulgaria, viajaron a Serbia para participar de la 91ª Feria de Agricultura de Novi Sad, que es la segunda ciudad más grande de este país.
“Haciendo un análisis de mercado veíamos que hay nichos en donde hay oportunidades para las empresas argentinas. Si bien no se utiliza la siembra directa es lo que queremos ir de a poco impulsando” dijo. “Aunque Serbia es un país más o menos chico y tiene seis millones de habitantes, es el más importante de los Balcanes; entonces, muchas de las empresas que compran para Serbia después también van a los demás países de la región. Es como la puerta de entrada a Macedonia, Bulgaria, Rumania, Albania, Bosnia, Montenegro”, agregó.
Serbia representa en tamaño aproximadamente un cuarto de la provincia de Buenos Aires o el equivalente a Corrientes, La Rioja o San Juan. Cuenta con 20.000 kilómetros cuadrados de la llanura panónica, similar a la pampa húmeda, aunque permite una sola cosecha anual de cultivos. Los principales son maíz, trigo, girasol y diversas frutas.
Del área agrícola utilizada, el 74% se dedica a cultivos, el 19% a pastoreo y prados, el 5% a huertos y viñedos, y el resto a otras plantaciones. Según explicaron en la embajada, el agro es uno de los principales sectores de la economía serbia. En los últimos años, el sector primario contribuyó en cerca del 6% al PBI (alrededor del 70% producción agrícola y 30% ganadera).
Para aprovechar esta oportunidad, la embajada argentina organizó con las empresas que visitaron el país reuniones con diversas compañías serbias para explorar potenciales clientes, así como encuentros con la Cámara de Comercio de Serbia y la Asociación de Exportadores de Maquinaria Agrícola. Cestari y Franco Fabril ya contaban con distribuidores locales, la primera con tolvas y la segunda con cabezales, mientras que para Ombú y De Grande era su primera vez en el país.
Gracias a ello, la empresa De Grande hizo un acuerdo con una de las compañías serbias para la exportación de alrededor de 20 cabezales de cosechadoras en los próximos 12 meses. Los primeros cuatro (tres girasoleros y uno maicero) llegarán a Serbia en julio próximo. Ahí detallaron que la idea es hacer una demostración a campo abierto en agosto, aprovechando la época de cosecha, con la presencia del embajador Osvaldo Mársico, autoridades de la Asociación de Importadores de Maquinaria Agrícola de Serbia, de la Cámara de Comercio y empresas locales.
“Para nosotros es una muy buena noticia mostrar en el campo productos argentinos de calidad y que la gente empiece a ver que distintas compañías argentinas tienen muy buena calidad”, dijo.
Además indicaron que en estos encuentros las contrapartes serbias se mostraron “muy interesados” e intercambiaron contactos para continuar con el diálogo sobre la posibilidad de importar nuevos productos.
Según detallaron, la mejor forma de ingresar a este mercado suele ser a través de distribuidores/mayoristas especializados del sector de la maquinaria. Indicaron que son el canal “más adecuado”, ya que estas empresas suelen facilitar tanto los trámites de entrada como de la promoción de las marcas extranjeras.
A diferencia de la Argentina, las explotaciones agrícolas en Serbia son pequeñas. Cerca del 42% de las tierras agrícolas explotadas son de un tamaño menor a las 10 hectáreas (solo en un 23% es mayor a las 100 hectáreas), por lo que la maquinaria necesaria sería, por lo general, de menor dimensión a la que se suele producirse para los campos argentinos.
En cuanto a las barreras arancelarias aplicables a la importación los aranceles varían para la Argentina hasta el 10%. Serían los siguientes: tractores, 10-20%; sembradoras, 10%; cosechadoras/trilladoras, 1-10%; fertilizadoras, 10%; pulverizadoras, 5%; tolvas, 10%; cabezales, 10%. Si bien Serbia no es parte de la Unión Europea, igual tiene tratados de libre comercio, por lo que importa libre de aranceles del bloque.
“Si bien se compite con la Unión Europea que no tiene aranceles, con un cabezal [maicero] que tiene 10%, si seguimos teniendo buenos precios en la Argentina y los productos son muy buenos, se pueden meter esos productos”, dijo.
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